SANTO DOMINGO, República Dominicana.-A propósito de la celebración del pasado Día Mundial del Teatro, el sábado 27 de marzo, la historia, el presente y el futuro del teatro dominicano son siempre realidades dignas de estudio y análisis.
La propuesta para establecer Día Mundial fue del poeta, dramaturgo y cineasta francés Jean Cocteau, en 1962 quien pronunció el famoso Mensaje Internacional del Día Mundial del Teatro. Unos días más tarde, recibió el respaldo de Arthur Miller, Laurence Olivier, Pablo Neruda, Richard Burton, Antonio Gala, Humberto Orsini, John Malkovich y Darío Fo.
La celebración nacional
El hecho positivo: El estreno mundial de Omar y los otros, (Franklin Domínguez) fue el hecho más trascendente en la celebración dominicana de esta conmemoración, a cargo de la Compañía Nacional de Teatro, (dirigida por Fausto Rojas) en la sala principal Carlos Piantini del Teatro Nacional Eduardo Brito, un derroche de talento artístico y técnico, presenciada por un público limitado por el distanciamiento social.
El hecho negativo: La ausencia de un mensaje del presidente Abinader. No se explica cómo se pasó inadvertida la fecha para Palacio Nacional. Aún hoy, los teatristas se lo preguntan.
Mirando lo local.
¿Cómo nace y se desarrolla el teatro dominicano? ¿Cuáles son los dramaturgos fundamentales que han conformado con sus obras parte del trayecto escénico nacional? ¿Quiénes han sido los directores y directoras que han asumido la responsabilidad de la escena ofrecida al público dominicano? ¿Cuáles son las obras más representadas? ¿Cuáles las más significativas?
No se trata de incursionar en la engañosa práctica de elaborar un “top” definitivo y hasta atrevido, de celebridades o sucesos teatrales. Es solo una mirada basada en documentación y recuerdos, del andar en la memoria, las publicaciones y cuanto proporciona como dato, la red.
No se procura ni consagrar ni condenar a nadie. No se busca ni hacer amigos, ni generar enemistades, a pesar de publicarse ante un universo de egos artísticos en el cual, cada quien considera su obra o su trabajo como el ubicado en la cúspide de cuanto artísticamente es posible hacer.
La relación, necesariamente incompleta, se plantea para que investigadores, estudiosos, artistas y el propio público teatral, hagan sus apuntes y se logre una lista más completa.
Una mención especial merece, respecto del teatro dominicano más reciente, es el papel de formación técnica y ética con vocación popular de Rómulo Rivas que dirigió el Teatro Estudiantil, estableciendo un ambiente de formación de donde surgieron los grupos Gayumba y Gratey con figuras como Manuel Chapuseaux, Nives Santana, Yanela Hernández, Mario Lebrón, Teo Terrero y otros.
El origen.
Del siglo XIX podemos resumir dos hechos principales: primero, el uso del teatro por parte de Los Trinitarios (fundadores de la Patria), con la agrupación teatral La Dramática. Pero esa inclinación por el teatro era de inspiración más política que estética, más de proclamación de la soberanía, que de la industria del teatro, para entonces ya muy profesional en otros países.
Y segundo, la fundación de la primera sala o espacio dedicado al teatro netamente dominicano, el Teatro La Republicana (hoy Panteón Nacional). Ambos hechos marcaron el quehacer teatral dominicano de mediados y finales de dicho siglo, lo que se vería reflejado posteriormente a inicios del siguiente siglo.
Para inicios del siglo XX es posible encontrar referencias de compañías o agrupaciones teatrales profesionales en las principales ciudades del país.
Una de estas es la Compañía Herman-Morita de la pareja Margarita Hermann y José Mora Méndez. Esta compañía se dedicaba a realizar (aproximadamente entre 1916 y 1933) todo tipo de montajes como zarzuelas, dramas, zainetes, comedias, veladas entre otros.
