Madrid, 27 oct (EFE/Fernando Pajares).- William Finnegan es, desde hace décadas, un profesional del periodismo todoterreno, como articulista de despacho y como corresponsal de guerra. Pero ha ganado este año el Premio Pulitzer por escribir sobre el deporte del surf, la pasión de su vida.
"Años salvajes" (Libros del Asteroide. Barcelona, 2016) es la traducción al español de "Barbarian Days: A Surfing Life", un libro biográfico, casi intimista, de este norteamericano que nació en 1952 en Nueva York y que vive en Nueva York pero que pasó su infancia en California y en Hawai.
Primero recorrió infinidad de playas en la costa oeste de Estados Unidos y luego siguió, con su tabla bajo el brazo, pillando olas por todo el mundo.
Sobre el candidato republicano, Donald Trump, dice: "Podemos decir con toda seguridad que nunca, nunca, nunca, hemos tenido a nadie tan mediocre, tan mal preparado (entre los aspirantes) para la Casa Blanca".
Finnegan, hoy un veterano articulista del prestigioso semanario "The New Yorker", ha dedicado buena parte de su vida profesional a escribir sobre el narcotráfico en México, el "apartheid" (la segregación racial) en Sudáfrica o la guerra en Mozambique.
Luego siguió con la colaboración, la columna o el comentario sesudo para ir subiendo escalones en una profesión, digamos, "seria". Hasta que decidió, según dice, con gracia, "salir del armario como surfista".
Y lo hizo para contar que lo suyo, lo que más le divierte, lo que más feliz le hace, es tumbarse en una tabla y remar con las dos manos para pillar la ola soñada.
Tan bien lo ha contado que el suyo ya se considera el mejor libro sobre surf que se haya escrito jamás.
Finnegan es un tipo grande, alto, rubio, buen pelo, buena pinta. Es como un americano de película. Cuando se sienta a charlar con Efe, se quita la chaqueta y habla cómodo, con mucha soltura.
"Esto es algo que hacía desde niño, la verdad, y quizá por eso nunca lo viví como algo profesional. Siempre he pensado en mí mismo como escritor y como periodista, hasta que me di cuenta de que el surf era la constante de mi vida".
Finnegan habla mucho de su pasión surfera pero como faltan apenas diez días para las elecciones presidenciales en Estados Unidos, se detiene a confesar que admira a Barack Obama, quien, por cierto, el pasado verano se llevó su "Barbarian Days…" metido en la maleta.
Sobre el candidato republicano, Donald Trump, dice: "Podemos decir con toda seguridad que nunca, nunca, nunca, hemos tenido a nadie tan mediocre, tan mal preparado (entre los aspirantes) para la Casa Blanca".
Aunque cree que el magnate sigue teniendo "un terreno propicio en algunas zonas de Estados Unidos", se muestra convencido de que la demócrata Hillary Clinton "logrará vencer gracias a los muchos errores de Trump".
Por lo que se refiere al futuro del periodismo, el articulista de "The New Yorker", un profesional que pertenece a la generación del periódico impreso, considera que "el papel coexistirá con las plataformas que ofrecen las nuevas tecnologías de la información".
"El problema, creo, está a la hora de echar cuentas. Es un asunto fundamentalmente económico".
Este reportero ha escrito cinco libros y obtenido varios galardones en el mundo del periodismo anglosajón. Pero el "Pulitzer", que reconoce la excelencia en este oficio desde que fuera creado en 1917, es un premio especial.
William Finnegan celebra, sin duda todos y cada uno de los éxitos que ha tenido en su carrera profesional "seria". Pero se le nota en la cara lo contento que está por haber decidido "salir del armario como surfista". EVE