LUGO, España.- Feliz por haber vuelto a España tras una temporada en Lituania, el dominicano Dagoberto Peña se centra en su nuevo club, el Leche Río Breogán, aún con el recuerdo de una experiencia "increíble" en el Mundial con la selección de su país, que hizo "historia" en China y a la que veía con capacidad de lograr más.
En una entrevista con Efe, el escolta asegura que haber competido en China con la República Dominicana es algo "único", que no puede explicar con "palabras" por la "emoción" que implica una cita de tanta relevancia, en la que su país superó la primera ronda tras haber derrotado a Alemania.
"Fue hacer historia ante un equipo así. Tuvimos un entrenador (el argentino Néstor 'Che' García) que, no sé cómo explicarte, se vino con sus locuras argentinas, sus métodos, a tope con todo el mundo, muy trabajador, honesto, y cambió la cultura dominicana en poco tiempo. Con más tiempo no sé adónde habríamos llegado, porque estuvimos tres semanas juntos en total porque de los Juegos Panamericanos al Mundial solo repetimos cuatro jugadores", explica.
Para vivir un campeonato tan "increíble" como el de China, Dago Peña tuvo que "hacer el sacrificio" de tener solo "cinco días de descanso, algo difícil" de asumir para el "cuerpo".
La "pequeñita isla del Caribe", como él mismo dice, en la que nació consiguió que el baloncesto ganara adeptos.
"Es un país de béisbol, pero el gerente de la Federación hizo un buen proyecto, nos ha ayudado, ha traído entrenadores de nivel y ahora tenemos muchos jugadores en Europa y las Universidades. Dominicana va a seguir subiendo en el baloncesto", pronostica.
Pasado el Mundial y una temporada en Lituania, ahora se centra en el Breogán lucense, recién descendido a la LEB Oro tras un año en la Liga Endesa, a la que club y jugador quieren regresar.
"Extrañaba mucho España. Lituania es un país totalmente diferente. Fue difícil acostumbrarse a una cultura diferente, otro idioma y el frío. En tierras gallegas, que ya conocía de mi etapa en A Coruña, estoy muy feliz y tengo muchas amistades", sostiene.
Con todo, confiesa que Lituania le "ayudó a madurar" antes de recibir la llamada del director general del Breogán, Tito Díaz, que había sido su primer entrenador en Europa con el Básquet Coruña.
"Tuvimos buenos tiempos en Coruña y fue una de las razones por las que vine. Como coach, me ayudó mucho a madurar como jugador, a ser más duro", indica.
Antes de su primera experiencia en el Viejo Continente, ya había hecho carrera en las ligas de Uruguay, Argentina, Colombia y Venezuela previo paso por la Universidad Marshall, en Virginia (Estados Unidos).
"En la Universidad tuve una carrera de cuatro años con muchos logros como equipo", recuerda Peña, que cursó negocios internacionales con maestría en dirección de empresas, aunque él quiere ser entrenador.
De aquellos años universitarios recuerda que a las nueve de la mañana empezaba las clases y llegaba a casa a las diez de la noche: "tu vida es estudiar y entrenar. Es duro, pero ayuda mucho".
Allí coincidió con Hassan Whiteside, pívot que destaca actualmente en los Portland Trail Blazers y al que considera "una máquina, un tío talentoso".
El paso por las ligas sudamericanas le sirvió para seguir apuntalando su baloncesto antes del salto a Europa: "Hay mucha diferencia a nivel defensivo y de intensidad".
En el conjunto coruñés estuvo temporada y media, ya que en la segunda, a finales de enero de 2017, hizo efectiva la cláusula de rescisión anticipada de su contrato para incorporarse al filial del Barcelona, al que salvó del descenso a la categoría de bronce.
"Fue algo inesperado, me llamaron un domingo a las 11 de la noche y me dijeron: te vas. Y yo: "¿cómo que me voy?" Sí, para Barcelona. Empaqué la noche entera, arranqué y me fui. Fue una experiencia única, conociendo leyendas como Navarro y compañía. Me acoplaron y me sentí a gusto", confiesa.
De su paso por el club azulgrana le ha quedado "la espina" de no haber llegado al primer equipo, pero le sirvió para dar el paso a la Liga Endesa de la mano de Movistar Estudiantes.
En el conjunto estudiantil, apunta, mejoró como jugador aunque el segundo año fue malo y se fue a Lituania porque "no tenían planes conmigo".
Ahora, en el Breogán, se ha encontrado a un técnico, Diego Epifanio, al que ya "conocía de la LEB Oro" cuando estaba al frente del Burgos, con el que ascendió a la máxima categoría.
"Lo admiro mucho por lo que hizo allí, ascender y mantenerse en ACB. Es un coach duro, pero me convenía. Si tiene sus logros es por algo", razona.
El Breogán empezó la temporada con paso firme pero ha mantenido una línea irregular en las últimas jornadas porque aún está en proceso.
"Es un equipo nuevo y para los jugadores es difícil asumir un rol diferente al que teníamos en otros equipos. No hay malas ganas, somos buenos chicos todos y saldremos de esta. Tenemos talento de sobra, puntos de sobra. No estamos preocupados. Nos irá bien", vaticina.
Lejos del Caribe, de la República Dominicana, a la que va cada verano, extraña a la familia y las amistades y la temperatura, pero ya está "acostumbrado" al frío y la lluvia de Galicia, donde es feliz y lleva una vida "tranquila". EFE