Este proyecto llegó a tener como sede permanente el Teatro Independencia en Santo Domingo, realizando allí presentaciones distintas programadas cada semana y alcanzó tal éxito que recibía en su sede otras compañías internacionales y fue también invitada a viajar a Puerto Rico y Cuba a presentar sus espectáculos de variedades.
La actividad teatral se centró en las tres primeras décadas del siglo pasado en las ciudades de Santiago, San Pedro de Macorís, Puerto Plata, La Vega y por supuesto la capital. Los principales teatros fueron La Republicana, Rialto, Teatro Independencia, La Progresista, Teatro Colón, Capitolio y muchos otros. Además el teatro se realizaba en espacios no convencionales como escuelas, salones de eventos, casinos, clubes y por supuesto rápidamente las salas combinaron sus actividades con el cine ya en pujante auge, abriéndose paso los “cine-teatro”.
Para la década de 1940 la actividad teatral profesionalmente tiene un aumento significativo, encontramos que la actriz Divina Gómez funda una importante compañía profesional (1942) cuya actividad posiblemente influenció la multiplicación y proliferación de más agrupaciones de teatro profesional.
María Castillo, docente de teatro, recuerda que para esa década se formaron grupos de aficionados de los diferentes centros de estudio como el Teatro Universitario y el cuadro de comedias del Instituto de Señoritas Salomé Ureña, fundado por la profesora Urania Montás y dirigido por su hermano Rafael Montás Cohén.
La oficialización del teatro a nivel del Estado se produce el 19 de mayo de 1946 con el surgimiento del Teatro Escuela de Arte Nacional (T.E.A.N.), dirigido por Emilio Aparicio, director español que había llegado al país como parte de la corriente migratoria hispana que escapaba de la guerra civil española.
El debut de la compañía oficial, tuvo lugar el 9 de octubre de 1946 en el Teatro Olimpia con la obra “Prohibido Suicidarse en Primavera” de Alejandro Casona dirigida por el mismo Aparicio.
Castillo refiere que en 1991, encontrándose Franklin Domínguez al frente del entonces Teatro de Bellas Artes (antiguo T.E.A.N. y hoy Compañía Nacional de Teatro), se crea el Marzo Teatral, programa de presentaciones diarias de grupos teatrales de cara al el Día del Teatro, abriéndose en 1996 a los grupos del interior e iniciando Iván García, el Festival Nacional de Teatro Emilio Aparicio.
El gran fallo
En 1997 se inician los Festivales Internacionales de Teatro por iniciativa de la Directora del Teatro Nacional, Natacha Sánchez, con la gestión del español Ramón Pareja, con una primera edición ejemplo de la peor gestión, al excluir las obras y los teatristas dominicanos que boicotearon, como justo reclamo, el evento a las afueras y dentro de las salas.
Debido a la presión del sector teatral dominicano, el fallo fue corregido (aun cuando nunca fue admitido y excusado) en las subsiguientes entregas. Estos festivales siguen realizándose de forma bienal, bajo la organización del Ministerio de Cultura.
En lo sucesivo, los Festivales de Teatro, con ese actualizante sello internacional al recibir las experiencias de compañías e invitados de diversos países, han favorecido el intercambio cultural en nuestro país enriqueciendo aún mas nuestro quehacer escénico, punto a favor de las diversas autoridades del Ministerio de Cultura.
Estas relaciones son una mirada, no una glorificación ni una sentencia. Es pertinente señalar que estas menciones, presentadas a modo de “listados”, no son propiamente escritas desde una perspectiva crítica analítica o comparativa.
Se trata más de bien puntos de vistas cruzados entre los dos autores firmantes de este contenido, para el cual se ha apelado a:
1) Información bibliográfica y hemerográfica;
2) Búsquedas en la red por temas y personajes;
3) Registro de memorias y vivencias.
No es una gestión de investigación académica, aun cuando aspira a estimular entre profesores, estudiantes, dramaturgos, investigadores y talentos.
Los juicios de valores en esta ocasión quedarán a merced del lector. Pero resulta particularmente necesario realizar al menos este ejercicio informativo para de alguna manera hacer una recopilación, como una forma de crónica tal vez, de algunos de los eventos, hechos y personalidades más relevantes o conocidos del teatro dominicano.
