Houston (EE.UU.), (EFE).- La clase y el talento de los peloteros latinoamericanos que brillan en el mejor béisbol de las Grandes Ligas estarán una vez más en el Clásico Mundial porque todas ellas, sin excepción, que recibieron la invitación, han dicho "si" a estar con sus respectivos equipos nacionales.
Una realidad muy diferente a lo que sucede con los peloteros estadounidenses, que aunque han formado de nuevo un gran equipo, muchas de las grandes luminarias, al final ni han aceptado la invitación o se han escudado en la "prohibición" que les llegó por parte de sus respectivas franquicias.
Estrellas como Adrián Beltré, Manny Machado y Robinson Canó, entre otras figuras dominicanas estarán con el equipo nacional para defender el título de campeones de la pasada edición.
Lo mismo sucede con todo el joven talento que hay actualmente en el béisbol puertorriqueño, donde destacan Francisco Lindor y Carlos Correa, que inclusive ya admitido que no tiene ningún problema en jugar en la tercera base para que su compañero pueda seguir como torpedero titular.
"No tengo ningún problema con jugar en la antesala", dijo Correa. "Siento que Lindor se ganó el puesto al haber ganado el Guante de Oro y les dije que no tengo problemas con ahí. Pienso que voy a jugar en la tercera base allá (con Puerto Rico)".
El lanzador estelar Félix Hernández está entusiasmado por la manera como le van las cosas en los campos de entrenamiento con los Marineros de Seattle y sobre llegar en excelente condición al partido de apertura con Venezuela en el Clásico Mundial ante Puerto Rico.
"El Clásico es un torneo precoz, un producto precoz, pero estamos comprometidos en que todo lo que hacemos apunte a una plataforma global", destacó Chris Park, vicepresidente de Grandes Ligas para estrategia internacional.
Hernández, de 30 años, trabajará con sus compañeros de la selección venezolana en los entrenamientos de los Vigilantes de Texas en Surprise (Arizona) antes que el viernes se encargue del duelo inaugural ante la novena boricua.
"Estoy emocionado, bastante emocionado", reconoció Hernández. "Tuve la oportunidad de jugar en el 2009 y fue una muy buena experiencia. Me lo perdí en el 2013, así que me emociona poder jugar en éste".
Ni que decir del entusiasmo de su compatriota Miguel Cabrera el toletero estelar que será clave en la ofensiva de Venezuela durante el Clásico.
Todo ese entusiasmo, y ilusión y ganas de triunfar en el Clásico Mundial está ajeno entre los peloteros estadounidenses, que admiten no tener ningún tipo de interés especial por lo que pueda generar los 17 días de competición.
El que mejor definió la filosofía y posición de los peloteros estadounidenses frente a la disputa del Clásico fue el lanzador estelar Noah Syndergaard, de los Mets de Nueva York, que recordó que el era jugador de un equipo de las Grandes Ligas y fue aun más allá en su argumento.
"Nadie entra al Salón de Fama y gana la Serie Mundial jugando en el Clásico", cuestionó.
El lanzador de 24 años no pudo ser más honesto a la hora de dejar bien claro los motivos que hacen que no le interese para nada lo que pueda suceder en el Clásico Mundial, ni tan siquiera al equipo nacional de Estados Unidos.
Otros jóvenes valores de las Grandes Ligas que son los que brillan en las Grandes Ligas y se proyectan como la imagen del futuro del mejor béisbol del mundo, como son Mike Trout, Bryce Harper, Kris Bryant y Mookie Betts, entre otros, tampoco estarán presentes en el Clásico.
El veterano estelar, el zurdo Clayton Kershaw, de los Dodgers de Los Angeles, que ha ganado tres Cy Youngs desde 2011, aun sabiendo que la final se va a disputar en el estadio de su equipo, aceptó la invitación de estar con el equipo nacional de Estados Unidos.
"Sería fabuloso ir a representar a tu país", afirmó Kershaw. "Pero la prioridad es siempre la temporada. Es decir el equipo que nos paga y por el que tenemos que llegar en plenitud de forma cuando den comienzo las acciones de verdad".
Aquí es donde yace el gran problema del Clásico, el torneo que tiene como dueños a la organización de Grandes Ligas y al sindicato de peloteros.
Sin embargo, la falta de grandes figuras estadounidenses hace que su impacto se limita a zonas geográficas donde el béisbol ya es fuerte, en Latinoamérica y Japón, que a pesar de tener dos títulos, está vez también llega con un equipo sin los mejores profesionales.
Tampoco ayuda que en Estados Unidos, el principal anfitrión, la indiferencia prevalece y la gran esperanza que existe entre los organizadores es que el equipo de las Barras y las Estrellas puedan alcanzar la gran final y cambie esa percepción y actitud.
De ahí también que siempre se le pregunte al comisionado de las Grandes Ligas, Rob Manfred, y al presidente del sindicato de jugadores, Tony Clark, si al "Clásico" tiene futuro o los días contados.
Ambos responde de manera categórica que están comprometidos a organizarlo otra edición más, la del 2021 y más ahora que el dinero que se saque ayudará a las federaciones de cara a prepararse para la vuelta a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, donde regresa como deporte olímpico.
La internacionalización del béisbol implica penetrar en Europa, el Cono Sur del continente americano y África, algo que todavía está lejos que suceda, pero el "Clásico" puede ayudar.
"El Clásico es un torneo precoz, un producto precoz, pero estamos comprometidos en que todo lo que hacemos apunte a una plataforma global", destacó Chris Park, vicepresidente de Grandes Ligas para estrategia internacional.
En este sentido, se estima que el torneo generará más de 100 millones de dólares en ingresos. Un total 171 países recibirán las transmisiones del Clásico, que cuenta con más de 50 patrocinadores comerciales, un avance considerable con relación a lo conseguido en la pasada edición del 2013.EFE