RÍO DE JANEIRO, Brasil.- Un proyecto para impedir la desaparición de una lengua indígena contribuyó a aglutinar a los miembros de una etnia brasileña que se creía extinta hacía varias décadas y ahora respalda sus esfuerzos por recuperar las tierras ancestrales de las que fueron expulsados.
Se trata de los puruborá, una etnia de la Amazonía de la que sólo quedan unos 800 integrantes esparcidos por varios municipios vecinos a sus tierras ancestrales, ubicadas en el estado amazónico de Rondonia y próximas a la frontera entre Brasil y Bolivia.
Entre los sobrevivientes de una etnia que el propio gobierno consideraba como desaparecida desde la década de 1940 sólo quedan cuatro ancianos que aún recuerdan la lengua puruborá.
El proyecto para preservar la amenazada lengua, liderado por el estatal Museo Paraense Emílio Goeldi, no sólo consiguió dejar registradas, en grabaciones de audio y vídeo, conversaciones de estos ancianos, sino también editar un vocabulario básico y montar una escuela para alfabetizar a los demás miembros del grupo.
"Hay un gran interés de los puruborá en recuperar su lengua, y este interés de reafirmación como entidad étnica reforzó el deseo por recuperar las tierras", dijo a Efe la lingüista Ana Vilacy Galucio, investigadora del Museo Goeldi y que coordinó el proyecto.
De acuerdo con Galucio, en la escuela que fue montada en 2005 en la aldea Aperoi están inscritos actualmente catorce miembros del grupo entre niños, jóvenes y adultos.
El profesor de la escuela, Mario Oliveira Neto, de 34 años, aprendió la lengua con la ayuda del trabajo del Museo Goeldi y hoy intenta difundirla entre los demás miembros de la etnia.
"Para mí, que no hablaba la lengua, aprenderla fue como revivir un pueblo. Yo les pido a los alumnos que hagamos nuestra parte para mantener viva la cultura", asegura Oliveira Neto.
Según Galucio, el proyecto para preservar el idioma comenzó en el año 2000 cuando miembros del Consejo Misionero Indigenista (CIMI, una entidad de la iglesia católica) relataron que habían entrado en contacto con varios puruborá que aún recordaban la lengua.
"Ideamos el proyecto así que supimos que la lengua aún estaba viva, que era hablada por algunas personas. Los reunimos y los incentivamos a conversar en su lengua y a recordar el vocabulario. Grabamos todo en audio y vídeo para tener un registro", dijo la lingüista, quien admitió que los ancianos nunca habían conversado entre sí por vivir distantes y que por eso ya habían olvidado parte del vocabulario.
De acuerdo con un estudio del historiador José Joaci Barboza, investigador de la Universidad Federal de Rondonia, los puruborá fueron contactados por primera vez en 1909 en una expedición del mariscal Cándido Rondon, un militar de origen indígena que defendía una política de protección a los pueblos de la Amazonía.
Rondon instaló en las tierras de los puruborá un puesto del Servicio de Protección a los Indios (SPI) y delimitó la reserva.
Pero en la región también se instalaron empresas de explotación del caucho que incentivaron a los "seringueiros" a ocupar las tierras de los puruborá y que convirtieron a los indios en mano de obra barata y hasta esclava.
Según Barboza, con la muerte de cientos de indios por epidemias transmitidas por los colonos o por las pésimas condiciones de trabajo, el propio SPI ofreció a huérfanas como mujeres de los seringueiros, lo que dio inicio a un intenso proceso de mestizaje.
Los pocos puruborá que aún permanecían en sus tierras terminaron de ser expulsados en la década de 1980, cuando el gobierno creó un parque forestal en la región y una reserva de otra etnia.
A los puruborá que alegaban ser dueños de las tierras el Estado los desconoció como indios por el alto grado de mestizaje, por lo que los sobrevivientes se dispersaron en varios municipios vecinos, según el estudio de la Universidad de Rondonia.
De acuerdo con el CIMI, los puruborá resurgieron como etnia en el año 2000, cuando Emilia Puruborá adquirió un terreno en las tierras ancestrales y ofreció su propiedad para que los sobrevivientes se reunieran periódicamente.
En la tierra de esta líder indígena, muerta el 4 de abril pasado a los 80 años, fue creada la Aldea Aperoi, en la que cada año los puruborá se reúnen para discutir sobre su pasado y su futuro, y en la que el Museo Goeldi montó su escuela.
Junto con las asambleas convocadas por Emilia Puruborá comenzó el proceso de reivindicación de la delimitación de la reserva, que actualmente es estudiado por la estatal Fundación Nacional del Indio (Funai), así como el proceso de rescate de la lengua.