Las carencias, ausencias y posibles errores en fechas y montajes (que de seguro se han escapado) corresponden a cuestiones de espacio, tiempo y muy probablemente de olvido y desconocimiento involuntario, pero en ningún caso es omisión expresa o actitud de discriminación.
Es una invitación al diálogo para compartir estas informaciones en función de valorar mejor el universo teatral nacional.
Por razones de espacio, dejaremos para otra ocasión el teatro musical y el infantil tanto con actores y actrices, así como las marionetas y títeres.
Obras con mayor número de presentaciones:
-“Las locas del bingo” del Teatro las Máscaras con 301 funciones.
-“Don Quijote y Sancho Panza” en versión de Manuel Chapuseaux , que junto a Nives Santana con el emblemático grupo de teatro Gayumba representaron ininterrumpidamente desde 1983 a 2016 en todo el país y en casi todo el continente, sobrepasando las 200 funciones.
-“Platero y Yo” lleva ya 240 funciones (desde su estreno en 1997) por parte de Teatro Guloya tiene en su repertorio varias obras que superan el centenar de presentaciones como “Nuestra Señora de las Nubes”, “El 28” y “Otelo sniff”.
Duarte, fundador de la república, de Franklin Domínguez, (Teatro del Banco de Reservas) ha sido montada por más de 8 años en localidades de provincia, superando las 150 funciones
Dramaturgos (EPD), significativos:
José Manuel Gómez Dubreill, “Sombra verde” y “La trastienda”.
Manuel Rueda; “La Trinitaria Blanca”, “Entre Alambradas”, “El Rey Clinejas” y “Retablo de la pasión y muerte de Juana la Loca” galardonada con el Premio Tirso de Molina 1995 en España.
Héctor Incháustegui Cabral: “Miedo en un puñado de polvo”, integrada por la trilogía: “Prometeo”, “Filóctetes” e “Hipólito”.
Pedro Enríquez Ureña con el controversial ensayo dramático “El nacimiento de Dionisos” (1916).
Carlos Esteban Deive: “El Hombre que Nunca Llegaba”, “El santo esclarecido” que obtuvo el Premio Nacional de Teatro 2007 y “¿Quién se atreve con un entremés de Cristóbal de Llerena?”, ganadora del primer lugar en el concurso internacional de teatro de Casa de Teatro, 2015.
Delia Weber “Los viajeros” y “Los bellos designios”.
Ángelo Valenzuela su obra más influyente y representada es la sátira “La peste de estos días”, (representada en Guloya), ganadora del Premio de Teatro de la Universidad Central del Este, 2001 (UCE).
Hamlet Bodden; “Sufre”, “KD4” y “Hashtag”.
Dramaturgos dominicanos vivos de trascendencia contemporánea
Incluye jóvenes, nóveles, consagrados y hasta disidentes:
Franklin Domínguez. Es el patrimonio dramatúrgico viviente más importante de la República Dominicano: “Los actores”, “Espigas Maduras”, “La Broma del Senador”, “El Último Instante”, “Se Busca un Hombre Honesto”, “Lisístrata Odia la Política”, “Duarte Fundador de una República”, “Antígona-Humor”, “El primer Voluntario de Junio”, “Duarte Entre los Niños”, “La Hora del Regreso”, “Bailemos ese Tango”, y “A mi Manera”. Sin contar las inéditas, su producción dramática sobrepasa las 50 obras publicadas. Es el autor de Omar y los demás, que por poco pasa desapercibida para el gran público que consume los medios de comunicación.
Giovanny Cruz. Un trabajador consistente y creativo del teatro, del cual resulta, fuera de toda duda, un director trascendente, un actor visceral consciente de su misión. Provocador y bien mercadeado, Cruz sabe perfectamente que no es ningún semidios, pero si resulta honesto, intenso y trascendente con sus obras “Amanda”, “El gato negro” y “La virgen de los narcisos”.
