SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El beep, beep lo identifica desde que lo escuchas. La agitación entre los jugadores es evidente, “corre, corre”, exclaman sin cesar a quien trata de tocar una base que no puede ver.
“La emoción de tener un bate en la mano y saber que vas a ser contacto con una pelota, a mí me sube la adrenalina. A veces me dicen: -¡óyeme ve más suave con los swing, que vas muy rápido!-”, manifiesta con visible éxtasis Estanislao Mora quien sufre de retinitis pigmentosa progresiva.
La retinitis pigmentosa le produce ceguera nocturna, asevera que en el día ve mejor pero en la noche su visión es prácticamente nula. Posee un rango de visión por debajo de 20.
Estanislao pertenece al equipo de beisbol Huracanes del Caribe. ¿Quien le diría que a sus 37 años podría jugar beisbol con baja visión?, pensaba que ya no sería posible.
“Fue el sueño de mi vida. A la edad de 15 años yo jugaba béisbol y tuve que dejarlo por mi discapacidad”, dice.
Como Estanislao, unos 24 hombres juegan un beisbol “distinto” al que identifica la cultura dominicana, el Beep Baseball o beisbol con sonido.
“Este juego es muy parecido al baseball con la singularidad de que, en vez de tres bases, tiene dos, y que la pelota tiene un sonido para ubicarla”, explica Eduardo Pérez entrenador de los Huracanes del Caribe.
En posición de bateo Juan espera que el pitcher, vidente, le indique cuando tirara la bola. No ve nada, aparte de que es un no vidente lleva puesta una venda en los ojos.
“¡Listo. Bola!”, le grita Eduardo a Juan quien se dispone a hacer el swing a la pelota que emite un sonido chillón. Le lanza una y otra vez, hasta que le pega y la envía hacia el lado izquierdo del verde campo de juegos.
“Cuando el jugador se posiciona en el homeplay se le dice “Listo” que es una forma de que el pueda prepararse, entonces cuando se va a lanzar se dice “bola o tiro” y ya el tiene conocimiento de que se va a lanzar la bola y busca reconocerla por medio del sonido” detalla con simpleza y vives en sus ojos, Eduardo.
Los que están al frente se orientan con el sonido de la esfera, son no videntes o de baja visión, pero todos usan una venda. Se arroja al suelo y Estanislao la recoge, ya es un out.
“La idea es que cuando el corredor batea tiene que llegar a la base y si llega a la base antes de que el jugador que está en el terreno tenga control de la bola, entonces es una carrera; si no llega y el jugador del cuadro toma primero la bola entonces es out”, expresa Eduardo, su manager.
“Este juego es muy parecido al baseball con la singularidad de que, en vez de tres bases, tiene dos, y que la pelota tiene un sonido para ubicarla”
Excitado, Estanislao asegura es de los más interesados en el juego y se le nota en la enorme sonrisa que refleja cada vez que logra lo “imposible”. “Estos muchachos están haciendo de lo imposible, lo posible”.
El pitcher es parte del equipo del bateador, mientras atrás de él, esparcidos en el campo de juego como semillas de girasoles, unos 6 jugadores del equipo contrario esperan la bola.
A diferencia del beisbol tiene la oportunidad de tener 4 penalidades, faltas o strike. Además, se le puede pichar hasta 5 lanzamientos, y solo juegan 6 innings aunque si llegan empatados hasta el 6to se sigue jugando hasta que se pueda desempatar.
“Unos le tiran desde el inicio, otros dejan pasar un lanzamiento para irla buscando por la audición que realmente es por lo que ellos pueden ver la bola, por medio de la audición”, Eduardo se cerciora de que se entienda lo que dice.
Una mujer de piel oscura los guía luego que llegan a la base y anotan una carrera. Ella lleva ropa negra, luciendo su elegante sonrisa motivadora para los que participan en el Beep baseball.
Su nombre es Lorenza Espinal Santos, trabajadora social y miembro del Patronato de Ciegos. Se encarga de trasladar a los no videntes y de baja visión, que pertenecen al patronato, hacia el campo de juego y viceversa.
Todos provienen del patronato, unos aún toman sesiones de rehabilitación y otros hacen curso de masaje. “Ellos estaban ahí y se les dijo “¿quieren jugar pelota?” y los que se atrevieron están aquí y los que no ahora quieren venir porque vieron como es todo”.
Asegura que han reaccionado positivamente y que se sienten muchísimo más motivados, porque el deporte de la pelota antes era visto como inalcanzable para las personas que tenían esta discapacidad, pero ya no.
“Ellos vienen con precariedades, pero vienen como sea. El grupo nunca ha dejado de bajar la asistencia al contrario siempre quieren venir y están contentos”, señala.
Practican 5 horas a la semana, los martes y viernes.
“Aquí están ellos dando el 100%. Son unas personas con una actitud emocionante y motivadora. Siempre están en disposición de dar lo mejor”.
El Beep baseball en RD
El Beep Baseball llega a la República Dominicana a través de la fundación Francina Hungría, lanzada el lunes 13 de mayo por Francina Hungría quien fue víctima de un atraco momento en que recibió un disparo en el rostro causándole la pérdida de la visión.
“Llegamos acá gracias a las intenciones del señor Frank Hungría padre de Francina Hungría, quien nos propone este proyecto. Desde un principio fue emocionante para mí y muy curioso, ya que tenía conocimiento de lo que es el juego del baseball pero no tenía conocimientos exactos de lo que es el Beep Baseball”, afirma Eduardo Pérez.
Eduardo, quien jugó para los Orioles de Baltimore, tuvo que asesorarse con entrenadores y jugadores de Estados Unidos para conocer más a fondo las reglas del juego.
El próximo 6 de julio se realizará el Clásico de Beep Baseball, por primera vez en la República Dominicana, y cuenta con el apoyo del Comité Olímpico Dominicano, Moisés Alou, empresas privadas e instituciones públicas y será producido por Gil Albelo-Una Producción.
Historia del Beep Baseball
Según la historia, el Beep Baseball se crea en el año 1964 por un hombre llamado Charlie Fairbank en los Estados Unidos.
Fairbank tenía una niña con discapacidad visual a la que veía jugar con una pelota de beisbol lo que lo motivó a colocarle un dispositivo de sonido a la bola para que la niña pueda encontrarla y de ahí nace exactamente lo que es el beisbol con sonido.
En 1976 tuvo lugar la primera competición de béisbol con sonido en la pequeña villa de Sant Paul en el estado de Minessotta, donde acudieron unos 1500 espectadores lo que significó un rotundo éxito.