Big Papi se une a los legendarios de Medias Rojas con retirada número 34

Boston (EE.UU), 23 jun (EFE).- Otro momento especial e inolvidable vivió el dominicano David Ortiz, el gran "Big Papi", que por méritos propios consiguió la hazaña histórica de convertirse la noche de este viernes 23 de junio de 2017 en el pelotero de los Medias Rojas que menos tiempo tuvo que esperar para ver colgado su número 34 en la pared del Fenway Park de Boston.

Ya es oficial, su número 34 no volverá a ser vestido por ningún otro profesional de los Medias Rojas.

En una ceremonia previa al partido que disputaron los Medias Rojas ante los Angelinos de Los Angeles, el equipo de Boston retiró el número que durante 14 temporadas vistió Ortiz y se convirtió en el undécimo jugador que consigue el privilegiado honor en la historia del equipo.

Sin apenas haberse cumplido ocho meses desde que decidió su retirada del diamante después de 20 temporadas como profesional y a sus 41 años, Ortiz protagonizó otra ceremonia inolvidable, una más de las muchas que le ha tocado vivir en el Fenway Park, pero está excepcional, como es la retirada del número que vistió de jugador.

Ortiz, que estuvo en control de las emociones durante toda la ceremonia celebrada en el Fenway Park, a la que asistieron su familia y excompañero de equipo, Pedro Martínez, volvió a mostrarse agradecido por todo lo que vivió y recibió de parte de la organización de los Medias Rojas, la comunidad y sobre todo los aficionados.

"Big Papi" se unió a Wade Boggs, Joe Cronin, Bobby Doerr, Carlton Fisk, Martínez –jugador clave en su llegada a Boston–, Johnny Pesky, Jim Rice, Ted Williams y Carl Yastrzemski como los iconos de los Medias Rojas que tienen colgado su número en la pared de la fachada del jardín derecho del Fenway Park.

Sin embargo, Big Papi se convertió en el primer pelotero de los Medias Rojas que consigue que su número sea retirado a menos de un año de dejar de competir.

"Eso nos demuestra la clase de impacto que este hombre ha tenido en la comunidad, en la organización y en todo el béisbol de Grandes Ligas", destacó el jardinero central de los Medias Rojas, Jackie Bradley Jr. "Lo que ha hecho por esta ciudad, por el equipo, por la gente a su alrededor, se lo merece de verdad. Nos sentimos bien felices por este reconocimiento".

El ambiente en el Fenway Park fue excepcional con gritos de "Papi, Papi, Papi" cuando Ortiz tomó la palabra para agradecer a todos los que le ayudaron tanto en su vida privada como profesional.

Algo que ya hizo también ayer, jueves, cuando participó en el acto de rebautizar una calle con su nombre cerca del estadio.

Pero esta era la primera vez que asistía a un partido oficial desde que se retiro la pasada temporada y tuvo como jugador especial con el equipo de los Angelinos a su compatriota Albert Pujols, otro que tiene asegurado un puesto en el Salón de la Fama, y que dijo sentirse orgulloso y feliz de participar el acto tan especial e inolvidable para Ortiz como fue la retirada de su número.

"Esta en la celebración de Ortiz es algo muy especial para mi por todo lo que me ayudó durante mi carrera, los consejos que siempre me dio y la gran persona que siempre ha sido conmigo", destacó Pujols ante que se iniciase el partido entre los Medias Rojas y los Angelinos.

"Ha sido grandioso verlo de nuevo", declaró el piloto de los Medias Rojas, John Farrell. "Volvió la diversión al Fenway Park, un día bien merecido para él, y me he sentido muy feliz de celebrar a David una vez más. Verlo de nuevo en el estadio, verlo sonreír, escuchar su peculiar voz, ha significado vivir una jornada muy especial para todos nosotros".

Tras iniciar su carrera con los Mellizos y pasar seis temporadas en Minnesota, Ortiz jugó 14 campañas por los Medias Rojas, en las que ayudó a Boston a ganar la Serie Mundial tres veces: en el 2004, con la que rompieron la "Maldición del Bambino", 2007 y 2013, cuando fue elegido Jugador Más Valioso (MVP).

Ortiz completó su carrera profesional con 541 cuadrangulares de por vida, además de 1.768 carreras producidas y promedio de .286 en 2.408 partidos oficiales que disputó.

Las 14 temporadas que disputó con los Medias Rojas le permitieron lograr 483 jonrones y tuvo .956 en el porcentaje de embasarse más Slugging (OPS).EFE

Big Papi ya es parte de la grandeza de Boston

Santo Domingo, 23 jun (EFE/Ramón Santos Lantigua).- David Ortiz Arias o, simplemente, 'Big Papi', es un tipo afortunado. Bueno, también talentoso.