Iván García, es la definición de la palabra maestro. Artística y socialmente revolucionario introduce en nuestro país las técnicas modernas de su época de inicio. Sus temas son marcadamente sociales y responden a una denuncia de los vicios de las clases gobernantes, con una proyección de los problemas que éstas crean en el pueblo. Su lenguaje es poético y simbólico. Sus obras más importantes son “Más Allá de la Búsqueda”, “Don Quijote de Todo el Mundo” y “La fábula de los cinco caminantes”.
Marció Veloz Maggiolo, además de escritor de narrativa, antropólogo, periodista cultural y ensayista, es dramaturgo con una obra trascendente que espera por más iniciativas de montaje, son estas: “Creonte”, “Y Después las Cenizas”, “El Cáncer Nuestro de Cada Día”.
Rafael Añez Bergés. “Una Gaveta para Muchos Sueños” y “Los Ojos Grises del Ahorcado”.
Haffe Serulle. Poeta, narrador y teatrista. Maestro formador de nuevos talentos. Creador de la escuela Acrobática Guerrera, expresión escénica teatral que emplea a máximo el cuerpo de sus talentos a los que hace cursar sobre la belleza poética de sus textos. Presenta cartas credenciales con la que es la mejor y sublime de sus obras: “Bianto y su señor”. Otras de gran significación son “La danza de Mingó”, "El Horno de la Talega”, “Leyenda de un Pueblo que Nació sin Cabeza” y “Prostitución en la Casa de Dios”.
Rubén Echavarría con “La Obra sin Nombre”.
Reynaldo Disla es la figura fundamental de la segunda oleada contemporánea de la dramaturgia, además de buen actor y gestor teatral, es autor de la única obra teatral dominicana ganadora del Premio Casa de las Américas 1985: “Bolo Francisco”. Otras de sus obras son; “Retablo Vivo del Doce de Octubre”, “El afanoso escribano Baltasar López de Castro”, “Rudy”, “Capitulo 72”.
Sherezade (Chiqui) Vicioso con “Salomé U”, “Evangelina” y “Trago Amargo Wish-ky Sour” con esta última se convierte en la primera mujer en ganar el Premio Nacional de Teatro (96-97), con una dramaturgia densa, comprometida y seductora.
Rafael Morla, con la obra “Varones” gana el segundo lugar del Premio Internacional de Teatro de Casa de Teatro 2016, es certeramente la primera obra dramatúrgica dominicana de temática LGBTQ.
Ingrid Luciano, filósofa y dramaturga, es la primera dominicana en ser publicada en la plataforma del importante Centro Latinoamericano de Creación e Investigación Teatral, CECILT en Argentina con su pieza “Poete de la calle o historia de dos nadie”.
Josefina Báez con su transgresora poesía-teatro-performance “Dominicanish”.
Frank Disla, “Ascenso y caída de Andresito Reyna” y “Un búfalo del paso Texas”.
Juan Carlos Campos Sagaseta (Koldo) con las irreverentes obras “El verdadero descubrimiento de América” y “La dama de las camelias… parte atrás”. Un dramaturgo que experimentó mucha resistencia para ser aceptado y al que se le intentó, incluso, restar sus calidades de creador literario. Adversario gratuitos decían que ni siquiera era buen poeta.
Waddys Jáquez, un dramaturgo en la era moderna y digital que escribe y escenifica sus obras: “Pargo, los pecados permitidos”, “Crónicas de cero”, “El camaleón y las siete puertas”. Sus textos, como Perfectum Quorum, crean mundos de fantasía que resultan socialmente crueles y sarcásticos.
Antonio Melenciano, su musical “Tingó”, muestra un trayecto teatral que mira hacia nuestra realidad, logrando una pieza de altísimo nivel y que no fue valorada por quienes correspondía en su momento.
Directoras:
(Relación que puede y debe ser ampliada y su orden es aleatorio, no de importancia)
María Castillo, Teatro Mandrágora.
Oleka Fernández, de Théâtre Petitpatapon en Francia.
Lorena Oliva, Teatro Alternativo.
Ingrid Luciano.
