SANTO DOMINGO, República Dominicana.-Alastair Reid, poeta escocés que falleció en septiembre del 2014, pasaba los inviernos en su precaria vivienda de Samaná donde cultivó jengibre por 20 años.
Conoció a Bernardo Vega con quien compartió momentos aquí y en Nueva York.
También conoció a Hoyt Rogers, traductor americano quien en 1979 vino a República Dominicana a visitar a unos amigos. Encantado con la isla se quedó a vivir desde entonces aquí.
Hoyt Rogers y Alastair Reid se conocieron en 1978 en East Hampton, NY. Fue en una fiesta que dio el entonces editor de poesía del New Yorker, Howard Moss. Alastair acababa de volver de su famoso viaje a Europa. Además recientemente, había publicado su libro de poesías “Weatherings”, del que todo el mundo estaba comentando. Alastair era el hombre del momento, y Hoyt recuerda que todos querían hablar con él, por lo que el encuentro entre ellos dos fue algo fugaz.
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El tiempo pasó y quiso el destino ponerlos en el mismo sitio cartográfico. En 1994 Hoyt se entera que Alastair estaba viviendo en República Dominicana también por lo que decide contactarlo para verse nuevamente y “de paso charlar de libros”. También le ofreció alojamiento la próxima vez que Alastair se encontrara en Santo Domingo.
La primera vez que Alastair se quedó en casa de Hoyt, el dueño de casa estaba de viaje por lo que Alastair se quedó solo en su casa. Pero antes de irse le dejó un libro suyo con una dedicatoria que decía: ”A Hoyt que lo he visto una sola vez pero que ahora conozco mucho mejor porque conozco su biblioteca. Porque lo que uno lee, es lo que uno es.”
En ese entonces Hoyt vivía en la calle Macorix en la Zona Colonial del otro lado del convento de los dominicos y allí Alastair se quedó varias veces, “hasta por 6 semanas” una vez. Hoyt le había permitido utilizar su dirección para asuntos legales, por ejemplo, para el problema que tuvo con su tierra en Samaná.
Recuerda Hoyt esos tiempos turbulentos cuando varias familias reclamaban ese terreno. Invadieron su propiedad y robaron todos los libros que tenia en su precaria vivienda. Tanto Hoyt como Bernardo Vega ayudaron mucho a Alastair en este proceso penoso por el que tuvo que pasar.
Alastair presumió que quienes le vendieron esa propiedad eran realmente los dueños. No tenía razón para desconfiar. Pero se encontró con que la realidad de Samaná y la identificación de las tierras, era mucho mas complicada. Al principio, recuerda hoyt, Alastair disfrutaba muchísimo de estas tierras, “él era un joven de la vida, un poco inocente, ingenuo. Lo que la gente le decía él lo creía y tal vez ese fue un poco el origen de sus problemas”.
Pero también exploró muchas facetas de la vida nacional. Le interesaba la curación tradicional. Por ejemplo, cuando se le formó“un hueco muy grande en la pierna producto de una infección que le estaba comiendo la carne de la pierna. Una cosa terrible. En vez de ir al hospital, se buscó una señora que sabía curar este tipo de dolencias con remedios tradicionales. Ella le aplicó miel de abejas y varias hierbas y puso todo en el hueco de la pierna y funcionó mejor que un antibiótico. El decía que no se puede descontar jamás la sabiduría del pueblo. Fue un poco su lema.”
Cuenta Hoyt que a Alastair le encantaba adentrarse en la sociedad dominicana. Tenia amigos en todos los estratos sociales. Hablaba con alguno de ellos de religión como un sacerdote, un poco como su padre que había sido pastor. Alastair adoptó a un niño dominicano, Domingo, de una familia muy pobre, porque “le parecía el más brillante”. Pagó sus estudios y lo mandó a la universidad. Hoy Domingo es ingeniero.
