Chicago (EEUU), 23 oct (EFE).- Nadie como los Cachorros de Chicago y sus seguidores han sufrido grandes "decepciones" dentro del deporte profesional estadounidense desde hace 71 años, pero el sufrimiento llegó a su final la anoche cuando superaron al mejor lanzador de las mayores y alcanzaron su primera Serie Mundial desde 1945.

Atrás, con la blanqueada de 5-0 ante los Dodgers de Los Ángeles, en el sexto partido de la serie del campeonato de la Liga Nacional, que ganaron por 4-2, al mejor de siete, podrían quedar para siempre la "maldición" de una cabra de 1908 y el tormento que les produjo el espectador Steve Bartman, el 14 de octubre de 2003, al quitarle una pelota al dominicano Moisés Alou que era decisiva.

El abridor Kyle Hendricks superó a Kershaw en el montículo, el primera base Anthony Rizzo y receptor venezolano Willson Contreras aportaron sendos jonrones y los Cachorros ganaron su primer banderín de la Liga Nacional con todo merecimiento y haciendo honor a los pronósticos de grandes favoritos.

La sequía llegó a su fin cuando el cerrador cubano Aroldis Chapman hizo que su compatriota, el bateador emergente Yasiel Puig pegara un rodado para doble matanza, que dio pasó a una celebración histórica en el legendario Wrigley Field.

En la que destacaron el segunda base puertorriqueño Javier Báez y el abridor zurdo Jon Lester que compartieron el premio de Jugador Más Valioso (MVP) de la serie.

Ahora los Cachorros se preparan para la búsqueda de su primer título desde 1908, y la lucha por conseguirlo la inician el próximo martes cuando se enfrenten en el Progressive Field de Cleveland al equipo local de los Indios, campeones del banderín de la Liga Americana.

Los Indios también tuvieron que esperar desde la temporada de 1997 para llegar a la Serie Mundial y no la ganan desde 1948.

Todos los jugadores de los Cachorros se mostraron unánimes al reconocer que estaban más cerca que nunca del gran sueño y que debían seguir con la misma mentalidad ganadora que tuvieron durante toda la temporada para darle la alegría que se merece la ciudad y la afición.

"Esta ciudad se lo merece tanto", declaró Rizzo al concluir el partido. "Nos quedan cuatro juegos decisivos más que tenemos que ganar, pero vamos a disfrutar esto. Vamos a la Serie Mundial. No puedo creerlo".

Pero los Cachorros bajo la dirección del piloto Joe Maddon, que partieron como grandes favoritos para ganar la Serie Mundial desde la pretemporada, los hicieron buenos hasta ahora después de haber ganado 103 partidos en la temporada regular, récord de equipo, y eliminaron a los Gigantes de San Francisco (3-2) y Dodgers (4-2) en los playoffs.

El banderín de liga conseguido por los Cachorros es el decimoséptimo, pero la última Serie Mundial que jugaron fueron la de 1945 que perdieron ante los Tigres de Detroit.

Esta vez los fanáticos de los Cachorros no tuvieron que soportar durante el descanso invernal la eterna consigna de "Esperar hasta al año próximo" porque quedó archivada la pasada noche en el Wrigley Field, donde el equipo comenzó a pensar en el futuro de un "Clásico de Otoño" y no el recordar el historial de fracasos.

"Somos muy jóvenes. No nos importa", señaló el estelar toletero y tercera base Kris Bryant. "No perdemos tiempo pensando en eso. Este es un nuevo equipo. Este es un momento completamente distinto en nuestras vidas. Los disfrutamos y apenas estamos empezando nuestra tarea".

Hendricks (1-1), que lanzó pelota de dos imparables en siete entradas y un tercio se mostró eufórico de ayudar al equipo a estar en la Serie Mundial en lo que hasta ahora había sido el partido ás importante de su carrera.

"Sabía que tenía toda la confianza en hacer bien las cosas desde el montículo, pero lo más grande fue ver la ayuda que recibí de mis compañeros desde el inicio, ahí estuvo la clave de nuestro triunfo", destacó Hendricks, de 26 años.

Mientras que Chapman hizo honor a la gran potencia de su brazo y pasó a la historia por ser el relevista que saco los últimos cinco "outs" del partido que permitió a los Cachorros volver a la Serie Mundial después de 71 años de espera.

"Es algo maravilloso el poder alcanzar el Clásico de Otoño y estoy listo para el último gran reto", destacó Champan, que llegó al final de la temporada regular traspasado por los Yanquis de Nueva York. "Nunca me pude imaginar que pudiese estar viviendo el sueño de tener la oportunidad de lanzar en una Serie Mundial".

Aunque tendrán menos tiempo para descansar de lo que han disfrutado los Indios, los Cachorros se sienten que están más preparados que nunca para completar un año de ensueño y dejar atrás todas las "maldiciones" que pesaban sobre el equipo.EFE