Licelotte Nin de Sang Fauve, con asiento en Francia y Santo Domingo.
María Ligia Grullón, La 37 por las Tablas en la ciudad de Santiago.
Viena González, del Teatro Guloya.
Germana Quintana, Teatro Las Máscaras.
Carlota Carretero.
María Isabel Bosch, en Argentina con Tibai Teatro.
Elvira Taveras Teatro del Sol.
Isabel Spencer, Colectivo Teatral Maleducadas.
Indiana Brito, una de las jóvenes directoras estelares y ha estado al frente de proyectos fundamentales de la actual escena nacional y es recientemente nombrada directora del Teatro Rodante Dominicano.
Margaret Sosa, del Teatro Otoño.
Directores:
Rafael Villalona (EPD) quien junto a Delta Soto fueron revolucionadores del teatro nacional con el TPC en Santiago y el Nuevo Teatro en la capital.
Bienvenido Miranda con Alta Escena mantuvo actividad por 40 años.
Richarson Díaz, Pie de Puente y variadas producciones independientes.
Noel Ventura, director de comedias teatrales con su compañía de Producciones Noventu que se enfoca en propuestas teatrales cómicas.
Manuel Chapuseaux, director del Gayumba por 45 años y también como director independiente.
Carlos Castro y sus arriesgadas propuestas del Teatro Jaqueca.
Miguel Ramírez, con el Teatro de los Oficios.
Haffe Serulle, en distintos grupos incluyendo la fundación del Teatro UASD.
Claudio Rivera, con el Teatro Guloya y con una significativa labor como docente de teatro.
Guillermo Cordero. Es un director proveniente de la producción de montaje de alto formato, en especial de musicales de gran facturación y que demostró su calidad con lo que hizo Carlota Carretero en El último instante, Franklin Domínguez).
Obras dominicanas significativas.
Nos restringimos a citar algunas de las publicadas a partir de mediados del siglo XX.
Vale señalar que encontraremos en esta lista coincidencias con otras listas que bien pueden ser intercaladas entre una y otra, tanto por su importancia como por su posible trascendencia indistintamente:
“Pirámide 179” (1968) de Máximo Avilés Blonda.
“Se busca un hombre honesto” (1964) y “Espigas Maduras” (1959) ambas de Franklin Domínguez, esta última de temática anti trujillista estrenada en plena dictadura.
“El Rey Clinejas” (1979) y “Retablo de la pasión y muerte de Juana la Loca” (1995) (Manuel Rueda).
“Bolo Francisco” (1985), (Reynaldo Disla).
“Amanda” (1993) (Giovanny Cruz).
Rosa, adaptación de Fausto Rojas del cuento homónimo de Juan Bosch.
Trago Amargo Wish-ky Sour” (1997), Sherezade (Chiqui) Viciosos.
“Más allá de la búsqueda” y “La fábula de los cinco caminantes” (1967) de Iván García Guerra.
“Bianto y su Señor” (1970), “Leyenda de un pueblo que nació sin cabeza” (1974) y “La danza de Mingó” (1977) de Haffe Serulle.
“Varones” (2017) (Rafael Morla).
Actuaciones inolvidables masculinas:
Iván García en Se busca un hombre honesto, Entre alambradas y Esperando a Godot, (que vimos en Bellas Artes)
Jorge Santiago en “Cita a ciegas”. Teatro Las Máscaras
Pepe Sierra y Patricio León en “Esperando a Godot” dirigida por Manuel Chapuseaux. Casa de Teatro.
Vicente Santos en “Perfectus Quórum” de Waddys Jáquez.
Johnnié Mercedes, como Otelo en Yago,
Exmin Carvajal. La Duda/Llama un inspector/El prestamista. Sala Ravelo y Teatro Las Máscaras.
Manuel Chapuseaux en “Banco de Parque” (Sala Ravelo) y “Don Quijote y Sancho Panza” (diversas localidades).
Rafael Morla interpretando a la mujer trans Rosario en “Varones” dirigida por Isabel Spencer.
(Hay muchas más, pero nuestro espacio es limitado)
Actuaciones inolvidables femeninas.
