SANTO DOMINGO, República Dominicana.- En artículos anteriores transitamos por la ciudad romántica que representa nuestra hermosa Zona Colonial y, como en una virtual recreación de ese recorrido, asistimos a los lugares más emblemáticos de la misma.
Hoy pretendemos dejarnos llevar por los senderos y rincones de mayor interés del Distrito Nacional , habida cuenta de que se nos quedarán muchos sin mencionar, no menos interesantes. De esta manera, se involucra al lector en una actividad mucho más participativa de los mismos.
Partimos desde el propio Malecón, recién remodelado por la Alcaldía del Distrito Nacional, que ha servido para atraer y retomar de nuevo el interés de sus habitantes de reutilizar los espacios públicos abiertos para el disfrute sano de la familia dominicana.
Así , podemos visitar el también remodelado y rescatado Monumento a Fray Antón de Montesinos, que de alguna manera le ha devuelto a la ciudad un espacio icónico y museográfico, basado en nuestras raíces.
No menos importante , y aunque ya no opera como era antes con un restaurant regenteado por el ya ido a destiempo el Arq. Emilio Brea, el Fuerte de San Gil es uno de los bastiones de mayor importancia histórica en la defensa de la otrora ciudad intramuros.
La tarde avanza rauda y veloz y nos dirijimos hacia occidente para la percepción de espacios fractales de mucho interés, con características escenográficas deslumbrantes y afluencias inusitadas de personas, tal como las que se dan cita en la Plaza Juan Barón y parque Eugenio María de Hostos, en un fenómeno importante de utilización masiva de áreas abiertas públicas dentro de la ciudad.
Luego del Obelisco de la intersección de la Calle Juan B Vicini Burgos, observamos la arquitectura regia, de corte racionalista de los 50’s , y por que no, con expresiones fascistas propias de la época en que fué concebido, y que hoy es sede del Ministerio de Cultura de la República Dominicana. Este fué remodelado recientemente por el mismo Ministerio, recobrando su antiguo esplendor, para que, junto con el obelisco, conformen sendos hitos de referencia en el trayecto.
La zona de los hoteles Sheraton y Jaragua, acentúan el tema turístico , para pasar por la emblemática Guibia, sitio éste que era utilizado como playa de las afueras de la ciudad, y que con el Casino del mismo nombre, hoy Club de Profesores de la UASD, sea otra edificación representativa del mencionado racionalismo, legado dejado por el gran arquitecto de todos los tiempos: Guillermo González.
No queremos dejar de mencionar la zona de Gascue como la antigua ciudad-jardín con sus románticos lugares que aún perviven en la memoria de muchos de los capitaleños, y en la que permanencen vivas algunas de sus casas solariegas , con el glamour de una época.
Pasando la Ave Máximo Gómez el panorama va cambiando un poco más a la prevalescencia del automóvil, para encontrarnos con el Hotel Catalonia y el Malecón Center, el primero de punto de referencia en cuanto a calidad y servicios, recién remodelado en muchas de sus áreas , y el segundo, que se aboca por una recuperación de la importancia que este reviste a través de un rescate de sus áreas públicas para devolvérselas a la ciudad.
No podemos dejar pasar por alto el Fuerte de San Gerónimo, sin retrotraer a la memoria histórica la defensa de Penn y Venables a las invasiones de Sir Francis Drake a la capital dominicana, aparte de la belleza que este bastión representa , por albergar una zona donde se dan cita pescadores que dinamizan la zona con un pequeño y modesto mercado informal de frutos del mar.
Antes de dirijirnos hacia el norte, y una vez pasado el Ministerio de Relaciones Exteriores junto con su Centro de Convenciones, nos detenemos en la zona costera frente al antiguo Hotel Santo Domingo, en el conjunto de la Plaza Omar Torrijos, para contemplar uno de los atardeceres más impresionantes que matizan la época del otoño, donde se conjugan una alucinante paleta de colores capaz de dejar al visitante en shock por su extraordinaria belleza.
Ya empieza a oscurecer y tomamos la Ave. Abraham Lincoln para dirijirnos al Polígono Central, en donde los lugares de interés son de alta variedad y calidad. La Plaza La Lira se ha constituído en los últimos tiempos en el espacio abierto por excelencia de la zona, donde convergen gran cantidad de residentes de los sectores de mayores poder adquisitivo, y cuyo apoyo con los servicios de refrigerios de la Estación de Combustible del mismo nombre, le da soporte al lugar de esparcimiento.
