a) Es un país enorme y profundo con una cultura milenaria que en las últimas décadas ha experimentado un desarrollo material significativo. Su capital Bangkok es una ciudad inmensa e impresionante, con una infraestructura urbana deslumbrante y costosísima. Aquí hay mucho dinero y dinamismo empresarial, lo que aunado a procesos similares de otros lugares de la región muestra que futuro material y económico del planeta estará principalmente localizado en el sudeste asiático. Aparentemente no hay “power” suficiente en otras regiones del planeta para contrarrestar el impulso y el apogeo de esas naciones. La Europa gerontocrática languidece en el pasado con nula o escasa capacidad de reconversión, y los Estados Unidos en su alianza que finalmente será inevitable con América Latina, tienen que ponerse muy bien las pilas para competir exitosamente con el oso panda, el elefante y los tigres asiáticos. Esos países van lejos y ganando impulso con un momentun que sólo una gran crisis global podría alterar. Esta zona se convertido en el principal centro manufacturero mundial y progresivamente aumenta los niveles de creatividad e innovación en ramas y procesos de mayor valor añadido empresarial; ni hablar de los recursos financieros que se manejan como resultado principalmente de los balances positivos en las balanzas comerciales nacionales. Pero también, el desarrollo vertiginoso de esos países son una preocupación para la humanidad, ya que el gran consumo de alimentos y de bienes materiales y tecnológicos, acicateados por las tasas positivas de natalidad y el incremento de la longevidad, amenazan la sostenibilidad ambiental del planeta.
b) El país lo encabeza una monarquía que según las opiniones que recogí tiene bastante popularidad y es muy querida. Pero hay demasiada fotografías de la familia real en áreas públicas, empresas y edificaciones. Además, recientemente hubo protestas populares que durante varios días concitaron la atención internacional.
c) Algo peculiar fue que mientras me dirigía al interior le pregunté a un taxista que cuáles eran los países de la región con que los nacionales se llevaban mejor y sentían más cercano. Me dijo: “Thailand is alone”. Luego añadió que el país prácticamente no tiene vínculos ni aprecio por los pueblos cercanos. No sé si será una opinión personal o la realidad nacional. Por mi parte, y sin tener que ver necesariamente con eso, percibí una gran soledad todo el tiempo y sentí que no me gustaría vivir en uno de esas grandes torres de apartamentos ni en ningún otro lugar del país.
d) El idioma es tan raro para nosotros como lo son el chino, el coreano o el hindú, no tiene ideogramas y su caligrafía es diferente a la de los idiomas orientales más conocidos, pero de todas formas se puede ubicar en la región. La gente es similar al idioma, no son chinos, ni coreanos ni japoneses, sino como una mezcla de todos estos con habitantes de las polinesias. Tuve la impresión de ser una nación y una cultura que podría caracterizarse como una transición entre los pueblos asiáticos continentales y los de las islas del pacífico oriental.
e) Una opinión apriorística, sin una base clara y sólo como un impulso que sentí repetidamente: “Esta es la gente que más sabe cocinar en todo el mundo”. Qué finura, cuánta diversidad. Comen de todo y en muchísima variedad: aves, carnes, pescados de mar, pescado de río, mariscos, crustáceos, caracoles, hongos, cereales, vegetales y una cantidad grandísima de frutas riquísimas y poco común a nivel internacional; ni hablar de sus originales postres. Esta gente maneja muy bien los líquidos, los sazones, los picantes y la comida poco cocida; los vegetales son en general duros, sanos y crujientes. Todo le queda tan bien ya sea medio crudo o cocinado. Encuentro que esta comida es más rica y diversa que la hindú. La china podría ser más variada pero no tiene su nivel exótico y delicado. La italiana, la francesa o la española son en general de platos muy cocinados. La peruana tiene sus detalles y gran variedad, pero es menos delicada y sofisticada. Así como el país es muy rico en agua, hay muchos platos que parecen parte del ambiente natural de la nación.
f) Para alguien que coma de todo Tailandia tiene que ser una ruta gastronómica obligatoria y muy placentera. Conocía la comida Thai a partir de restaurantes en algunas grandes ciudades que he visitado, pero muchas veces me habían parecido un poco pasadas de exotismo y creatividad. Como que inventaban mucho con el agridulce y con el crudo. Me daban la impresión de que no eran auténticos. Sin embargo, comiendo sus platos en el lugar de origen, como verdaderamente se aprecian las comidas nacionales, ha resultado una gran sorpresa positiva. Aquí hasta el arroz blanco con un líquido que preparan con ají y un aceitito está buenísimo. Se cocina cortando y arrojando especies frescas y secas con criterio y con una naturalidad que el hábito ha convertido en cultura nacional. Desde por la mañana se arranca con platos fuertes y variados; muy ricos todos por supuesto. Como en otros países de oriente la comida es muy importante y en las calles se cocina mucho. Caminar en zonas relativamente populosas es una experiencia agradable en que al desplazarse se va percibiendo un conjunto de aromas frescos que inundan agradablemente los entornos urbanos.