Carlota Carretero “El último instante” producida por Guillermo Cordero y Las Criadas y una magistral actuación temprana en Quíntuples.
Ruth Emeterio en “Evangelina”. “Perfectus Quórum” y “Agosto”
Cecilia García, en los cuatro personajes en 1992, en la obra del dramaturgo Arturo Rodríguez, Parecido a Sebastián y en la Opereta Evita (dirigida en TN por Germana Quintana)
Patricia Muñoz, en el protagónico de Acorde Final (Sala Ravelo)
Lidia Ariza en el musical “Tingó” y en “Prostitución en la Casa de Dios” (Las Máscaras).
Alexa Johnson, A la luz de un cigarrillo (Teatro Las Máscaras)
María Castillo en “Buenas noches mamá” y “Cero” y Banco de Parque, además de Las Criadas.
Elvira Taveras en “De Lorca, “La Zorra” y “Agosto”
Lorena Oliva en “Cyrano de Bergerac petit format”.
Indiana Brito en “La Cenicienta es ella” de Licelotte Nin.
Johanna González como Poncia en “La casa de Bernarda Alba” dirigida por Isabel Spencer.
Flor de Betania Abreu, como Bernarda Alba en La Casa de Bernarda Alba
Nives Santana y su legendario Sancho Panza en “Don Quijote y Sancho Panza” con el Gayumba.
(Hay muchas más, pero nuestro espacio es limitado)
Productores destacados:
Juancito Rodríguez.
Patricio León.
Guianni Paulino.
Guillermo Cordero.
Karina Valdéz.
Solangy Gómez.
Luis Marcel Ricart.
José Rafael Reyes.
Joyce Royce.
Luis José Germán.
Mario Lebrón.
Teo Terrero.
Documentadores de la historia teatral dominicana (algunos):
José Molinaza, autor del principal estudio sobre el teatro dominicano: Historia Crítica del Teatro Dominicano, publicado en tres tomos, así como de múltiples críticas y ensayos.
Patricio León por su documental “TeatroGrafía Dominicana” (2015) realizado por su proyecto Exprésate Dominicano.
Jimmy Sierra, (EPD) es uno de los más trabajadores y agudos investigadores del quehacer teatral y artístico en general, además de sus dotes como creador literario. Escribió ensayos y reportajes sobre la historia del teatro dominicano y el mejor conjunto de cuatro documentales sobre las artes nobles, incluyendo el teatro.
Edgar Valenzuela y sus ensayos históricos y antologías del teatro sureño. Un historiador artístico local que se nos fue sorpresivamente.
Carlos R. Mota con el importante libro de historia “Corrientes renovadoras en el teatro dominicano del siglo XX”.
Manuel de Jesús Goico Castro con el breve pero interesante ensayo “Raíz y Trayectoria del Teatro en la literatura nacional”.
Salas de Teatro:
La mencionamos por orden de tamaño más no por orden de importancia o cronología de apertura. Quedan por citar varias salas, anfiteatros, auditorios y espacios independientes y estatales también que han abierto sus puertas en los últimos años en distintas ciudades del país y cuyo inventario es una tarea urgente.
Sala Carlos Piantini (Teatro Nacional Eduardo Brito)
Sala Ravelo (Teatro Nacional).
Sala Cristóbal de Llerena de Casa de Teatro (Santo Domingo).
Sala Máximo Avilés Blonda, Palacio de Bellas Artes.
Sala de la Cultura (Teatro Nacional).
Salas de teatro en el Gran Teatro Regional del Cibao.
Sala Monina Solá del Centro Cultural Narciso González (Sector Villa Juana).
Teatro Las Máscaras.
Teatro Luna en Villa Juana.
La 37 por las tablas (Santiago).
Sala Otto Coro del Teatro Guloya.
Teatro Laura Bertrán en el Centro Cultural Babeque Secundaria.
Nova Teatro de la Fundación de Teatro Cúcara-Mácara.
Teatro Monina Cámpora del Palacio de Bellas Artes de San Juan de la Maguana.