Tomar la avenida mencionada o la Ave Lope de Vega , nos conducirá por el sector de los mejores lugares gastronómicos de la ciudad, los cuales se divisan antes de llegar a la Ave. Gustavo Mejía Ricart y dentro de ella. Es sin lugar a dudas el Distrito de los Restaurantes.
Una vez que terminamos este recorrido, nos dirijimos hacia el oeste a través de la Ave. Roberto Pastoriza, con restaurantes no menos importantes y de excelente calidad, y nos encontraremos con la Ave. Winston Churchill, constituída en la principal arteria para el desarrollo del corazón del Polígono Central, dado su potencial extraordinario que posee, y sus características agradables en la conformación de los espacios públicos urbanos abiertos.
Girando hacia el sur y tomando la Ave. Rómulo Betancourt o la Ave. Sarasota, nos encontraremos con pequeñas zonas como el distrito de las frituras de la Rómulo, o el pequeño centro comercial de Delicias arabes y de Sushis “ aplatanados de Yokomo.
Llegar a la esquina Núñez de Cáceres es de un impacto fuerte con la escala a nivel de ciudad que representa la gran pantalla digital del Downtown Center. Esto, sin dejar de reconocer la importancia que ha tenido Bella Vista Mall en la Ave. Sarasota , en cuanto a la oferta de servicios bancarios, tiendas, supermercados, y áreas de restaurantes de comida ligera.
La Ave. Núñez de Cáceres es otra aventura. En las cercanías de la intersección con la Calle Guarocuya, han concurrido una serie de restaurantes de costos muy accesibles en las inmediaciones del Supermercado Nacional, que, junto con la Plaza Saint Michel y el Supermercado Bravo, y otros centros comerciales más modestos, le confieren valor inmobiliario a los terrenos de manera significativa.
De gran importancia es, próximo a la intersección de la Ave. John F. Kennedy, específicamente en el sector de San Gerónimo, el famoso distrito de las frituras, donde a ciertas horas de la noche , convergen carros ambulantes , creando un sitio turístico muy pintoresco.
Transitar por Villa Juana , Villa Consuelo o Villas Agrícolas es otra cosa. Es pueblo mismo, con sitios como el Palacio del Yaniqueque de Ludovino, tradición imperecedera en la memoria de los dominicanos, así como otros sitios como el Restaurant Boca Chica , con comidas a base de pescados y mariscos.
En lo relativo al Jardín Zoológico y al Jardín Botánico es narración para un día en cada sitio, dada la cantidad de atracciones que posee y que además le permite salir de la ciudad al visitante , estando dentro de ella.
La oferta de grandes centros comerciales en la Ave. John F. Kennedy conformados por Agora Mall, Galería 360, Ikea, y Sambil, así como Blue Mall y Acrópolis Center, le confieren a esta ciudad , características de gran urbe, potenciando más lugares que visitar con tiendas, bancos, supermercados, establecimientos de servicios en general. Conectar con los túneles y elevados de la Ave. 27 de Febrero y la Ave. John F. Kennedy nos colocará de manera más expedita, sobretodo si es en horario nocturno o fin de semana, a más lugares dentro de la ciudad.
Sería imposible mencionar todos los sitios de un conglomerado urbano que ha crecido de manera exponencial. Lo que no debemos dejar de recalcar es la belleza de esta ciudad Primada de América para transitarla en automóvil, y sobretodo a pie. Esta condición nos obliga a percibir su extraordinaria belleza cuando por sus calles y avenidas paseamos, redescubriéndola, escudriñando cada rincón de ella , y valorando su importancia.
Santo Domingo es una aventura, ya nuestro poeta nacional Don Pedro Mir no se equivocó cuando evocaba la frase que la situaba “ En el mismo trayecto del Sol , colocado en un inverosímil archipiélago de azúcar y de alcohol”.
***El autor es Arquitecto, egresado de la Facultad de Arquitectura y Artes, Escuela de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional Pedro Henriquez Ureña, Santo Domingo, Rep. Dominicana. Miembro del CODIA y de la Sociedad de Arquitectos de la República Dominicana (SARD)