Iniciaba un nuevo día a mediados del año 1941, en Santo Domingo (en ese momento Ciudad Trujillo), cuando del emblemático y ya desaparecido Hotel Fausto, situado en la Ciudad Colonial frente a la Catedral Primada de América, salía rápido y presuroso un hombre de mediana estatura  y tez caucásica, que allí se alojaba: Saul Steinberg.  Joven y  delgado, con apenas 27 años de edad para ese entonces, vestía un pantalón marrón combinado con chaqueta beige claro, que cubría una camisa blanca, y sobre la que destacaba una corbata de color marrón obscuro con estampados de pequeños círculos blancos. Coronando su cabeza, un sombrero de pajilla con alas cortas, que cubría las amplias entradas en el cabello, premonitorias de una futura calvicie; de su rostro llamaban la atención, una pronunciada nariz  que evidenciaba su origen judío,  en la que montaba una gafa de pasta negra con cristales recetados para la miopía, y un profuso bigote que apenas dejaban ver el labio superior. 

Dibujo de Steinberg

Hacia apenas un mes, que había llegado a la capital de República Dominicana, escapando de la persecución que se había desatado contra los judíos en Italia. Desde 1933 había residido en Milán, ciudad a la que llegó para estudiar arquitectura, después de haber dejado su Rumania natal y el antisemitismo imperante, que le impidió ingresar a la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Bucarest. De esa etapa de su vida narra: "Mi infancia, mi adolescencia en Rumania eran un poco como ser un negro en el estado de Mississippi. Era difícil … de entender, sobre todo para una vida infantil en un país antisemita, como Rumania … .El país era un pozo negro. He sido humillado”. *1
Siendo aún estudiante de arquitectura en Italia, estudios de los que decía que “eran un magnifico entrenamiento para hacer cualquier otra cosa menos arquitectura”,
       

comenzó a publicar dibujos humorísticos en los periódicos y revistas italianas más populares, destacándose los realizadas para el bisemanario Bertoldo; gráficos que rápidamente le hicieron famoso, por su simplicidad y el fino e inteligente ingenio visual presente en sus iconografías. Las  viñetas humorísticas de Steinberg, llamaron la atención de editores en otros países, y es así como emergen sus dibujos en la revista “La Codorniz” (España) y en las norteamericanas: Life y Harper’s Bazaar.

Para su desgracia,  la subsistencia en Italia comenzó a convertirse en un infierno, cuando a partir del 1938 se institucionalizaron leyes étnicas promulgadas por el régimen fascista de Mussolini, que le privaron de la posibilidad de trabajo y residencia legal. Estando bajo amenaza por ser un ciudadano no deseado, sin documentos para salir de Italia, es arrestado, permaneciendo varias semanas en un campo de detención, antes de que finalmente pudiera salir hacia Santo Domingo (Ciudad Trujillo); mediante negociaciones realizadas por Cornelius Vanderbilt Jr. (Funcionario del Gobierno de U.S.A), con Andrés Pastoriza (Encargado del Gobierno Dominicano de negociaciones en Europa), se obtiene el visado dominicano a Steinberg, asegurando (Vanderbilt) que durante su permanencia en la isla, seria financiado por amigos residentes en los Estados Unidos. *2

Ilustración. Saul Steinberg

El caricaturista rápidamente en Ciudad Trujillo (Santo Domingo), logró entablar amistad con varios intelectuales dominicanos y extranjeros que se daban cita en La Cafetera, de Don Antonio Paliza, destacando su trato con el violinista, escritor y pintor surrealista español Eugenio Fernández Granell, quien había llegado al país apenas un año antes que el dibujante.

La fama que precedía a Saul Steinberg, le permitieron colocarse rápidamente como ilustrador en el periódico oficialista La Nación,  durante su corta estadía de un año en República Dominicana. Allí el artista, entre los vapores de plomo que despedían las máquinas de linotipo y el ruido de las prensas de impresión, plasmó una serie de dibujos que dejaron su impronta en el discurrir de las artes visuales de la nación dominicana. Sus dibujos, como bien él decía siempre: “pretendían lograr la simplicidad del trazado de un niño”, con protagonistas solitarios sostenidos alrededor en extensiones de espacio-tiempo,  y en las que encaró la sátira gráfica como una arma contra la hipocresía vigente en la naturaleza humana. 

Su primer dibujo en la revista norteamericana The New Yorker, es publicado estando aún en nuestro país, dentro de un nuevo modelo planteado por su director de arte Rea Irving, en la que la publicación  integró el artículo periodístico soportado por el humor de las líneas del dibujo.  Steinberg, quien siempre conservó sus raíces europeas, logró captar los rasgos más característicos de la cultura popular norteamericana, lo que le permitió insertarse hasta su deceso en 1999,  como parte del staff de la famosa revista.

Un año después de su llegada al país, sus relacionados en Norteamérica, logran que se le otorgue el visado para residir en los Estados Unidos, lo que le permitió, al igual que a otros emigrantes extranjeros, usar nuestra isla, como peñón en el mar para dar el salto al continente. 

Referencias:

*1- Reflejos y sombras. Cartas de Steinberg a Buzzi, 1982 

*2-Tropical Zion, General Trujillo, FDR, and the jews of Sosua. Allen; Well. Pág. 119

http://www.jornada.unam.mx/2014/06/08/sem-leandro.html

http://www.mediavaca.com/index.php/es/colecciones/grandes-y-pequenos/244-steinbergsaul-