Redacción deportes, 12 ene (EFE/Roberto Morales).- El portugués del Real Madrid Cristiano Ronaldo conquistó su tercer Balón de Oro, que le reconoce como el mejor jugador del mundo por segundo año consecutivo, para asaltar la historia y amenazar el dominio del argentino del Barcelona Lionel Messi.
Era un galardón esperado, un justo reconocimiento a un futbolista que ha dominado el 2014 con 56 goles en 51 partidos con el Real Madrid, referente máximo de un equipo que conquistó la ansiada Décima Copa de Europa, la Copa del Rey, gracias a su exhibición goleadora, la Supercopa de Europa y puso la guinda con el Mundial de Clubes.
No hubo lágrimas de Cristiano en esta ocasión en el Kongresshaus de Zúrich, las contuvo como pudo mostrando la emoción de ver reconocido su enorme esfuerzo. Cómodo sobre el escenario, sintiendo el protagonismo de los focos apuntándole tras cortar la pasada temporada el dominio de Messi con cuatro balones consecutivos, acabó con su grito característico. Un "uuuuhhhh" que desentonaba con su inmaculado traje negro pero que reivindica su figura.
El protagonismo del Real Madrid se extendió en el Premio Puskas. Lo conquistó el zurdazo de James Rodríguez del Mundial de Brasil con Colombia ante Uruguay. Un gol que cambió su carrera. "Es para todo Colombia, solo tengo palabras de felicidad"
"Nunca pensé ganar tres veces este balón, ahora espero no quedarme aquí. Espero llegar a los cuatro de Messi. Quiero pasar a la historia del fútbol como el mejor". Así es Cristiano, insaciable hasta en el éxito, marcando un objetivo inalcanzable para cualquiera menos para un jugador que vive por y para el fútbol. Se repitió la imagen de su hijo subiendo al escenario, recibido con sonrisa pero sin las lágrimas que marcaron la entrega de hace un año.
La caza al argentino es una de sus motivaciones diarias mientras se convierte en leyenda. Iguala con tres a los holandeses Johan Cruyff (1971, 1973, 1974) y Marco Van Basten (1988, 1989, 1992), al francés Michel Platini (1982, 1983, 1983). Superando ampliamente en la votación a sus rivales con un 37,66% de los votos, por un 15,76% de Messi y un 15,72% de Manuel Neuer.
No hay reconocimiento para los porteros, ni espacio para ello hasta que no se entregue un galardón por línea del campo. El protagonismo recae en los goleadores, más aún en la era de dos futbolistas de otra dimensión. Messi y Cristiano dominan los últimos siete años. Van camino de la década en otra dimensión.
El protagonismo de Messi se redujo este año. Deslumbró de nuevo en la pasarela con su elección de traje de Dolce & Gabbana, un morado brillante que llamó la atención en la imagen del once de gala. Más aún lo hizo su seriedad cuando se proyectó el vídeo de Luis Enrique elogiando sus virtudes. Contrastó con la sonrisa pícara que le iluminó cuando le tocó el turno a su amigo Aimar. Completaron el equipo ideal Neuer, Sergio Ramos, Thiago Silva, David Luiz, Philipp Lahm, Toni Kroos, Andrés Iniesta, Ángel Di Maria, Arjen Robben y Cristiano Ronaldo. La figura de Messi adquirió relevancia cuando se supo que votó a Alejandro Sabella, Guardiola y Mourinho como mejores entrenadores.
El protagonismo del Real Madrid se extendió en el Premio Puskas. Lo conquistó el zurdazo de James Rodríguez del Mundial de Brasil con Colombia ante Uruguay. Un gol que cambió su carrera. "Es para todo Colombia, solo tengo palabras de felicidad".
La gala estuvo dirigida esta edición por Kate Abdo, presentadora de Sky Sports News. En esta ocasión sin compañía de un exjugador al lado, marcada por las emotivas palabras del presidente de FIFA Joseph Blatter tras los atentados terroristas de París, "esta noche todos somos franceses", y con un gesto en la lucha contra el mayor brote de ébola. Fue monótona hasta el grito final de Cristiano.
El Mundial de Brasil fue decisivo en la decisión por el mejor técnico. La exhibición de Alemania impulsó la elección de Joachim Löw, cuya gesta al devolver a la cima del mundo con un nuevo estilo a una selección que superó años de incertidumbre, se impuso a los grandes méritos de Carlo Ancelotti al dar al madridismo la Décima Copa de Europa y el gran trabajo de Diego Pablo Simeone con un Atlético de Madrid al que ha vuelto a situar entre los grandes con la conquista de la Liga.
Con su humildad habitual Löw, que tuvo el 36.23% de los votos por 22.06% de Ancelotti y 19,02% de Simeone, hizo extensible su éxito. "Es un galardón que no lo considero individual, si no un premio a Alemania que como el Mundial es el resultado de muchos años de trabajo y de decisiones acertadas. Agradezco el trabajo de todos los entrenadores alemanes que son nombrados entrenadores del año".
El fútbol alemán mandó también en el apartado femenino. El técnico Ralf Kellermann recibió el galardón por su dirección del Wolfsburgo germano, en el que brilla Nadine Kessler, nombrada mejor futbolista del mundo. Hubo un reconocimiento especial a los voluntarios de FIFA del Mundial y la distinción presidencial a un periodista, el japonés Hiroshi Kagawa. EFE