SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El merengue y el tango ambos representa al pueblo que expresa a través de sus letras la vida cotidiana. Ambas poseen coreografías diferentes, sin embargo el merengue y el tango se caracterizan porque el hombre y la mujer permanecen unidos desde el principio hasta el final de cada tema musical.

La sensualidad que trasmiten estos bailes está presente en la pintura de Tete Marella, que nacida en Buenos Aires, reside en Santo Domingo desde 1973.

La mujer ocupa el protagonismo en la imagen, ya sea sentada al lado de la niña o como mascaron de proa en la barcaza.

Las obras de Tete Marella nacen repartidas entre estas dos identidades y están impregnadas de historias llenas de identificaciones, diferencias y vecindades.

La búsqueda por alcanzar la mejor expresión en sus trabajos la llevo a encontrar una pintura plena de intervenciones plásticas que realzan aquello que quiere narrar. Así  como el color exultante podría relacionarse con la fuerte presencia de la naturaleza en el Caribe.

Haber nacido porteña le permitió a Tete Marella encontrar en el tango una identidad musical siempre presente en la vida cotidiana de la ciudad.

Pero también, haber  salido de Buenos Aires acrecentó la añoranza sobre su melodía. En las diferentes pinturas que remiten a la música de Buenos Aires. Tete exalto algunas características singulares que posee dicho baile potenciando los movimientos corporales. De este modo, los personajes adquieren una inclinación extrema en el difícil momento de de sincronizar torso y piernas .para comprender mejor el efecto visual que provocan estos compases, se pueden citar los versos de marvil(Elizardo Martínez el tango ¡que porte! ¡Qué arrogancia! ¡Qué clase pa’bailar! Para estas filigranas yo soy como un pintor. /Ahora una corrida, una vuelta, una sentada….Así  se baila tango,un trago de mi flor ¿sera mujer o junco, cuando hace una quebrada?/tendrá resorte o cuerda para mover los pies? Bailando es una fiera que me hace enloquecer…

Como así conociera todos los secretos del tango, los personajes expresan el sentimiento que los embarga.

Así como en el baile, el modo de tonarse crea una silenciosa complicidad entre los bailarines y la música, en las telas, las figuras surgen en complicidad entre artista y paleta. Los fondos pausados  y tranquilos que pintaba en un primer momento, fueron remplazados por una pincelada de fuerte presencia que destaca la vibración cromática.

Sin duda las mujeres son activas protagonistas en todas las obras de Tete Marella.

En la obra de Tete Marella hay un constante movimiento sobre generosos espacios donde trascurren variadas historias generadas, muchas de ellas, por la decisión voluntaria de vivir un largo exilio.

Ese desarraigo intencional le amplio la percepción de un mundo ricamente diverso. Las imágenes plasmadas se presentan a los ojos del contemplador como notas en un cuaderno de apuntes que dejan testimonio de vida de su autor. Dueña de un dibujo claro que favorece la interpretación y poseedora de una paleta prodiga en colores brillantes, es generadora de una imagen que dialoga naturalmente con la sensibilidad del espectador. Artista dúctil, sus trabajos son expresiones de la intensa vida interior repleta de vivencias que la atraviesan y de las que la pintura  es fiel reflejo y testimonio de sus emociones. Tete Marella convierte el acto de pintar en un ritual que ilumina los pliegues del alma.

Este libro se publica gracias al aporte de Señor Alberto Cruz Presidente de Excel Puesto De Bolsa, quien resalta que nos sentimos honrados de poder reconocer los invaluables aportes de una gran artista como lo es Tete Marella.