Mario Cabrera/Colaboración especial
Los poemas de Marquelis Valdez son coloreados por la soledad, espolvoreados por la intimidad, y amados por el duelo.
Su libro "Como las flores bastardas", aborda un mundo íntimo y dolido, que florece no porque haya sol, sino porque hay heridas.
Las imágenes que comparten no son expresadas por palabras muy complejas, o expresiones extravagantes, sino por palabras sencillas, que no solo siembran en el lector el sentir ideal, sino que su sencillez la hace accesible. Ese es el aspecto más complejo de su obra.
Sus poemas comparten las complejidades del estar vivo, el duelo de la auto aceptación. Esto, visto como ella se nombra "monstruo" dando la idea de que cambiar es difícil. Es precisamente la intimidad, y la desolada imagen de una joven mirándose a sí misma al espejo que impactan al lector. Y no por la belleza de la palabra, sino por la simpleza vaga que las recubre. Es esa idea tan simple que otorga al escrito más significado que lo visto.
Otro ejemplo sería la obra titular en el verso:
"Encontrarse a solas con uno mismo, encuerarse los miedos y ver que dentro hay un monstruo que ya no despierta a la bella durmiente…" pág. 8
Esa sencillez que duele, que teme siquiera ver la luz y sin embargo se expone ante la sombra de sí misma. Ese mismo encuentro es expresado con palabras simples, casi tanto que da miedo lo bien que comparten los ecos de su corazón. Pues los sueños que alguna vez hubo, se ven turbados por el mismo “yo” que habita en su interior.
Otro ejemplo es visto en su poema dedicado a Bosch "Ciudad con goteras":
"El hombre es una hoja que ya no es hoja, y deja de ser en su ensimismamiento, muy de lejos, crea universos, huellas pavimentadas, viajero nardo, su espalda es piedra de infancia, seguro que es dueño de una voz que repite orden."
Pág. 18
En estos versos ella habla del crecer que viene con el hecho de vivir, donde llega cierto punto donde el mismo ser humano debe dejar de pensar en su persona. De dejar legados, abandonar la infancia, reprimirse a la rutina. Es un poema intenso, impactado por la libertad de las palabras que se entrelazan, hilando así la imagen triste, sola, y vaga, que abre las infinitas posibilidades de sus poemas.
Concluyó señalando que los poemas de Marquelis Valdez son íntimos. Se sienten como recuentos frágiles, algo así como flores de cristal, que florecen pese a las heridas que las recubren, alzándose a la belleza y soledad que desvelan su existir.