Alastair, el poeta
Hoyt Rogers es uno de los traductores principales de Yves Bonnefoy, considerado como el poeta mas grande de Francia de nuestros tiempos. Alastair había conocido personalmente al poeta francés en un festival de poesía, porque a pesar de que Alastair era más conocido como traductor, “escribía poesías muy hermosas”. Entre poetas, era considerado un poeta.
Cuando Alastair cumplió 80 años, su país de nacimiento lo homenajeó como Poeta Nacional de Escocia. Ese año los medios de transporte llevaban impresos uno de sus poemas mas famosos: “Escocia”.
Hoyt explica que ese maravilloso poema subraya el presbiterianismo, la secta protestante de Escocia basada en John Calvin de Suiza. Es una secta muy estricta, muy austera. Le da mucha importancia a los pecados; el hombre es pecaminoso y merece ser castigado.
En el poema, el poeta está caminando por los campos de Escocia. Es un día bellísimo, soleado, algo inusual en Escocia. El esta mirando el verde paisaje, el sol y el cielo azul: es verano. Entonces encuentra en su camino una señora con un abrigo de lluvia“color rojo”. El le dice al pasar: “Que tiempo maravilloso!” y ella lo mira un poco con desagrado y le dice “lo pagaremos!, lo pagaremos!, lo pagaremos!” Hoyt explica que eso es el puritanismo escocés y que el poema es un poco un chiste sobre ellos mismos.
En el 2001 viajaron Hoyt y Alastair juntos a Escocia. Conoció su vida de origen y le presentó a muchos de sus amigos escritores y editores, “tan excéntricos como él”. Fueron a una feria de libros, recorrieron el paisaje escocés y fueron a la Universidad St. Andrews que es la primera universidad de Escocia y la tercera más antigua en el mundo anglosajón, fundada en 1413.
Cuenta Hoyt que en su estadía Alastair lo invitó a probar una comida típicamente escocesa “haggis”, que es estómago de oveja relleno de cereales que se hierve y se come acompañado de papas y nabos. “No es muy fácil de comer”, pero Hoyt recuerda a Alastair disfrutando muchísimo de esa comida.
Conoció la casa donde había crecido. Su padre era el pastor presbiteriano y la casa era la casa oficial del pastor y de alguna manera, recuerda Hoyt, Alastair “sufrió la presencia de tanta religión en su niñez”. La iglesia presbiteriana es del medioevo y la mas antigua de Escocia, que en su primera vida había sido católica ya que antes de Enrique VIII todos eran católicos. Queda en Whithorn, Galloway donde Alastair nació el 22 de marzo de 1926.
Borges, Neruda y el mundo literario
Cuando Alastair era el traductor más conocido de ambos, organizaba lecturas públicas en Inglaterra y en Estados Unidostanto para Borges como para Neruda. Hacían tours literarios ya que eran muy famosos los dos.
Primero fue la lectura pública de Borges. Fue muy exitosa, porque Borges ya era famoso por sus “Ficciones”, que eran una gran sensación en el mundo literario. Una vez finalizada la lectura, cuenta Hoyt que Alastair invita a Borges a cenar al elegante restaurante “Rules”, el más antiguo de Londres y frecuentado por actores, directores de teatro, patrocinadores y que está abierto hasta muy tarde en la zona de los teatros. Alastair tenía hambre y quería comer bien. Ya en el restaurante Borges le dice que no quiere comer nada porque él no cena mucho y siempre es lo mismo: un huevo hervido y un vaso de leche.
Dos semanas más tarde, Neruda tenía su lectura pública y nuevamente, Alastair invita al escritor al mismo restaurante. Pero a Neruda le gustaba comer bien por lo que, ante el asombro de los camareros, Neruda no bien entró por la puerta comenzó a pedir toda clase de platos e insistió que todos los camareros bebieran con ellos. Neruda era el centro de la fiesta, riendo y haciendo chistes.
