Houston (EE.UU.) (EFE).- Nueva exhibición ofensiva la que dieron los Astros de Houston que volvieron a protagonizar una noche llena de emociones al límite antes de vencer en 10 entradas por 13-12 a los Dodgers de Los Ángeles en el Quinto Juego de la Serie Mundial, que ahora dominan por 3-2 al mejor de siete.
Otro duelo de entradas extra que estuvieron llenas de cuadrangulares como nunca antes de habían dado en un "Clásico de Otoño" y que ya forman parte de los libres de récords de las Grandes Ligas.
Ahora, los Astros viajan a Los Ángeles en busca de que su as adquirido en agosto, el derecho Justin Verlander, ponga algo de frialdad a una serie hirviente y les dé al fin un título de Serie Mundial, que nunca han conseguido en sus 56 años de historia.
El tercera base Alex Bregman puso fin al juego, con un sencillo ante el cerrador estelar de los Dodgers, el curazoleño Kenley Jansen, cuando había dos "outs" de la décima entrada.
El público en el Minute Maid Park, que enmudeció cuando el as zurdo Dallas Keuchel permitió que los Dodgers tomaran la delantera por 4-0 en la parte alta de la cuarta entrada, no dejó de emocionarse en el resto de un partido en que el pitcheo brilló por su ausencia.
Nadie pudo haber previsto semejante despliegue de artillería durante una noche en que el estelar zurdo Clayton Kershaw, que no había perdido en los playoffs, abrió por los Dodgers y Keuchel por los Astros.
El venezolano José Altuve, el boricua Carlos Correa, el cubano Yuli Gurriel, el jardinero de origen puertorriqueño George Springer y el receptor Brian McCann dispararon sendos vuelacercas por Houston, que igualó 4-4 la pizarra ante Kershaw.
"Recuerdo cuando estábamos abajo 4-0″, declaró Bregman. "Altuve, Correa, Yuli y yo non encontrábamos detrás del montículo y dijimos. Oigan, estamos contra la pared. ¿Qué tal si nos relajamos?".
La estrategia seguida por los toleteros de los Astros fue la que al final hizo la diferencia después de ver como los lanzadores de ambos equipos no hicieron su mejor trabajo.
Tres veces estuvieron los Astros debajo en la pizarra y siempre consiguieron el empate con batazos de largometraje.
Después del vuelacercas de Gurriel, Altuve volvió a igualar las acciones en el quinto, con dos hombres a bordo frente al japonés Kenta Maeda, luego de que Los Angeles se fuera delante nuevamente 7-4 en la alta de ese episodio por cuadrangular de tres carreras del primera base Cody Bellinger, que logró su primer vuelacercas en Serie Mundial.
Pero los Astros volvieron a remontar para irse arriba 11-8 tras siete capítulos y 12-9 luego de ocho, todo parecía que estaba ya listo para que el partido llegase a su final.
Springer le botó la pelota fuera del parque al relevista Brandon Morrow abriendo el episodio para otro empate de 8-8.
Morrow, que ha visto acción en todos los juegos de la serie, se presentó sin nada en la bola y no logró dominar a ninguno de los cuatro bateadores que enfrentó, pues al jonrón de Springer siguieron sencillo de Bregman, doblete de Altuve y cuadrangular de Correa.
Fueron entonces los Dodgers los que vinieron de atrás, descontaron una en el octavo e igualaron en el noveno.
Cuando inexplicablemente, el piloto de los Astros, A.J. Hinch, no trajo a su cerrador Ken Giles y dejó a un Chris Devenski a todas luces ineficaz, que ante el jardinero cubano Yasiel Puig le permitió que le pegase cuadrangular por los Dodgers, que rayaron tres veces en el noveno episodio para igualar el juego a 12.
Hasta que al final los Astros rieron los últimos pasada ya la medianoche. Con dos outs, Bregman bateó su hit y puso fin al tenso duelo de cinco horas y 17 minutos.
Esta Serie Mundial había incluido ya un encuentro lleno de emoción, en el Segundo Juego, que los Astros ganaron por 7-6 en 11 entradas.
Pero con cada uno de los siete jonrones, el juego dominical se fue configurando quizás como el más enloquecido en la historia del Clásico de otoño, incluso por encima de aquel en que los Azulejos de Toronto se impusieron 15-14 a los Filis de Filadelfia en 1993.
En el "Año del Jonrón", ninguna ventaja pareció cómoda y que do demostrado en el marcador final.
"Creo que en toda esta serie las emociones han estado en una montaña rusa", comentó el piloto de los Dodgers, Dave Roberts. "Son los dos mejores equipos en busca de un campeonato. Y son dos equipos que no se rinden hasta que caigan 27 outs".
El bambinazo de Puig, que produjo dos carreras, fue el vigésimo segundos conectado en esta Serie Mundial, un récord. Un sencillo de Chris Taylor ante Devenski con dos outs hizo necesarias las entradas adicionales.
"Éste ha sido el mejor juego de la historia, seguro", sentenció Correa.
Ahora, con dos bullpens extenuados, los clubes tendrán un día para recuperarse.
El Sexto Juego está previsto para el martes en el Dodger Stadium, con Verlander que tratará de conseguir el título, mientras que Rich Hill intentará salvar a los Dodgers.
El protagonismo del bateo latinoamericano volvió a estar presente en ambos equipos con Altuve que se fue de 5-3 con tres anotadas y cuatro empujadas; Correa que tuvo de 5-3 con dos anotadas y tres impulsadas y Gurriel de 5-2 con una anotada y tres remolcadas.
Mientras que por los Dodgers, el puertorriqueño Kike Hernández aunque no hizo contacto con la pelota en tres turnos al bate pisó dos veces la registradora y Puig tuvo de 5-1 con una anotada y dos producidas.EFE