FC Barcelona ha sido considerado el mejor equipo desde que Pep Guardiola asumió el cargo de entrenador. Ganó dos Liga de Campeones al más grande de Inglaterra, y el equipo incluso después de su partida todavía se ha mantenido a tope en competencias europeas y en la liga doméstica.
¿Pero se encuentra realmente bien el Barça para enfrentar al monstruo alemán (Bayern Munich)? Si analizamos el partido de ida la respuesta es sencilla: no. Sin embargo, hablamos de un club que cuenta con el mejor jugador del mundo y una plantilla experimentada y triunfante. En el fútbol todo es posible, y las noches europeas están llenas de sueños, milagros y de suerte. Soy optimista en estas líneas porque es lo menos que puedo hacer por un equipo que nos ha dado nuevas vivencias y sentimientos en el fútbol moderno. Desde odio, rencor, hasta amor y admiración.
Los equipos tienen sus altas y bajas, el tiempo corre y los jugadores se cansan, pierden ambición y los años comienzan a pesar. Tal vez esto es lo que le ha ocurrido al Barcelona: los que ya lo han ganado todo no lo sufren igual, y los que no lo han ganado todo están faltos de experiencia. De todas formas apuntar el dedo siempre es muy fácil, y la responsabilidad recae en la cabeza: Tito Vilanova. Pero no somos justos si apuntamos el rendimiento del equipo solamente a su entrenador. Tampoco seríamos justos señalando a Lionel Messi, Xavi o Iniesta y mucho, mucho menos a Puyol o Valdés por un mal partido o dos en toda la temporada.
El Barcelona no ha cambiado su estilo, y en el fútbol moderno lo único constante es el cambio. No basta una sola táctica o estrategia, un Plan A y uno B. Esa es una lección que nos han dado el Bayern Munich y Borussia Dortmund. Dos equipos alemanes con dos grandes entrenadores que han sabido mezclar la presión constante con la defensa férrea y ordenada, la salida rápida al contragolpe con la certeza en los pases de primera, el alto rendimiento físico y técnico con la altura, fuerza y velocidad. No cabe duda que verlos es un deleite, aunque el porcentaje de posesión se lo lleve el Barcelona y el Real Madrid.
Este Bayern Munich es una máquina que viene formándose desde el 2008-2009 y Heynckes terminó de armar y ensamblar todas sus piezas y la soltó a correr. El año pasado no le acompañó la suerte y este culminará una temporada impresionante sin ella. En tres competiciones ya tiene una en el bolsillo con ocho partidos por jugar, está en la final de la Copa DFB Pokal (equivalente a la Copa del Rey) y busca su pase a la final hoy frente al que hasta el momento es el mejor del mundo. Desde el FC Internazionale de José Mourinho y el del propio Barcelona con Guardiola hace tres años, ningún equipo ha logrado el Triplete.
¿Una final alemana? Todo apunta a que si, y esto también denota que durante años el fútbol alemán ha venido creciendo. Los estilos son mezclados y los técnicos son tan inteligentes y humildes como su fútbol. Guardiola llegará al Bayern al final de temporada y esto pone un sello en lo que él vio venir hace tiempo: el fútbol alemán es el futuro. Y el reto que afronta no es el de mantener a un equipo en la cúspide del fútbol mundial como han dicho muchos expertos; su reto será fusionar su trabajo en el FC Barcelona con el de Heynckes en el Bayern, y convertirlo en un nuevo modelo acompañado de copas, gloria e historia. Pero ya habrá tiempo para analizar esto.
Hoy presenciaremos una final anticipada. Una semifinal que marcará un hito histórico en el fútbol y en la cual el Barcelona tendrá un papel tan protagónico como el Bayern. Y esto es algo que hay que reconocerle al Barça, nos ha dado gloria tanto en la victoria como en la derrota.