CANNES, República Dominicana.- A la luz de los resultados del Festival de Cannes 66 (2013) es claro que la cinematografía dominicana debe trabajar en la creación de una identidad nacional en cine, que le proporcione pasaporte para ingresar a los grandes festivales del mundo.
El país, que está empujando una cada vez más intensa producción cinematográfica, debe urgar en los elementos que contribuyan a edificar una óptica claramente nacional que diferencie lo hecho aquí de cara a la gran pantalla.
Por otra parte, con todo y contar ya con una trayectoria reconocida, en Cannes 66 las cinematografías de países como Colombia, Ecuador, Venezuela, Panamá, Costa Rica y Guatemala, estuvieron ausentes.
La entrega 66 del Festival de Cannes pasa a la historia como una edición brillantemente desarrollada, sin una gran película dominante y con la representación tanto del cine primer-mundista como de las producciones independientes, entre las cuales la cuota latinoamericana fue débil y marcada por veredictos que pudieron haber sido de mucho mejor criterio respecto de las propuestas del cine latinoamericano, considerado uno de los de más frescas y novedosas propuestas.
Cinematográficamente, los veredictos no son malos, pero si se comienza por la decisión que admitió las películas propuestas.
Las cintas latinoamericanas que pasaron el criterio del jurado seleccionador fueron ocho y de estas, solo una “Heli” de Amat Escalante (México) estuvo en la sección oficial de competencia.
Otras dos “La Jaula de Oro” de Diego Quemada-Díez (México y España);“Wakolda” de Lucía Puenzo (Argentina) estuvieron en la sección Una cierta Mirada, esta ultima planteando una erspectiva temática nueva para el cine de America Latina y con una restructuración artística y técnica que obviamente sobresalía en mucho de sus competidoras, pese a lo cual no gano, salvo el aplauso del público.
Las demás fueron prorrateadas en secciones de menor importancia: “Contrafábula de Una Niña Disecada” de Alejandro Iglesias Mendizábal (México); “Mañana Todas las Cosas” de Sebastián Schjaer (Argentina): “Los Dueños” de Agustín Toscano y Ezequiel Radusky (Argentina); “Patio” de Ali Muritiba (Brasil)y “El Veneno de los Peces Voladores” de Marcela Said (Chile y Francia).