REDACCIÓN DEPORTES.- Los Milwaukee Bucks disputarán la final de la NBA a los Phoenix Suns tras vencer a los Atlanta Hawks por 107-118 en la noche del sábado y ganar la final de la Conferencia Este 4-2 sin la necesidad de su estrella, el griego Giannis Antetokounmpo.
Es la primera vez desde 1974 que los Bucks llegan a la final de la NBA.
El partido, que en la primera mitad estuvo dominado por el nerviosismo y la imprecisión de los dos equipos se decidió en el tercer cuarto, cuando Khris Middleton explotó y anotó 4 triples y un total de 23 puntos, lo que lanzó a los Bucks.
Los de Milwaukee anotaron en el tercer periodo un total de 44 puntos por 29 de los Hawks y sólo Middleton hizo 4 puntos más que todos los que los Bucks subieron en el segundo cuarto.
El base estrella de los Hawks, Trae Young, que volvió a jugar tras perderse los dos partidos anteriores por una lesión en el tobillo, no pudo repetir la actuación de otros partidos y empujar a los de Atlanta a la victoria. Young anotó sólo 14 puntos..
El máximo anotador del partido fue Khris Middleton, con 32 puntos, seguido por Jrue Holiday, con 27.
En los Hawks el máximo anotador fue Cam Reddish, con 21 puntos.
YOUNG JUEGA, ANTETOKOUMPO EN EL BANQUILLO
Con un 3-2 en la serie a favor de los Bucks, el entrenador de los Hawks, Nate McMillan, no tenían más alternativa que colocar a Trae Young en la cancha e intentar forzar el séptimo partido a pesar de que el base todavía no estaba totalmente recuperado de la lesión de tobillo que sufrió en el tercer partido de la serie.
En el otro lado de la cancha, Mike Budenholzer tenía un mayor margen de maniobra. El entrenador de los Bucks decidió mantener a Giannis Antetokounmpo vestido de calle para permitir que la estrella griega se recuperase totalmente de la hiperextensión de la rodilla que sufrió en el cuarto partido.
Ya en el primer cuarto era evidente que Young no estaba en plenitud de condiciones. El base rechazó tiros detrás de la línea de triples que normalmente hubiese tomado sin pensárselo dos veces, especialmente con su equipo por detrás en el marcador.
Y McMillan limitó sus minutos en el primer cuarto a 8 cuando en su esquema, el base tejano siempre juega la totalidad de los 12 minutos iniciales.
Los Bucks salieron decididos a repetir la fórmula de éxito del anterior partido: un presión asfixiante en defensa que permitiese robar balones, forzar errores y lanzar ataques con los Hawks descolocados.
Durante los primeros minutos el plan funcionó. Los dos primeros ataques de los Hawks terminaron con los Bucks robando el balón. En 2 minutos, los Bucks se adelantaban 0-7. La presión de los Bucks continuó forzando más errores a la vez que Bobby Ports, Jrue Holiday, Krhis Middleton, Brook Lopez y P.J. Tucker anotaban y colocaban un 4-15 en el marcador.
NERVIOSISMO Y PRISAS
Pero el nerviosismo y las prisas se empezaron a apoderar de los de Milwaukee. Holiday parecía con prisa por terminar el partido y subía el balón con rapidez. La precipitación se tradujo en malas decisiones en ataque y los Hawks aprovecharon el bajón de los de Milwaukee.
En poco más de 2 minutos, los Hawks castigaron a los Bucks con un parcial de 12-3 y se acercaron a sólo 2 puntos, 16-18. La racha se cortó cuando Young volvió al banquillo y el primer cuarto terminó con los Bucks 4 puntos por delante, 24-28.
El segundo cuarto terminó en tablas. Ambos equipos anotaron 19 puntos y dejaron el marcador en 43-47, 4 puntos arriba para los Bucks.
Los porcentajes de tiro eran reveladores del nerviosismo e imprecisión. Los Hawks tenían un 25 % en triples y un 30 % en el total. Los Bucks un 26 % y un 38 % respectivamente.
A la vuelta del descanso, Middleton salió entonado. El alero anotó los 16 primeros puntos de los Bucks (incluidos 3 triples) y permitió que los de Milwaukee colocasen un parcial de 4-16 que les alejó en el marcador, 47-63.
Young no pudo responder. El base falló el único triple que intentó en esos primeros 4 minutos y perdió dos balones.
La exhibición de Middleton despertó a su equipo. Holiday y Lopez tomaron el relevo del alero con nuevos triples. Esta vez los Bucks no repitieron los errores de la primera mitad y mantuvieron la disciplina en ataque lo que les permitió despegarse en el marcador.
Sólo Cam Reddish, desde el banquillo, pudo mantener la presión y anotó 12 puntos en el tercer periodo fruto de 4 de los 5 triples que intentó.
El tercer cuarto terminó en 72-91, 19 puntos, la máxima ventaja de los 36 minutos jugados hasta ese momento.
En el último cuarto, los Hawks encontraron alivio en los triples de Danilo Gallinari, Kevin Huerter y Reddish. A falta de 5 minutos, los de Atlanta recortaron la distancia a 10 puntos, 97-107. Los Bucks empezaban a notar la presión del State Farm Arena de Atlanta pero a los Hawks se les acababa el tiempo.
A dos minutos para el final, la diferencia era de 8 puntos, 103-111. Pero eso fue el máximo que los Hawks pudieron alcanzar. A falta de 40 segundos y con 107-118 en el marcador, McMillan arrojó la toalla y quitó de la pista a los titulares. EFE