(Ilustraciones del Dr. Odalís G. Pérez)
Es una enunciación que expresa rebeldía, es una expresión repelente, la que representa el título de esta obra poética:’Ya no más' (Editorial Nuevo Diario, República Dominicana, 2021). Es un grito de firmeza, el camino hacia la ira para una metáfora de repulsión y rebeldía. Es un negarse a seguir esa estela de luto, abusos, no contra un género, sino contra un ser humano que sirve de amor y madriguera, para poblar el mundo de maternidad, por no decir de humanidad.
El libro está integrado por una introducción y veintitrés (23) poemas. En la introducción hay un marcado interés por resaltar la parte semántica o ideológica del discurso poético que le sirve de soporte a esta obra, lo cual no es el centro de mi interés, como analista de discursos literario, ya que proyecto mi enfoque crítico en los universos estéticos de la creación literaria.
El primer poema que encabeza ese breve libro, es, precisamente, el que le sirve de título a la obra, 'Ya no más'. Veamos:
"Clama el gorrión por su nido/
los polluelos pían su hambre/
acaparado ha sido el alpiste/
por el uno por ciento de buitres/
y solo han dejado migajas/
al resto de toda la fauna"//.
(p.13)
El sujeto-escritor, representado, en este caso en la autora Eduviges Pérez, recurre a la expresión del mundo estadístico y económico, para plantearnos su concepción en torno a una realidad sociopolítica que le sirve de referente.
Entiendo que hace falta trabajar un poco más el tratamiento de la construcción metafórica, sinembargo, su decir nos ubica en una panorámica reflexiva que, en países como el nuestro, nadie debe ignorar: Tener plena conciencia de cómo unos pocos se apropian del resultado de la mayoría.
Es su particular forma de expresarse y eso hay que respetárselo, pero nunca debe olvidar que lo estético es primordial, en una creación poetica, junto con el ritmo, en el uso de la palabra.
Siempre debemos tener en cuenta que, en el proceso creativo, si bien es cierto que hay que decir, no me nos cierto es que hay que saber decir. El decir aquí es claro y preciso, lo que indica que un simple encubrimiento en el uso de las imágenes o de la simbología utilizada, su decir sería más certero ante el lector.
La idea en los textos presentados es bien captada, falta trabajar la subjetividad del lector, lo que implica hacer más uso de las imágenes poéticas, aunque nos empalagues. Yo respeto el estilo de cada autor, por lo que se trata de una sugerencia, para darle mayor contundencia a sus creaciones.
Sé que mi solicitud, en este caso, es bastante injusta, tratándose una creadora que, por primera vez, decide poner sus trabajos ante el público. Recibirla y acogerla, para seguir cruzando estos laberintos de utopías, debe ser la pauta, porque su nombre, desde ya, se suma a otros tantos de valiosas mujeres escritoras dominicanas que representan nuestro acervo literario contemporáneo.
"Los buitres establecidos/
tierra y árboles de blanco/
pintaron//.
caminos asimétricos en su/
andar dejaron/
y con miradas alternizantes/
nuestro vuelo coartaron"//.
(pág. 13)
Hay una musicalidad que se va tejiendo en el decir poético de esta autora, desde su estilo, tan particular, que parece estar conversando con los transeúntes de su cotidianidad. Es como una voz militante, la que se quiere ocultar en su poetizar:
"Los tambores suenan más fuertes/
Y en el bosque retumbó/
despertaron todas las aves/
Y la fauna junta cantó//.
Ya no más/ al pobre carrao/
Ya no más/ al negro gorrión/
Ya no más/al Azor diminuto/
Ya no mas/ a la hembra avestruz//.
Ya no más/ya no más/ya no más"//.
(p.14)
El potencial ya se sabe que está y la exposición al público está abierta y expuesta. Nada más me cabe sugerirle, no recomendarle, que prosiga su penitencia eterna con la lectura de un Manuel del Cabral, Franklin Mieses Burgos y/o Víctor Villegas, entre otros tantos importantes poetas dominicanos, como nuestra doña Aída Cartagena Portalatín.
Adelante!!! Sigamos dejando huellas, sin pisar a los demás caminantes.