“Zul”, de la artista gráfica, Taína Almodóvar Gil es más que una historia de animales. Es un relato ameno, llamativo y diferente que desde el principio, así como su protagonista, despierta la curiosidad en un mundo en donde la misma “estaba en peligro de extinción”.

Taína Almodóvar Gil
Taína Almodóvar Gil

Se trata de un topo, del mismo nombre que el libro, que tenía su nariz estrellada y no se conformaba en solo conocer de los túneles marrones, así como su pelaje. Zul quería descubrir qué había más allá de éstos, y se hacía preguntas como…

“¿Por qué mi nariz es distinta?

¿Solo existen topos y gusanos?”

A lo que sus padres le dijeron:

“Los topos no somos curiosos ni valientes”

Sus palabras solo fueron el alimento para más interrogantes. Conocer el mundo exterior se volvió su obsesión, por lo “que cavó y cavó hasta que la tierra se abrió entre sus manos y asomó su cabeza, ojos y su nariz”.

Ya afuera, pudo explorar y se animó a intentar cosas distintas a las que un animal como él estaba acostumbrado. Pero lo más importante fue que nunca dejó de hacer preguntas.

La autora cuenta su creativa historia en tercera persona con un lenguaje diáfano, sencillo y alegre, conjugado con las ilustraciones creadas por ella misma que bien pudieran contarla también. Sin embargo, ambos trabajos, el escrito y el gráfico, se complementan y facilitan la comprensión de los lectores más pequeños.

Aun así, lejos de ser simple, muestra de forma transparente temas tan complejos como la búsqueda del conocimiento y el no perder nunca la capacidad de asombro, como claves para un aprendizaje continuo en la vida.

Taína Almodóvar nos invita a que como Zul, siempre indaguemos, busquemos repuestas por nosotros mismos pero que a la vez sepamos echar raíces con los seres que amamos ya que, como él mismo reflexiona: “si los aventureros no paramos de viajar, ¿cuándo lo compartiremos?”