Gráfico de la semana de Deloitte

Elaborado por Nassim José Alemany/Socio de Economía

Ya llevamos dos semanas de juegos del Mundial de Rusia 2018, y mucha productividad laboral perdida en todos estos días.

En adición a la pérdida de productividad a nivel internacional, otra cosa que se está perdiendo en los juegos es la cantidad de minutos jugados.

En teoría, un juego de fútbol dura 90 minutos, más un tiempo complementario en cada mitad para compensar el tiempo agotado en situaciones como faltas, cambio de jugadores, discusiones, etc.

Un análisis de los 32 primeros juegos del Mundial, realizado por Five Thirty Eight, reveló que existe un alto nivel de discrecionalidad y subestimación del tiempo perdido por parte de los árbitros al momento de asignar la cantidad de minutos complementarios en cada mitad de juego.

Por ejemplo, en el juego de Túnez contra Inglaterra, el tiempo sin jugar en exceso de lo establecido por el reglamento de la FIFA, fue de 17:37 minutos, pero sólo se jugaron 7:11 minutos complementarios, para una diferencia de tiempo “perdido” de 10.4 minutos. Entre los 32 partidos, el tiempo promedio agregado para las dos mitades fue de 6:59 minutos, pero según los cálculos de Five Thirty Eight, de acuerdo a las reglas de la FIFA, el tiempo complementario debió haber sido 13:10 minutos.

En el gráfico mostramos las principales situaciones que provocan la pérdida de minutos de juego. En primer lugar, están los tiros libres, con más de 10 minutos por juego, seguido por los saques de banda (8 minutos) y los saques de meta (6 minutos). El 25% del tiempo de juego se concentra en esas tres cosas.

En este mundial se han visto muchos goles en el período complementario, por lo que esos minutos extras pueden hacer la diferencia.