Se retiró del béisbol en activo el año pasado con muchos coreando que no lo hiciera porque aún le quedaba bastante gasolina en el tanque. Las estadísticas de las Grandes Ligas afirman que abandonó el campo con los mejores números de jugador alguno en su último año.

O sea, que este señor no solo es afortunado y talentoso: también es muy inteligente.

Este viernes los Medias Rojas de Boston le rinden homenaje con la retirada del famoso número 34 que Ortiz usó en su espalda con la franquicia, a la que ayudó decididamente a conquistar tres Series Mundiales en solo nueve años tras una 'maldición' de 84 temporadas.

El poderoso jugador dominicano se ganó el respeto y el cariño en Boston gracias a su bate explosivo y a su amplísima sonrisa, adornos de una personalidad carismática que trasciende el campo de béisbol.

Tras pasar en Nueva Inglaterra los últimos 14 de sus 20 años en las Grandes Ligas, 'Big Papi' cerró la "fábrica" con promedio al palo de .286, 541 cuadrangulares, 1.758 carreras impulsadas, 1.419 anotadas, 632 dobletes, 8.640 turnos, .620 de 'slugging' y un OPS de 1.021.

Como si fuera poco, fue convocado 10 veces al Juego de Estrellas, recibió siete premios Bate de Plata, se alzó dos veces con el premio Hank Aaron, una con el Roberto Clemente y ocho con el Edgar Martínez. Y para redondear, fue líder en 'vuelacercas' de la Liga Americana en 2006 con 54.

Nada mal para un muchacho que en 2002 despachó 25 'jonrones' y empujó 75 carreras en 125 partidos con los Mellizos de Minnesota, su primer conjunto en las Mayores, que prefirió dejarlo libre para no pagarle los 1,5 millones de dólares que pedía en arbitraje.

Los Mellizos argumentaron en su momento que esa no fue la causa, sino las lesiones que aquejaban al primera base y bateador designado.

Sea como fuere, al concluir la carrera de Ortiz los aficionados de Minnesota lamentan esa decisión, mientras que los de Boston la bendicen por los siglos de los siglos.

Pues el nativo del sureño municipio de Haina, contiguo a la capital dominicana, supo aprovechar la oportunidad que le agenció en 2003 un 'peso pesado' de los Medias Rojas: su compatriota Pedro Martínez, cuando habló con el entonces gerente Theo Epstein para que el equipo se hiciera con los servicios del portentoso bateador zurdo.

De ahí en adelante la historia se escribe sola.

Tres anillos de Serie Mundial y otro de Jugador Más Valioso del título de 2013 pertenecientes a Ortiz, se exhiben estos días en Boston con fines caritativos.

El exjugador es el propulsor de una fundación que financia el coste de intervenciones quirúrgicas a niños afectados de enfermedades cardíacas tanto en República Dominicana como en Estados Unidos.

Las memorias de los bostonianos recuerdan sus estacazos para decidir partidos de ronda regular y de 'play-offs'; pero también la famosa arenga que pronunció en el Fenway Park cuatro días después de los atentados terroristas del Maratón de Boston de 2013.

Ortiz se hizo con el micrófono y alentó a miles de aficionados a no dejarse abatir por el suceso. Desde ese día pasó de estrella del béisbol a héroe de una de las ciudades estadounidenses más emblemáticas.

Una muestra del tipo de respeto que cosechó a lo largo de su fructífera carrera fue la despedida que los estadios de Grandes Ligas le tributaron el año pasado, con regalos y decenas de simpáticas historias a su alrededor.

Estos días circula el libro "Big Papi: My Story", donde apunta situaciones y anécdotas tan peculiares como aquella de que su compatriota y también extoletero de los Medias Rojas, Manny Ramírez, le invita a restaurantes en esa ciudad y le dejaba plantado.

También da su versión sobre el tipo de comportamiento para con él que le deparaba el gerente general Epstein.

"Theo, el fanático inteligente y apasionado de los Medias Rojas, era un tipo 'cool' conmigo. Pero el Theo ejecutivo de los Medias Rojas, que solo pensaba en números, era un maldito cuando se trataba de negociar mis contratos", narra Ortiz.

Algunos de los legendarios nombres de los Medias Rojas, como Ted Williams, Carton Fish y Jim Rice, esperaron muchos años para ver sus números colgados en el viejo Fenway Park.

Ortiz, el 'Big Papi', aún no cumple un año desde su retirada y verá como su 34 se unirá a esos grandes.

