Redacción Deportes (EEUU), 20 nov (EFE).- Todo está listo en el Hotel Mandalay Bay, de Las Vegas (Nevada) para que Miguel Cotto y Saúl 'Canelo' Álvarez protagonicen mañana, sábado, un nuevo capítulo en la histórica rivalidad boxística que existe entre Puerto Rico y México.
Ambos tendrán que decidir al mejor dentro del peso mediano con Cotto como campeón del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), organismo que ya no lo reconoce como tal al no haber pagado lo que estimula el reglamento antes de cada pelea.
Al margen de la burocracia de unos organismos que no tienen ningún tipo de autoridad a la hora de obligar a los boxeadores y promotores a cumplir con las reglas, Cotto se ahorró con su decisión 1,4 millones de dólares, la pelea se presenta como uno de las más interesantes y atractivas del año 2015.
Boxeadores con estilos completamente diferentes, al margen de cual sea el resultado final, lo que ya tienen garantizado es revivir una de las rivalidades más grandes que hay dentro del boxeo profesional, que lleva décadas de existencia desde que en 1934 se enfrentó el boricua Sixto Escobar con el mexicano Rodolfo 'Baby' Casanova.
Escobar fue el ganador de la pelea dentro del peso gallo que lo convirtió en el primer púgil puertorriqueño que ganó un título mundial y desde entonces todo ha sido ampliar el grado de rivalidad.
Cotto, de 35 años, ha conseguido una segunda vida deportiva bajo la dirección del legendario preparador Freddie Roach, tras dejar al cubano Pedro Luis Díaz, y un triunfo ante Álvarez lo pondría de nuevo en una posición ideal para realizar otra pelea millonaria aunque dentro de una categoría inferior.
"Sé lo que significa la rivalidad entre nuestros dos países cuando subimos a un cuadrilátero y estoy listo para la guerra", declaró Cotto, que llega a la pelea con marca de 40-4, 33 triunfos por la vía del nocaut. "No sólo me he preparado mejor que nunca, además tengo experiencia, potencia en mis golpes y soy superior a mi rival".
Cotto también está convencido de que su pelea no tendrá nada que envidiar a los históricos duelos que protagonizaron anteriormente su compatriotas Félix Trinidad contra Oscar De La Hoya, Wilfredo Gómez ante Salvador Sánchez y Héctor 'Macho' Camacho frente Julio César Chávez.
El duelo entre Gómez y Sánchez, que se dio en 1981, se considera una de las mejores peleas de púgiles de ambos países.
Cotto se mantiene como una de las más grandes estrellas del boxeo puertorriqueño durante años al ser el primer púgil de su país en ganar títulos mundiales en cuatro categorías de peso diferentes.
Álvarez, de sólo 25 años, ya llega a la pelea como excampéon del mundo del peso mediano junior y con marca de 45-1-1, incluidas 32 victorias conseguidas por la vía rápida, y actualmente es el gran símbolo del boxeo mexicano y el peleador más popular.
"Hay una gran historia entre México y Puerto Rico, y estoy seguro que la que voy a protagonizar también entrará en los libros de las mejores de todos los tiempos", destacó Álvarez. "Tengo un gran orgullo de representar a mi país como boxeador y lo daré todo en el cuadrilátero".
Álvarez, que el pasado mayo ganó por nocaut al estadounidense James Kirkland en el tercer asalto de la pelea en el Minute Maid, de Houston, está convencido de su triunfo y también por la vía rápida.
Lo que nadie cuestiona es que el duelo Cotto-Álvarez será también un duelo "explosivo" con el joven púgil mexicano que tendrá que presionar constantemente y colocar buenos y potentes golpes si quiere conseguir la victoria porque su rival aguanta muy bien el castigo y va a más a medida que pasan los asaltos.
Bajo la dirección de Roach, Cotto también ha adquirido velocidad en sus piernas y brazos a la hora de soltar golpes, que poseen una gran potencia y hacen daño por lo que Álvárez tendrá que cuidarse muchísimo a la hora de no ser alcanzado por un golpe que le ponga en problemas.
La mejor definición de lo que puede ser la pelea entre Cotto y Álvarez la hizo De La Hoya, el promotor que representa al púgil mexicano, pero que también reconoce la gran clase del rival.
"La historia demuestra que cuando se enfrentan un boxeador puertorriqueño contra un mexicano, la emoción, el suspense y el intercambio de golpes constante están garantizados", destacó De La Hoya. "Por eso todo el mundo está pendiente de la pelea del sábado porque saben que habrá un gran espectáculo deportivo y que el ganador será un auténtico campeón". EFE