Recientemente , el cantautor y gestor cultural dominicano, Víctor Víctor (Vitico), propuso que "el Ministerio de Cultura debe ser disuelto"( Ver Ley de Cultura No. 41-00) y ser "convertido en un viceministerio dentro del Ministerio de Educación", alegando que eso es "para hacer más efectivos los programas y políticas culturales". Planteó, además, que "el exceso de burocracia dificulta las labores de las entidades públicas, haciéndolas menos efectivas".

Considero que esa propuesta del renombrado canta-autor dominicano, no es la salida más eficaz, ante un logro por el cual nuestro país, a través de la mayoría de la población, reclamó, luchó y justificó la urgente necesidad de crear el hoy Ministerio de Cultura, y él (Víctor Víctor), fue parte activa de esos reclamos, con miras a "ordenar" u "organizar" el desorden que, por muchos años, prevaleció en el sistema administrativo nacional, en el sector cultural dominicano. Víctor Víctor fue presidente del  Consejo Presidencial de Cultura (Creado mediante el decreto 82-97, del 14 de febrero de 1997), el cual funcionó como "un organismo deliberativo con funciones de carácter gerencial y administrativo, con el propósito de coordinar, organizar, promover, supervisar y evaluar las iniciativas del sector cultural y establecer las condiciones para la formación de una Secretaría de Estado de Cultura", lo que actualmente es el Ministerio de Cultura.

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Siendo así,  debemos decir que  él (Víctor Víctor), dirigió ese organismo administrativo que precedió la creación del hoy  rechazado Ministerio de Cultura. Entonces, lo pertinente no es "disolverlo", sino reorganizar su proceder administrativo y gerencial, en correspondencia con la ley mediante el cual fue creado ese Ministerio y respetar su Reglamento de Funcionamiento, sin la politiquería que, hasta ahora, ha mediado en su dinámica gerencial.

Si hoy ese Ministerio está dominado por "la burocracia", como alega Víctor Víctor, es porque desde su creación, cada ministro designado allí, no ha aplicado políticas culturales de Estado, sino que se ha regido por sus particulares apreciaciones individuales, en relación a cómo dirigir la cultura, lo que, en la mayoría de los casos, ha contribuido a convertir a ese Ministerio, en un centro de politiquerias anticulturales, en desmedro del desarrollo de la nación dominicana.

La formación de las bandas infantiles y juveniles de música, se ha quedado en un soñado anhelo del pueblo dominicano. Las bandas de música de los pueblos son una gran utopía en todo el país. Los proyectos culturales, para lo cual se dice que hay un millonario presupuesto, no están en correspondencia con la Ley de Desarrollo Nacional.

A pesar de esos vacíos que se pueden comprobar sin muchos escarceos, reitero, la respuesta no es "disolverlo", sino reencausar y redireccionar el funcionamiento, administrativo y político-gerencial de ese Ministerio que es esencial, para el desarrollo democrático, creativo, educativo y económico de la sociedad dominicana.

En su posición, el destacado gestor cultural, Víctor Víctor, justificó su propuesta, planteando que "ese viceministerio de cultura", entre otras cosas, se encargue de fortalecer los contenidos de las tandas extendidas en las escuelas públicas". Esa función puede ser cumplida por el Ministerio de Cultura, siempre y cuando el Ministro de Cultura cumpla o haga cumplir el acuerdo que,  al respecto, ha firmado con el Ministerio de Educación. Para eso no es necesario retroceder en materia cultural en nuestro país. Lo que sí se debe hacer es dar seguimiento a los compromisos interinstitucionales nacionales e internacionales asumidos. Hoy en día, no hay seguimiento, ni evaluación de esos acuerdos.

Ese "descuido" administrativo viene siendo arrastrado desde la creación de ese Ministerio de Cultura, de ahí nuestra pobreza cultural y creativa, aún existiendo un Ministerio responsable de esos nichos que hoy lucen en el abandono, lo que contribuye con el crecimiento de la delincuencia, la violencia y la inseguridad en este país, a parte de contribuir al aniquilamiento de nuestros fundamentos identitatarios, tan imprescindibles hoy…en este mundo global.

Entrevistado en el programa "A partir de ahora", de "Acento TV", por el amigo periodista Gustavo Olivo Peña, el compositor y cantante anunció que pronto presentará su más reciente trabajo musical, un CD de son, con letras del Premio Nacional de Literatura, poeta y novelista Marcio Veloz Maggiolo, a quien, personalmente, le agradezco para toda la vida y cada vez que tengo la oportunidad de manifestarlo lo digo.

Ese trabajo de Víctor Víctor, es una  muestra tangible de que la salida no es "disolver el Ministerio de Cultura", ya que la respuesta es hacerlo funcionar con eficientes políticas culturales públicas, hasta convertirlo en un factor cutural imprescindible, dentro del entramado político y económico del desarrollo de la República Dominicana.

No podemos permitir que ese Ministerio de Cultura, siga siendo "incumplidor", como ha ocurrido con los dos últimos premios (2018-2019) del concurso literario de "Letras de Ultramar, coordinado por el Comisionado Dominicano de Cultura en New York, donde todavía no le han pagado a los últimos escritores dominicanos, residentes en New York, Rossalinna Benjamín y Leonardo Nín, ambos ganadores del primer premio del referido concurso, tema este que amerita ser tratado aparte, como algo especial, por sus implicaciones éticas.

Y aún con esa gravísima e imperdonable falla de irresponsabilidad administrativa, se puede argumentar "disolver" el Ministerio de Cultura". No, porque la fiebre no está en las sabanas…Ese es un mal sistémico de Estado dominicano, donde no se respeta el sistema institucional.

