Redacción Deportes (EEUU), 12 abr (EFE).- La polémica está servida dentro del béisbol de las Grandes Ligas después de la grave lesión sufrida por el abridor estelar de los Dodgers de Los Ángeles, Zack Greinke, que se fracturó la clavícula izquierda al iniciar una pelea con el jardinero Carlos Quentin, de los Padres de San Diego.
Los hechos ocurrieron la pasada noche durante al partido que ambos equipos disputaron en el Petco Park, de San Diego, y que ganaron los Dodgers por 3-2, pero a un coste demasiado alto.
La lesión ocurrió cuando Quentin salió corriendo a la loma y golpeó Greinke lanzándolo al suelo tras ser golpeado por un lanzamiento del abridor de los Dodgers.
De inmediato se inició una pelea colectiva en la que se vaciaron las bancas entre ambas novenas, pero que al final dejó la grave lesión de Greinke, que durante el descanso invernal firmó un contrato por seis temporadas y 158 millones de dólares, 147 garantizados.
Luego de ser golpeado en el hombro izquierdo en la sexta entrada, Quentin comenzó a caminar hacia la loma. Greinke pareció decirle algo y entonces Quentin corrió hacia el ganador del Cy Young de la Liga Americana.
Ambos bajaron sus hombros y chocaron, y Quentin logró derribar al lanzador al suelo. Ambos terminaron en medio de una gran reyerta en la que peloteros de ambos bandos se vieron involucrados. Greinke bajó su hombro izquierdo (el que no usa para lanzar) hacia Quentin y recibió el impacto mayor en esa área cuando chocaron.
"Nunca lo quise golpear a propósito", declaró Greinke, cuyo brazo fue colocado en un cabestrillo y aparentaba estar frustrado con todo lo sucedido. "Nunca pensé en golpearlo a propósito. El pareció pensar lo contrario, pero ese no fue el caso. Eso es todo lo que tengo que decir al respecto y lo único que se es que todo esto es horrible".
Al serle preguntado si había demasiada rivalidad entre ambas novenas, Greinke, quien había golpeado a Quentin previamente en dos ocasiones cuando ambos militaban en la Liga Americana, comentó que "Quizás ahora si la vaya a haber. No se si la había antes de esto".
Nadie dentro de la organización de los Dodgers entiende la reacción de Quentin, todo un profesional, y ahora consideran que la liga del comisionado del béisbol de las Grandes Ligas debe imponer una fuerte sanción, ejemplar, para el jugador de los Padres.
El manejador de los Dodgers Don Mattingly no ocultó su furia por lo sucedido y dijo que "nunca" se tenía que haber dado esta situación porque Quentin fue golpeado con la cuenta de 3-2 en un partido con diferencia de una sola carrera.
"Es tan estúpido como se puede pensar", señaló Mattingly. "Él no debería jugar hasta que Greinke pueda lanzar. Si llega a jugar antes de que Greinke lance, algo está mal. Él fue quien causó todo esto. Nada pasaba si se iba a la primera base".
Por su parte, Quentin, que ni tan siquiera se ha disculpado o se ha preocupado por la condición física de Greinke, dijo que su historial con el lanzador de los Dodgers está "bien documentada. Esta situación se pudo haber evitado. Le tienen que preguntar a Zack sobre esto".
El pelotazo que recibió fue el tercero que le propina Greinke a Quentin, siendo el anterior a este en el 2009. Quentin es el único bateador que Greinke ha golpeado tres veces.
Pero Quentin lideró las Grandes Ligas en pelotazos recibidos tanto en 2011 (23) como en 2012 (17). Ha sido golpeado 116 veces en su carrera profesional (la séptima mayor cantidad entre los peloteros activos).
"Me han golpeado muchas veces", recordó Quentin, golpeado más que ningún otro pelotero de Grandes Ligas desde la temporada 2008. "Algunos de esos pelotazos han sido con intención. otros no. Para haber sido golpeado tantas veces, y por mi estilo de batear, lo tengo que repetir: Nunca he reaccionado de esa manera".
Cuando finalmente fueron separados, Quentin fue sacado del terreno por su compañero Mark Kotsay. Greinke caminó hacia el camerino de los Dodgers con su uniforme roto.
Luego que ambos equipos salieran del terreno, Jerry Hairston Jr. volvió a correr al terreno y comenzó a apuntar a algunos peloteros en la cueva de los Padres, y tuvo que ser retenido por sus compañeros.
El toletero de los Dodgers Matt Kemp también estaba enfurecido con Quentin, quizás en parte porque el abridor de los Padres Jason Marquis le hizo un lanzamiento alto y pegado en la primera entrada.
Luego del partido, Kemp confrontó a Quentin mientras ambos jugadores se iban del Petco Park. Kemp caminó hasta Quentin cerca de la salida de los jugadores y ambos quedaron frente a frente.
El lanzador de los Padres Clayton Richard los separó, y la policía y la seguridad intervinieron para que no hubiese más incidentes.
La realidad es que los Dodgers se quedan sin el lanzador que habían deseado tener para reforzar a su rotación y aunque tienen a Chris Capuano, que el año pasado comenzó bien la temporada, la perdida de Greinke puede costarle al equipo angelino estar en la fase final de la competición.
Dentro del mundo de las Grandes Ligas, el sentir generalizado es que Quentin debería ser suspendido con dureza no sólo por la grave lesión que le ha ocasionado a un profesional sino porque se debe erradicar de una vez por todas del béisbol profesional las peleas colectivas que tanto mal le hacen a la imagen del deporte.