PALMA, España.- Ante las dudas del entrenador Quique Setién, sobre su alineación como titular, y las del propio Arturo Vidal, con insistentes ofertas desde el Calcio, el chileno demostró que tiene suficiente con 64 segundos para decantar cualquier partido, como ocurrió este sábado en Palma (0-4).
Vidal formó en la medular con Frenkie de Jong y Sergio Busquets y en su primera intervención empezó a decidir el partido. Marcó de cabeza después de un preciso centro desde la izquierda de Jordi Alba, tras una jugada colectiva en la que el Barça presionó muy arriba y demostró que quería hacerse con el partido desde el primer minuto.
El jugador de la comuna San Joaquín de Santiago de Chile estuvo intenso, como siempre, y añadió el plus del gol. Es su décimo tanto como jugador azulgrana en 56 partidos. En ese periodo, además, suma nueve asistencias.
El gol es el segundo más rápido del Barça en los últimos años, después del conseguido por Munir angte el Malaga en 2016, y el segundo más rápido de esta temporada en LaLiga tras el tanto anotado por Jaime Mata (Getafe) en Mestalla.
El tanto del chileno se produce justo cuando estaba dispuesto a abandonar el Barça. En una entrevista publicada por 'El Periódico de Catalunya', Arturo Vidal aseguró que quiere sentirse importante en el Barça, de lo contrario hará sus maletas.
"Quiero sentirme importante y si no… Si no uno tiene que mirar por su carrera. En Barcelona estoy espectacular, mi familia es feliz y tengo muy buenos compañeros", dijo.
Vidal admite que quiere jugar "no todos los partidos", pero si los que sean claves "los que ayudan a ganar títulos". Al chileno le queda un año de contrato en Barcelona.
El gol de Vidal fue el primero de un Barcelona que metió cuatro y ha reforzado su liderato en LaLiga. Martin Braithwaite, Jordi Alba y Leo Messi fueron los autores de los otros tres de un partido muy cómodo para los azulgranas ante un conjunto bermellón sin mordiente y en el que solo destacó el japonés Takefusa Kubo.
Con su victoria en el Visit Mallorca Estadi el Barça le saca cinco puntos al Real Madrid, a la espera del partido que los madridistas jugarán este domingo ante el Eibar.
El Mallorca encaja la séptima derrota en casa y sigue en posiciones de descenso.
El balón volvió a rodar en la isla tras la pandemia y tanto el Mallorca como el Barça hicieron lo posible para adaptarse lo mejor posible a la nueva normalidad del fútbol: gradas vacías, rigurosas medidas sanitarias y un partido vital para sus respectivos intereses.
El choque entre dos equipos separados por 33 puntos en la tabla tuvo un aire de amistoso de pretemporada, o de un entrenamiento al principio, pero ambas sensaciones fueron efímeras, más que nada, por el valioso botín que estaba en juego.
El once de Setién quería los tres puntos en juego para mantener el liderato, y el de Vicente Moreno, sumarlos con el objetivo de no agravar aun más su precaria situación en la tabla.
Al Barça se le vio cómodo en los primeros minutos. Movió el balón de lado a lado del campo como es habitual en su juego, a la espera de un error del rival y favorecido por el excesivo repliegue de los bermellones.
El Mallorca se olvidó de lucir las armas que le han conducido de Segunda B a Primera en dos años, o las dejó en el vestuario, y se mostró complaciente y excesivamente temeroso ante un rival que no perdonó y se fue la descanso con los goles del chileno El Rey Arturo Vidal (min. 1) y del danés Martin Braithwaite (min. 36).
Vidal conectó un cabezazo inapelable ante un centro de Jordi Alba y Braithwaite marcó a la media vuelta tras una asistencia de Leo Messi. El meta mallorquinista Manolo Reina no pudo hacer nada en ambas acciones.
El único de los bermellones que intentó algo distinto fue el japonés Take Kubo, formado en La Masía y con contrato vigente en el Madrid. Incentivado por su pasado azulgrana, presente bermellón y futuro madridista, el asiático pidió la pelota y la jugó con criterio asociándose en el ataque con el colombiano “Cucho” Hernández y el croata Ante Budimir.
Kubo dio un susto a Marc Ter Stegen (min. 21) con un disparo cruzado y repitió (min. 29) con un lanzamiento de falta, también repelido por el meta alemán. Messi sin su socio favorito, el uruguayo Luis Suárez, inicialmente en el banquillo, pero con el francés Antoine Griezmann y Braithwhite a su lado, se mostró muy a gusto en un campo que conoce a la perfección. Dio las asistencias en los goles de Braithwaite y Jordi Alba y firmó el definitivo 0–4.
En la reanudación, los dos técnicos realizaron cambios: Setién sustituyó a Vidal, que había visto la tarjeta amarilla, y dio entrada al croata Iván Rakitic. Más tarde Luis Suárez entraría por Griezmann en su vuelta a los campos de fútbol cinco meses después de ser operado de meniscos en su rodilla derecha.
Moreno, por su parte, dio entrada a Fran Gámez y Lago Junior que entraron por Joana Sastre y Cucho Hernández. También, en el minuto 56, el ghanés Idrissu Baba sustituyó a Marc Pedraza. Los cambios no alteraron la dinámica del partido.
El Barça estuvo mucho más cerca de aumentar su ventaja con un remate de Braithwaite y otro de Araujo que repelió el poste, que el Mallorca de acortar distancias en el marcador.
El tercer gol, obra de Jordi Alba, también contó con el sello de Messi, quien habilitó al catalán para que marcara a placer. El crack argentino cerró el marcador en el Visit Mallorca con vigésimo gol en LaLiga, aumentando su ventaja en la clasificación de máximos goleadores del campeonato.