Tal vez la explicación más acertada la emitió este jueves el presidente del equipo Sam Kennedy: "Ese corto lapso de tiempo es un símbolo de lo que todo el mundo considera ha sido el jugador más importante en la historia de los Medias Rojas".

Si dentro de cuatro años los escritores del béisbol de las Grandes Ligas convierten a Ortiz en el primer bateador designado en ser elevado al Salón de la Fama, es casi seguro de que nos encontremos en las estanterías con "Big Papi: My Story II". EFE

Ortiz ya tiene calle en Boston y vuelve a ser vitoreado en el Fenway Park

Boston (EE.UU.) (EFE).- El expelotero dominicano David Ortiz volvió de nuevo a Boston para participar en la colocación de su nombre en una calle cercana al Fenway Park, donde luego acudió para ser vitoreado de nuevo por los aficionados de los Medias Rojas.

Las autoridades locales acudieron junto con Ortiz a la ceremonia en la que se le cambió el nombre a la calle Yawkey Way Extension, que a partir de ahora ya tiene el nombre de David Ortiz Drive.

El acto, al igual que luego su presencia en el Fenway Park, fueron los primeros de una serie que anteceden al de la retirada de su números 34 que tendrá lugar el viernes por la noche durante el partido que los Medias Rojas van a disputar frente a los Angelinos de Los Angeles.

"Esta ciudad significa mucho para mi", declaró Ortiz durante el acto en el que su nombre pasó a formar parte del callejero oficial de Boston. "Esta ciudad me ha permitido llegar a lo que soy ahora".

El alcalde de Boston, Marty Walsh, presente en el acto de rebautizar la calle en honor a Ortiz, dijo que "Big Papi" es una "leyenda dentro y fuera del campo".

Walsh evocó cómo Ortiz levantó el ánimo en la ciudad tras el atentado terrorista perpetrado en el mortal maratón de Boston de 2013, cuando tomó un micrófono en el montículo de Fenway y proclamó: "Esta es nuestra (improperio) ciudad".

"En uno de los momentos más sombríos de la ciudad, fue alguien que nos ayudó a levantarnos de inmediato", destacó Walsh. "Su figura y calidad humana siempre ha servido de inspiración para todos los segmentos de la comunidad y en especial para los jóvenes".

Ortiz también participó esta noche en un evento de recaudación de fondos celebrado en el Boston’s Houston of Blues, con la presencia de Bill Burr, su excompañero Dustin Pedroia, Sarah Tianna y Lenny Clarke.

Todo lo recaudado tendrá como destinatario la Fundación Infantil David Ortiz.

Ortiz, de 51 años, como profesional jugó 20 temporadas en las Grandes Ligas, 14 con los Medias Rojas, y consiguió 541 jonrones, la mayoría con el equipo de Boston que al final ganó tres Series Mundiales y romper el maleficio de la "Maldición del Bambino", que se dio después que fue traspasado el legendario Babe Ruth a los Yanquis de Nueva York.

Ortiz, que ganó el premio de Jugador más Valioso (MVP) en la Serie Mundial del 2013, dijo que lo que había conseguido en el campo había sido importante, pero que participar y ayudar permanentemente a la comunidad de Boston fue todavía más grande.

Esa realidad ha hecho posible que Ortiz también haya batido todas las marcas de rapidez a la hora de retirarle el número 34 que siempre vistió con la franela de los Medias Rojas.

Legendarios del equipo como Ted Williams debió esperar 24 años tras su último turno al bate antes que los Medias Rojas colgasen su número en la fachada del Fenway Park.

Bobby Doerr y Joe Cronin aguardaron 37 años, mientras que Carlton Fisk y Jim Rice esperaron 20.

Sin embargo, el número 34 de Ortiz se sumará a ese grupo la noche del viernes, apenas 265 días después de que el ídolo dominicano se despidió del diamante de Fenway por última vez como pelotero y el jueves también lo volvió a pisar.

"Ese corto lapso de tiempo es un símbolo de lo que todo el mundo considera ha sido el jugador más importante en la historia de los Medias Rojas", reconoció el presidente del equipo Sam Kennedy. "Su figura ha sido excepcional dentro y fuera del campo".

Los Medias Rojas retirarán el número de "Big Papi" durante el partido frente a los Angelinos y será el undécimo número que estará en la fachada del campo, y el tercero en tres temporadas.

Como bateador designado, ayudó a los Medias Rojas a ganar tres Series Mundiales, incluyendo el primer campeonato de la franquicia en 86 años en 2004.

La despedida de Ortiz derivó en un derroche de aprecio y reconocimientos a lo largo de la temporada, recibiendo obsequios en los estadios que visitaba y luego con un homenaje que abarcó un fin de semana en Fenway.EFE