DALLAS, EEUU.- El base Luka Doncic, que se perdió siete partidos por lesión, regresó en plan triunfal como titular de los Mavericks de Dallas, y junto a su compañero, el pívot letón Kristaps Porzingis, jugaron lo que ellos mismos calificaron como "el mejor partido" desde que están juntos, en la victoria por 130-111 contra los Kings de Sacramento.

Doncic, de 20 años, no sintió para nada los efectos de la ausencia de la competición mientras se recuperó de un esguince del tobillo derecho, y de inmediato fue factor ganador y líder de los Mavericks al aportar un doble-doble de 33 puntos (10-18, 3-7, 10-12), 12 rebotes -11 defensivos-, repartió ocho asistencias y cometió cuatro perdidas de balón.

"Era la mejor manera de sentir que estoy recuperado y listo para seguir dando todo mi apoyo al equipo y llegar al Fin de Semana de las Estrellas en plenitud de forma", declaró Doncic al concluir el partido disputado en el American Airlines Center de Dallas.

El juego de Doncic hizo posible que Porzingis, de 24 años, también brillase de manera especial y ambos protagonizasen una de las mejores actuaciones de los jóvenes pilares de la franquicia de Dallas como dúo, ya que mostraron el tipo de sinergia que pueden adquirir cuando las lesiones los respetan.

Desde el inicio de la nueva temporada no han tenido todavía muchas oportunidades de brillar juntos debido a las lesiones que indistintamente han sufrido.

"Es genial que los dos tenemos este tipo de noches", comentó Doncic, quien siempre hizo el mejor pase a Porzingis con cinco de sus ocho asistencias. "Tenemos que seguir trabajando, y vamos a mejorar cada vez más".

Doncic, titular con el equipo del alero LeBron James, al que llega con promedios de 28,9 puntos; 9,5 rebotes y 8,7 asistencias en su segunda temporada, ha logrado números espectaculares de manera consistente cuando está sin problemas de lesiones.

Porzingis tuvo un comienzo frustrante por la lentitud con que tuvo que adquirir el ritmo con su vuelta al equipo después de quedarse fuera una temporada y media mientras se recuperaba de un desgarro de ligamento anterior cruzado de la rodilla izquierda.

Doncic y Porzingis habían jugado solo 160 minutos juntos en un lapso de 30 partidos antes de llegar al encuentro frente a los Kings, en el que el pívot letón aportó también un doble-doble de 27 puntos (11-16, 2-5, 3-4), 13 rebotes -todos defensivos-, dio cinco asistencias y puso tres tapones en 33 minutos de juego.

Doncic se torció dos veces el tobillo derecho, lo que le hizo perder 11 partidos. Entre esos esguinces de Doncic, Porzingis se perdió también 10 partidos consecutivos por tener dolor en la rodilla derecha.

Pero la baja por lesión de Doncic le permitió a Porzingis convertirse en la primera opción del ataque de los Mavericks y respondió de manera brillante.

"En ese sentido, quizás ese tiempo me permitió recuperar mi ritmo un poco más al tener mayor responsabilidad en el ataque", comentó Porzingis, quien promedió 28,8 puntos por partido con 49% de tiros de campo durante la reciente ausencia de Doncic, en comparación con 18,4 tantos y 42% en lo que va de temporada.

"Pero sentí que, sí, justo antes de que se lesionara, también teníamos un ritmo bastante bueno, estábamos jugando entre nosotros. Esta noche fue genial", subrayó Porzingis. ""Luka ha hecho un gran trabajo comunicándome dónde voy a recibir el balón".

Porzingis también destacó que Doncic se estaba acostumbrando a que ambos jugasen juntos y eso era algo muy importante de cara al futuro.

"También se está acostumbrando a jugar conmigo y realmente está empezando a encontrarme en esos lugares donde me siento cómodo, en esa zona de rango medio", analizó Porzingis. "Y lentamente, estas cosas comienzan a hacer clic. Creo que a medida que seguimos trabajando, jugando juntos, va todo ser cada vez mejor".

Por su parte, el entrenador de los Mavericks, Rick Carisle, destacó que lo hecho por Doncic y Porzingis era algo muy importante para el equipo de cara al futuro.

"Son dos grandes jugadores jóvenes que realmente hacen mucho para mejorar el rendimiento de los demás", declaró Carlisle. "El juego, la comunicación y el contacto visual entre ellos cuando atacábamos fue fantástico". EFE