NUEVA YORK, EEUU.- Las ausencias por lesión de grandes estrellas habían dejado al Abierto de Estados Unidos sin el "glamour" deportivo de otros años, pero el surgimiento de dos jóvenes, el español Carlos Alcaraz y la canadiense Leylah Fernández, de origen ecuatoriano y filipino, le han dado nueva vida y lo han convertido ya en una edición histórica.
Fernández y Alcaraz se encuentran entre varias caras nuevas que se mueven en el más tumultuoso Abierto de Estados Unidos, donde la pregunta al comienzo de cada día se ha convertido en: "¿Quién dará una sorpresa?" y suele haber varias respuestas cada noche.
Como la que ofreció también Botic van de Zandschulp, que formó parte del grupo del domingo. Un neerlandés de 25 años que ocupa el puesto 117 y se convirtió en el tercer clasificado masculino de su país en llegar a los cuartos de final en Flushing Meadows desde que comenzó la era Open en 1968, al eliminar al argentino Diego Schwartzman, undécimo favorito.
Pero son Alcaraz y Fernández con su pase a los cuartos de final en las respectivas competiciones de individuales, con apenas 18 y 19 años, respectivamente, los que han acaparado toda la atención y cautivan a los neoyorquinos.
Sus triunfos les han hecho merecedores a entrar en los libros de marcas del último torneo de Grand Slam, pero sobre todo en los corazones de los aficionados neoyorquinos que se han entregado por completo a sus estilos de juego y personalidad jovial, cargada de alegría y libertad.
El jugador español se convirtió en el hombre más joven en llegar tan lejos en el Abierto desde 1963 al sobrevivir en la cuarta ronda a un rival de 32 años, el alemán Peter Gojowczyk, número 141 del mundo, al que venció por 5-7, 6-1, 5-7, 6-2 y 6-0.
Alcaraz ahora jugará contra el duodécimo favorito, el joven canadiense Felix Auger-Aliassime, de 21 años que alcanzó su segundo cuarto de final consecutivo en un major al derrotar al estadounidense Frances Tiafoe por 4-6, 6-2, 7-6 (6) y 6 -4 con la ayuda de 24 ases.
"En algún momento, la edad es solo un número", expresó Auger-Aliassime cuando se le preguntó sobre Alcaraz. "Ya se siente como un jugador establecido".
Alcaraz, que ocupa el puesto 55 en el ranking mundial, superó al número 3, el griego Stefanos Tsitsipas en su partido anterior y es el jugador más joven con dos victorias consecutivas de Grand Slam en cinco sets desde que el estadounidense Michael Chang tenía 16 años en el Abierto de Estados Unidos de 1988.
"No estoy en cuartos por casualidad, creo que me lo merezco por el juego que he hecho en la pista, la confianza que he demostrado en lo que hago y lo que todavía puedo conseguir", declaró Alcaraz tras su victoria frente a Gojowczyk.
Alcaraz ya era el hombre más joven en hacer dos terceras rondas en un major desde el serbio Novak Djokovic en 2005. Y el más joven en ganar al menos un partido en cada Slam en un año desde 1989, cuando lo hizo el también serbio Goran Ivanisevic, campeón de Wimbledon, que ahora es uno de los entrenadores de Djokovic.
El tenista español es, además, el hombre más joven en vencer a un jugador entre los tres primeros en un torneo de Grand Slam desde que comenzó la clasificación computarizada ATP en 1973.
"Todas esas estadísticas son muy impresionantes, pero ahora lo importante es seguir creciendo con mi tenis y consiguiendo los objetivos que me he marcado como profesional y que no son otros que jugar cada día al máximo y disfrutar cada vez que estoy en la pista", señaló Alcaraz, que mantendrá su primer duelo como profesional frente a Auger Aliassime.
Mientras, que Fernández, que este lunes cumple 19 años, se describe a sí misma como una "chica despreocupada" que se divierte en el mejor momento de su vida en Flushing Meadows.
Fernández levanta los puños, agita los brazos y enardeció a los aficionados mientras derrotaba a dos campeonas del Abierto camino a disputar sus primeros cuartos de final de un Grand Slam.
La jugadora zurda, que llegó al torneo sin ser cabeza de serie al ocupar el puesto número 73 de la clasificación mundial, el domingo protagonizó su segunda remontada para dejar eliminada a la alemana Angelique Kerber, decimosexta favorita y ganadora del título de 2016, lo que demostró que su triunfo anterior frente a la japonesa Naomi Osaka, la actual campeona del torneo, no fue una casualidad.
Con determinación y astucia, además del aplomo de una veterana frente a grandes desventajas contra oponentes mucho más consumadas, Fernández está mostrando golpes y una conducta que dejó a Kerber ofreciendo esta evaluación de que "puede llegar muy lejos en los próximos años".
Mientras Fernández asegura que el secreto de su éxito está en que disfruta todo lo que hace en la cancha y el gran apoyo que siente por parte de su familia, porque su padre, que es de Ecuador, su madre, que es filipino-canadiense, y sus hermanas "definitivamente" le han "llenado de alegría".
Pero sobre todo le da crédito al padre, quien la entrena y le ofrece instrucciones en llamadas telefónicas diarias mientras está en casa, cuidando a un hermano menor, y a su madre, quien lidera los vítores con otros miembros de la familia y el entrenador físico de Fernández en los asientos de la cancha, con la enseñanza de una valiosa lección que no tiene nada que ver con el tenis.
"Me han enseñado que no puedes tomarte las cosas demasiado en serio, tienes que ser madura, pero al mismo tiempo ser una niña, y comportarte como tal", destacó Fernández, que tendrá como próxima rival a la ucraniana Elina Svitolina, quinta favorita. "Estaré lista para volver a divertirme en la pista y no darme nunca por rendida como lo hice ante Osaka y Kerber". EFE
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