Redacción Deportes (EE.UU.) (EFE).- El fantasma del racismo volvió a hacer acto de presencia dentro del béisbol de las Grandes Ligas y esta vez en un escenario tan emblemático como el legendario Fenway Park, campo de los Medias Rojas de Boston.
De inmediato, la organización de los Medias Rojas se disculpó por los insultos racistas que algunos de sus seguidores le dedicaron al jardinero de los Orioles de Baltimore, Adam Jones, en el partido que ambos equipos disputaron la pasada noche.
El presidente de los Medias Rojas, Sam Kennedy, también se disculpó porque un fanático lanzó una bolsa con cacahuetes hacia Jones en el partido de la pasada noche.
Indicó que la organización "está asqueada por el comportamiento de unos cuantos ignorantes", y reiteró que tomaría medidas inflexibles al respecto.
Por su parte, el gobernador de Massachusetts, el demócrata Charlie Baker, también catalogó el comportamiento de los fanáticos como "inaceptable y vergonzoso".
"Esto no es un reflejo de la verdadera identidad de Massachusetts y Boston", expresó máxima autoridad estatal a través de su cuenta de Twitter.
Jones, quien es negro, dijo que "un puñado de veces me gritaron" un epíteto racista, de acuerdo con citas publicadas por los diarios USA Today Sports y The Boston Globe.
"Es desafortunado que la gente tenga que recurrir a esos epítetos para denigrar a otro ser humano", lamentó Jones, que fue clave en el título que Estados Unidos consiguió el pasado marzo en la cuarta edición del Clásico Mundial de Béisbol.
Jones afirmó que ya había sido blanco de insultos racistas en el estadio de Boston en el pasado, pero señaló que este fue el peor caso en sus 12 años en las Grandes Ligas, siempre de acuerdo a las mismas fuentes periodísticas.
El periódico USA Today Sports informó que directivos de los Medias Rojas confirmaron que un fanático lanzó una bolsa de cacahuetes, y fue expulsado del estadio.
"Es patético", comentó el jugador. "Es un cobarde. En vez de expulsarlo del estadio, tienen que multarlos 10.000, 20.000 o 30.000 dólares. Algo que realmente les duela".
Los Medias Rojas confirmaron que están revisando el incidente, y afirmaron que cualquier espectador que incurra en comportamiento inadecuado renuncia a su derecho de estar en el estadio y además está expuesto a otras medidas.
Los Orioles ganaron por 5-2, en otro duelo lleno de roces entre dos rivales de la División Este de la Liga Americana, que tampoco han dado el mejor ejemplo deportivo en el campo.
Ahí fue donde comenzaron los problemas y las provocaciones que permitieron que aficionados sin control realicen todo tipo de acciones de odio y violencia hacia determinados deportistas de los equipos rivales.
En la serie anterior en el estadio Camden Yards de Baltimore, el relevista de Boston Matt Barnes realizó un lanzamiento que pasó cerca de la cabeza del toletero dominicano Manny Machado. Barnes fue suspendido cuatro partidos y multado.
Machado había provocado a los Medias Rojas por una deslizada en segunda base que lesionó al intermedista de Boston, Dustin Pedroia, quien reconoció que el jugador dominicano lo único que intentó fue conseguir llegar "seguro" a la almohadilla.
Pero el resto del equipo no lo vio así y ahí comenzó el código de honor que existe en el béisbol que hay que defender al compañero con el golpeo del pitcher al bateador que haya cometido la infracción.
La pasada noche también el lanzador de los Orioles, Dylan Bundy, golpeó a Mookie Betts con una recta y eso hizo que de nuevo los ánimos de los seguidores de los Medias Rojas comenzasen a caldearse y en algunos cruzaron la raya de los buenos modales y del respeto más elemental al ser humano.EFE