¿Y la estatua?
Sosa, uno de los dos autores de esta relación, publica en Acento, el primero de septiembre de 2019, un inventario de actuantes, en el cual incluyó la siguiente propuesta (a la que nadie reaccionó desde los ámbitos en que se puede decidir financiera y socialmente) una medida de este tipo: “Clamor por una gran estatua. El país tiene pendiente el gran homenaje a sus hombres y mujeres del teatro, comenzando con Romance Campesino, el primer programa en vivo que emitió la televisión dominicana en 1952, hasta el día de hoy. Está pendiente el homenaje a figuras como Luis Mercedes Miches (Macario) y Antonia – Toña-Colón, (mucha gente se va a enterar ahora que ese era su nombre) – (Felipa). Esa gran estatua a los actuantes dominicanos, esa que reconozca la sacrificada carrera, los desvelos, los estudios, los entrenamientos y hasta los devaneos de su ego, a veces excesivo e incomprendido, es una tarea. Un concurso que convoque el Ministerio de Cultura sería suficiente para lograrla.”
¿Una relación insuficiente?
Desde luego que sí. Esta relación es incompleta, deficitaria, limitada y parcial, entre otros factores por las condiciones en que se decidió hacerla (domingo 29 pasado) y con el poco tiempo para publicarla a propósito del Día Mundial del Teatro, que transcurrió el pasado sábado sin una salutación presidencial, lo cual fue muy raro. Se impone completar estas relaciones.
¿Cómo puede ser completa una relación de teatristas por ejemplo, sin Ernesto Báez, Jorlla Lina Castillo, Cristela Gómez, Wilson Ureña Nileny Dippton. De igual modo asumirán roles estelares Yamilé Scheker, Gilberto Hernández, Amauris Pérez, Manuel Raposo, y Alejandro Moscoso, para citar unos cuentos que llegan a la memoria ya al final de este trabajo? ¿Y cómo dejar fuera de relación a Augusto Feria, o al teatro infantil, el teatro musical, el teatro de títeres, sin los festivales de teatro, sin los teatristas dominicanos en NY o Madrid.
Es una relación que adolece la presencia de los de provincias, teatralmente olvidadas.
En general, se requiere continuar ampliando estas indagaciones y seguir agregando a las listas aquí expuestas más datos, incluso mejorar las clasificaciones, divisiones, etc.
Es de interés que la información sea para todos y todas compartida y así unir fuerzas para reunir la mayor cantidad de informaciones de las artes escénicas dominicanas.
Los aportes que faltan, muchos y trascendentes, les pueden ser enviados a joserafael.sosa@gmail.com o canekcanek@gmail.com , quienes trabajarán un nuevo enfoque de listados en el mes de Julio próximo.
ENLACES RELACIONADOS
Historia critica del teatro dominicano 1844-1930/José Molinaza
https://revista-iberoamericana.pitt.edu/ojs/index.php/Iberoamericana/article/view/4452/4619
Historia del teatro dominicano/María Castillo
https://www.popularenlinea.com/Personas/Paginas/premium/content-sections/personalidades-arte/Maria-Castillo/MC_El_Ayer_del_Teatro_de_Hoy.aspx
Espigas Maduras/Franklin Domínguez
https://hoy.com.do/arte-y-osadia-del-teatro-en-laera-de-trujillo/
Inventario de actuantes/José Rafael Sosa
https://acento.com.do/cultura/inventario-de-actuantes-teatreros-e-interpretes-escenicos-de-rd-documento-8723332.html
Pie de foto
Escena de Omar y los demás, de Franklin Domínguez.
Johnnié Mercedes, actor y director
Miguel Ramírez, artista plástico, actor, docente, escenógrafo.
Haffe Serulle, dramaturgo, director, docente teatral.
Franklin Domínguez, dramaturgo, director, actor.
Haffe Serulle, creador del Teatro Acrobático Combatienete
Elvira Taveras, actriz, directora, titiritera.
Claudio Rivera y Viena González en Nuestra Señora de las Nubes.