Suele ser muy común ver a gente que presenta un tren superior muy desarrollado y el tren inferior sin apenas desarrollo muscular.
Las piernas, y en especial las pantorrillas, son una de las partes que más nos cuesta trabajar y normalmente es una rutina que dejamos sin hacer o llevamos a cabo de forma incompleta o incorrecta. Es importante que cambiemos la mentalidad con respecto a esto, y es que unas piernas bien entrenadas aumentarán de volumen al igual que el resto de músculos de nuestro cuerpo. Este grupo muscular es el más resistente de todos, ya que soporta nuestro cuerpo desde que empezamos a caminar.
El entrenamiento de los gemelos debe basarse en ejercicios aislados en los que el músculo sea el que soporte todo el empuje sin ayuda de otros. Para conseguir esto es imprescindible que a la hora de llevar a cabo el ejercicio no realicemos rebotes o repeticiones demasiado rápidas para terminar antes. Lo esencial es aguantar el empuje concentrado en el gemelo, y para ello tenemos que realizar movimientos lentos tanto a la hora de subir, aguantando un poco arriba, como cuando bajemos, ya que en la fase negativa también estamos trabajando el músculo.
Los movimientos de cada repetición tienen que ser largos, hay que realizar todo el recorrido de subida hasta que estemos de puntillas, y todo el de bajada hasta que la punta del pie esté por encima del tobillo. De esta manera entrenaremos el músculo en toda su amplitud. Lo mismo sucede con el desarrollo del ejercicio, y es que tenemos que realizar series de elevación a una pierna en vez de a dos que es lo que solemos hacer. De esta manera concentraremos más la intensidad y lograremos que ambas piernas levanten el mismo peso.
PD: no te enfoques en el peso que vas a cargar, enfócate en la técnica del ejercicio y las repeticiones.