Serán una feria de vanidades, una tómbola absurda, la “cura” de las redes sociales, pero los Premios Soberano son, en fin, el acontecimiento del año, la plataforma perfecta para llegar al pueblo llano, a los que llenan los mítines a cambio de un pote de Brugal, regalan su cédula por una papeleta de quinientos y deciden el malandro que ocupará la presidencia durante los cuatro años venideros.
Si es tanto el afán por parecernos a los de Hollywood, del mismo modo deberíamos copiar la forma cívica en que ellos se querellan con lo que no está bien, como los 21 actores y actrices que hicieron del tema “I will survive”, de Gloria Gaynor, el himno de protesta contra el actual presidente Trump.
Y es que incluir en el libreto criollo lo de Odebrecht, Punta Catalina, el logo aquel de “Procosita”, a nuestro Presidente mudo, a Percival el vaquero, u otros males contemporáneos, resulta tan lógico como la cuestión de “Muerto ¿Quiere misa?”. Que no se trata de politizar el asunto, mas de aterrizarlo a nuestra realidad, cruda y sin anestesia.
Al parecer, los intereses políticos, económicos e individuales tanto de la Asociación de Cronistas, la Cervecería Nacional (empresa patrocinadora), como los de los productores y los mismos conductores de los galardones, pudieron más que la necesidad de una nación que llora de impotencia y sufre un descalabro a todos los niveles.
A parte de los dos cubitos de sazón completo que le faltaron, en esta ocasión, Pamela no “Fued”. No le hablemos de “sueños que se hacen realidad” a una juventud que sale al amanecer con el estómago en pijamas, sin saber si regresará a su casa ese día o si encontrará la muerte estudiando en la UASD, a una esquina del trabajo, o gracias al ensayo de Súperman de un gatillo alegre.
Si bien Sued es una muchacha talentosa, trabajadora y preparada, vale la pena recordar que fue criada en el privilegio y está casada con él. Hija del maestro de ceremonias oficial del presidente Medina; la misma que en tiempo atrás realizó un especial televisivo de la vice Margarita Cedeño, donde, en un intento fallido de Michelle Obama, esta se atrevió a bachatear, jugar ‘basket’ y afirmar que ella y su esposo prefieren servir al pueblo a ser multimillonarios.
Muy puntuales fueron las intervenciones en que valió la pena perder el sueño del martes. El “Carmesí” de “la nueva revelación del año” (inserte “WTF” aquí) Vicente García, la improvisación de Mozart, que a excepción de los demás urbanos, tiene ángel y llega a su público sin caer en lo vulgar, el bien merecido homenaje a Cuco Valoy, o la alegría de la CocoBand, que nos hizo olvidar todo lo que tuvimos que ver y escuchar para llegar ahí.
Absurdo resultó también que solo unas cuantas Quisqueyanas valientes (Diana Lora, Mariasela Álvarez, Miraba Ruíz…) hayan tenido ovarios suficientes para hacer uso de su popularidad y, como Milagros Germán, subir esas escaleras, no para buscar un premio o romper ojos con un vestido, sino para dar escarmiento a la masa con un mensaje atinado, digno y necesario.
¿Qué tal si la alfombra roja se hubiese puesto verde, o si la Azar, en vez del uniforme de caballeras del zodíaco, hubiese convertido a las “megavivas” en un ejército color esperanza?
Tal vez, Romeo hubiese aceptado la invitación de presentársele una “propuesta decente”, en un guión donde protagonizara al “Héroe Favorito” de las víctimas de asalto 24/7 en cada esquina de este país.
Quizás, de haber dejado a un lado los guiones enlatados y el espectáculo superficial que permanece en la marginalidad de la realidad dominicana, el trending topic de las redes no hubiera sido “KeDifícilSoberano” y Juan Luis nos hubiera montado a todos en su “guagua en reversa”, que hoy, va más para atrás que nunca.