NUEVA YORK, EEUU.- Si hubo alguna vez una gran final del Abierto de Estados Unidos que estuviese cargada de logros históricos y ambiciones ésta será la que protagonicen hoy domingo el serbio Novak Djokovic, el número uno del mundo, frente al ruso Daniil Medvedev, segundo.
Djokovic, de 34 años, tiene como objetivos nada menos que convertirse en el primer jugador que logra el ciclo completo de los cuatro títulos de Grand Slam en un mismo año, desde que el legendario australiano Rod Laver lo hizo por última vez en 1969.
Además de llegar a los 21 títulos de Grand Slam, el primero que lo podría conseguir y dejar atrás al suizo Roger Federer y al español Rafael Nadal, con los que ahora comparte la marca de los 20 trofeos mayores.
Muchos de los cuales a logrado no solo por su clase como jugador de tenis sino por su dureza mental, de no darse nunca por vencido y venir atrás en partidos que para otros eran ya dados por perdidos.
La última demostración la dio en el partido anterior de semifinales frente al alemán Alexander Zverev, cuarto favorito, que fue capaz de llevarle el partido al quinto y decisivo set y además cuando mejor estaba jugando.
La respuesta de Djokovic fue barrerlo en el quinto con un parcial de 5-0 y hacer el mejor tenis que había jugado en todo el partido como el número uno del mundo luego reconoció ante los periodistas en la rueda de prensa.
Nada menos, que nueve finales del Abierto, de las 31 que ha alcanzado como profesional para empatar también con Federer, y para conseguirlo por décima vez, sin precedentes, en un torneo de Grand Slam de esta temporada, prevaleció también después de haber perdido el primer set.
Era la cuarta vez consecutiva que lo hacía en este Abierto de Estados Unidos después de que eliminara al japonés Kei Nishikori, al estadounidense Jenson Brooksby y al italiano Matteo Berrettini, sexto favorito, sucesivamente.
"Voy a poner mi corazón, mi alma, mi cuerpo y mi cabeza en eso", prometió Djokovic en su entrevista después del triunfo ante Zverev en la semifinal. "Voy a tratar ese partido como si fuera el último de mi carrera profesional".
Djokovic dejó en claro que su reputación de nunca morir se construyó durante muchos años, habiendo encontrado con éxito un camino a través de los momentos cruciales en los partidos más importantes una y otra vez.
Fue un recordatorio oportuno para Medvedev antes del enfrentamiento del domingo.
"Probablemente todos estos grandes partidos que gané, grandes títulos a lo largo de los años, han creado ese tipo de aura a mi alrededor que los jugadores saben que hay un espíritu de nunca morir conmigo, especialmente cuando juego Grand Slams", admitió Djokovic. "Saben que hasta el último golpe las cosas pueden cambiar, como fue el caso en varias ocasiones a lo largo de mi carrera".
Djokovic dijo sentirse satisfecho con esa imagen que trasmite hacia su rivales.
"Sí que me alegro de que mis oponentes piensen en mí de esa manera. Quiero que sientan que están bajo una presión extrema cuando los enfrente en un gran escenario de Grand Slams", subrayó Djokovic.
Todo eso lo conoce ya Medvedev, de 25 años, por experiencia propio, y de ahí que su motivación es mayor que nunca de saber que no solo puede ganar al número uno del mundo, que aspira ha grandes logros históricos, sino que con su triunfo conseguiría el primer título de campeón en un Grand Slam.
Después de dos subcampeonatos en las grandes finales, Medvedev, que disputa la segunda final del Abierto en tres años, está más que listo que nunca para unirse al club de campeones de Grand Slam y comenzar a construir su propio legado en el escenario más grande del tenis.
Dos veces antes ha hecho todo lo posible para superar obstáculos en una final de Grand Slam: en Flushing Meadows hace dos años, cuando estuvo cerca de ganar a Nadal y en el Abierto de Australia de este año, donde Djokovic tuvo cómodamente su medida.
En caso de que rompa la gran racha ganadora del serbio a una victoria de un impecable 28-0 en 2021, el histórico acto de evasión contaría poco para Medvedev en comparación con la recompensa personal, nada menos que un trofeo inaugural de Grand Slam.
"Creo que por mi parte, por supuesto … si puedo hacer esto, probablemente estaré en los libros de historia un poco en algún lugar como no dejar que él haga esto. Pero realmente no me importa. Creo que se trata más de él, que lo afecta", señaló Medvedev, que está convencido que Djokovic sentirá la presión mucho más que él y tal vez esta vez el número uno del mundo no responda como un ganador.
Medvedev reiteró que va a darlo también todo en el campo, pero en absoluto pensando en que le pueda quitar el ciclo completo de Grand Slam a Djokovic sino en superar de una vez por todas la adversidad de no haber podido ganar un título de los mayores.
De lograrlo se convertirá en el primer ruso en triunfar a este nivel desde Marat Safin en el Abierto de Australia de 2005. Solo ha perdido un set en Flushin Meadows este año, ante el clasificado holandés Botic van de Zandschulp en los cuartos de final.
Ha sido una carrera mucho más sencilla hacia su segunda final del Abierto que hace dos años, cuando solo dos de sus seis partidos en camino a la final llegaron en sets seguidos.
"Tengo todo a mi favor, la experiencia de finales anteriores, mi buena relación con el público, mucha energía y el convencimiento que puedo ganar el partido y al mejor jugador del mundo", agregó Medvedev. "Mentalmente también estaré listo para competir con Djokovic y seguro que será un partido para la historia". EFE
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