Carecemos de ciudadanía institucional y democrática. Cada cual quiere ajustar el Estado, la Constitución y a las leyes, a sus intereses personales y al interés de su gueto o de su grupo aunque a los demás se los lleve el mismísimo diablo, siempre y cuando me beneficie "a mí y a los míos". Estamos en el espacio de la más perversa individualidad estatal. Y todo cuanto yo diga puede ser usado en mi contra: La compra del silencio es el resultado de una sociedad viciada y viciosa…a la cual todavía le queda una esperanza…rugiendo en el horizonte.

Volviendo a mi humilde respuesta, debo resaltar mi aprecio y respeto a Víctor Víctor, quien, actualmente, se desempeña como Asesor Cultural del Poder Ejecutivo, dirige el programa de los "Puntos Culturales", que auspicia escuelas de artesanías, danza, música, canto y manualidades, entre otras actividades en barrios populares del Distrito Nacional y el Gran Santo Domingo.

Pues, con esos mismos grupos se puede muy bien, cumplir con el Ministerio de Educación y su Sistema de Tanda Extendida en la Educación Dominicana, ahí nada más faltaría integrar a los pintores, teatristas, titiriteros, payasos y cuenta-cuentos y poner en funcionamiento un real acuerdo con el Ministerio de Deportes y con el ITLAS". La idea es poner a esos funcionarios a funcionar, en vez de "politiquear"  corrompiendo el espíritu del ser y promoviendo la compra de conciencia.

Para finalizar esta respuesta, debo decir que respeto la posición del amigo Víctor Víctor y entiendo su preocupación, pero no estoy de acuerdo con su postura. La solución es Institucionalizar el funcionamiento del Estado dominicano. Blindar nuestro Sistema Constitucional, hasta alcanzar ciudadanía democrática, donde los intereses individuales y de grupos, no estén por encima del bienestar común de nuestra sociedad. Y en el caso particular del Ministerio de Cultura, la respuesta no es "disolverlo", sino hacerlo funcionar como una verdadera entidad de políticas públicas culturales, en consonancia con la Ley 1-12 (Ley de Desarrollo Nacional 2030).

Esta Ley de Desarrollo Nacional, consta de cuatro (4) Ejes Estrategicos:

En el primer Eje Estratégico se plantea "la conformación de: “Un Estado social y
democrático de derecho, con instituciones que actúan con ética, transparencia y eficacia al servicio de una sociedad responsable y participativa, que garantiza la
seguridad y promueve la equidad, la gobernabilidad, la convivencia pacífica y el

desarrollo nacional y local.”

En el segundo Eje Estratégico se "postula la construcción de: “Una sociedad con igualdad
de derechos y oportunidades, en la que toda la población tiene garantizada
educación, salud, vivienda digna y servicios básicos de calidad, y que promueve la
reducción progresiva de la pobreza y la desigualdad social y territorial.”
La Visión de la Nación 2030 demanda la superación de la deuda social acumulada
en la República Dominicana en materia de educación, salud, equidad de género,
protección de los grupos vulnerables y acceso a servicios básicos. El nuevo modelo
de desarrollo de la República Dominicana debe sustentarse en la construcción de
mecanismos que hagan efectiva la igualdad de derechos y oportunidades para toda
la población, como forma de asegurar el avance en la reducción de la desigualdad
social y territorial, y hacer posible que la gran masa de dominicanos y dominicanas
que hoy viven en la pobreza puedan progresivamente elevar su nivel y calidad de

vida".

"La Ley de Estrategia Nacional de Desarrollo de la República Dominicana 2030
postula la construcción de una sociedad donde efectivamente exista igualdad de
derechos y oportunidades, demanda el logro de siete objetivos generales:
1. Educación de calidad para todos y todas.
2. Salud y seguridad social integral
3. Igualdad de derechos y oportunidades
4. Cohesión territorial
5. Vivienda digna en entornos saludables
6. Cultura e identidad nacional en un mundo global

7. Deporte y recreación física para el desarrollo humano".

En Tercer Eje Estratégico se sostiene que: “Una economía territorial y sectorialmente
integrada, innovadora, diversificada, plural, orientada a la calidad y
ambientalmente sostenible, que crea y desconcentra la riqueza, genera crecimiento
alto y sostenido con equidad y empleo digno, y que aprovecha y potencia las
oportunidades del mercado local y se inserta de forma competitiva en la economía

global".

En consonancia con la visión de Nación que proclamo, me permito citar el Cuarto y último  Eje Estratégico de la Ley 1-12 de Desarrollo Nacional 2030, se propone: “Una
sociedad con cultura de producción y consumo sostenibles, que gestiona con
equidad y eficacia los riesgos y la protección del medio ambiente y los recursos

naturales y promueve una adecuada adaptación al cambio climático.”

Proponer "disolver" una institución ya establecida, cómo lo es el Ministerio de Cultura, es, sin proponérselo, crearle otro mal orgánico estructural y orgánico al país. La respuesta más atinada a estas falencias institucionales, es la seguir exigiendo, reclamando, en los caminos, veredas, lomas y llanuras, nuestros derechos ciudadanos, hasta crear un Estado funcional democrático de derechos, donde cada sujeto asuma su potencialidad de ciudadanía cultural, desde un discurso orgánico, comprometido y revestido de responsabilidad ética y cívica, en favor del real desarrollo integral (NO CRECIMIENTO) de la nación dominicana.

En base a esos postulados, es que proclamo que salvemos el Ministerio de Cultura y sumemos otras voces, hasta poblar de esperanzas aquel concierto…donde Vitico sea parte del coro ciudadano que necesita, para despertar con música de palos, tambores y balsié, la conciencia dormida de nuestra patria.