Para Hoyt, esa anécdota demuestra la grandeza de Alastair como traductor. Esos dos poetas querían tenerlo como traductor a pesar del hecho de que política y estéticamente no estaban de acuerdo, pero sí lo estaban en que Alastair era un excelente traductor. Recordemos que Neruda le dijo a Alastair que no sólo lo tradujera, si no que lo mejorara.
Hoyt y Alastair participaron junto a otros ocho traductores en 1999 en la traducción de un libro de poesía, cuentos de ficción y ensayos en tres volúmenes publicado por la editorial Viking Penguin en conmemoración del centenario del nacimiento de Borges. Cuenta Hoyt que fue una gran experiencia para él participar en ese proyecto junto a Alastair.
Hoy describe a Alastair como“un tipo tan interesante para conversar, una delicia. Era muy fácil hacerse amigo de él…. Era el tipo de persona que conocía a medio mundo del mundo literario”. Fue amigo del escritor de “The Catcher in the Rye”, J. D. Salinger. Ambos enseñaban en Sarah Lawrence College, una pequeña universidad para mujeres de Nueva Inglaterra donde J. D. Salinger “acababa con las chicas en esa universidad”. Era muy mujeriego, pero en esa época no se condenaba noviar con alumnas.
También conoció al poeta y ensayista T. S. Eliot, de quien se reía de su acento exageradamente ingles. T. S. Eliot era americano pero se convirtió a la ciudadanía inglesa y según Alastair su acento era mas inglés que el de los ingleses.
Hoyt Rogers
Para esta entrevista Hoyt nos invitó a su encantador apartamento en la Zona Colonial, donde vive desde el 2004.
Al entrar a su casa y cerrar la puerta uno queda envuelto en una biblioteca increíble. Con libros que se ve que han sido no solo leídos, sino releídos y vuelto a leer. Hoyt se licenció en Harvard en Literatura Comparada y su doctorado lo hizo en Oxford, Inglaterra. Vivió, como Alastair en infinidad de lugares. Nueva York, Boston, Paris, Inglaterra y los últimos cuatro años paso muchos meses estudiando italiano en Italia. Y al igual que Alastair, ambos aman Samaná y sus playas.
Hoyt tenía dos muy buenos amigos dominicanos que conoció en la Universidad de Columbia, NY. Uno de sus amigos era Edison Antigua. El otro era Nelson Minaya, de Santiago de los Caballeros, ambos fallecidos. En 1979 Hoyt había conseguido trabajo como profesor para jóvenes actores que estaban rodando una película en la isla de Antigua, por lo que aprovechó el viaje al Caribe y visitó a una prima en Puerto Rico. Por razones literarias, luego visitó la isla de Guadalupe en memoria de Saint-John Perse, premio Nobel de Literatura 1960. Finalmente vino a Santo Domingo a visitar a sus amigos dominicanos y se quedaría 10 días, pero la isla lo cautivó y se quedó por los siguientes 34 años.
Se enamoró de la Zona Colonial y de su arquitectura. En ese momento se vio viviendo entre piedras antiguas como en Europa pero con clima tropical en invierno.
En el prólogo del recientemente libro publicado“Patios: ciudad colonial de Santo Domingo” Hoyt describe apasionadamente los bellos jardines coloniales, como “detalles del paraíso”. En el mismo libro, en las páginas 82 y 83 encontraremos una foto de la terraza de Hoyt con vista al convento y al vitraux del artista dominicano radicado en Alemania, José Rincón Mora, que por las noches se enciende y Hoyt lo disfruta privadamente desde su terraza. En la otra página, una foto del interior de su casa, con vitrales diseñados por Hoyt y la escalera fabulosamente trabajada en hierro que lleva a la terraza.
A Hoyt, además de la arquitectura, le parece maravilloso el pueblo dominicano, quienes “siempre están de fiesta, alegres”. Hoyt participó recientemente en la película “Dólares de Arena”, en la que interpreta el papel de amigo del personaje de Geraldine Chaplin.