-Ilustraciones del Dr. Odalís G. Pérez-
Fijar la mirada en nuestros propios espejos, es encontrarnos con nosotros mismos…y desde nosotros, con los otros.
Nuestra africanía es innegable e imborrable. No pudo opacarla la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo Molina y su ideal hispanófilo, en torno a la sociedad dominicana.
Importantes han sido los aportes de historiadores como el Dr. Hugo Tolentino Dip; el Dr. Roberto Cassa; el Dr. Franklin Franco; la Dra. Mu-kien A. Sang Ben; la Dra. Luisa Navarro y la Dra. Celsa Albert Batista, autora de la obra que hoy les estoy comentando (Ediciones INDAASEL), diagramado por Eric Simón. Impreso en Editora Búho, Santo Domingo.República Dominicana, 2014).
Para la autora de esta obra "transparentar la objetibidad científica de la conformación del pueblo dominicano, es uno de los retos que han asumido los intelectuales y artistas del país, desde la sexta década del siglo XX"( p.11).
Esta obra, breve o pocas paginas, pero con una gran dimensión conceptual, desde el plano de lo identitario, está integrada por seis (6) artículos publicados y difundidos por su autora, sobre los aportes de africanos y africanas en la Isla Bohío-L Española-Santo Domingo, desde finales del siglo XV, como un punto de partida para estudiar lo afro, como uno de los fundamento más fuetes, dentro de los elementos materiales y espirituales que conforman nuestra identidad, como pueblo.
Es pertinente resaltar aquí en que soporte teórico se sustenta la autora, para trazar la ruta de sus estudios, teniendo como pauta la proclama 66/460 del año 2011de la Asamblea de la Organización de las Naciones Unidas, en la que convoca a la conmemoración del "Decenio de los Estudios de los Afridescendientes"-2012-2022.
Tanto la ONU como la UNESCO, motivan a la comunidad internacional a investigar sobre la realidad afroantillana en nuestras tierras, como una forma de ir perfilando los reales componentes de nuestra identidad, como pueblo latinoamericano y caribeño.
En esta obra, la cual es un significativo resumen de uno de los capítulos de su tesis doctoral, titulada "Africanía en República Dominicana", la doctora Celsa Albert Batista, plantea el postulado de que la República Dominicana es el primer pueblo afro-descendiente de America. Y va más allá, al sostener la idea que con esos aportes de africanos, se inició la configuración de una nueva fisonomía en la región de America, se trata del Caribe.
La referencia a esa nueva fisonomía geográfica, se origina, porque "después de más de cinco (5) siglos, el balance de la población africana al continente americano, revela una nueva imagen identitaria y la expresión de nuevas culturas, profucto de la mezcla étnico cultural que ha conformado los pueblos de América y el Caribe cumturas, producto del intercambio entre los pueblos que manifiestan esta diversidad" (p.16).
Según Carlos Larrazábal Blanco, en su obra "La esclavitud del Negro en Santo Domingo", pág. 12, sostiene que "En la isla Bohío-La Española-Santo Domingo, había esclavos". Veamos: "blancos, berberiscos o negros tal vez traídos de contrabando".
De acuerdo a lo planteado por investigadores como la doctora Celsa Albert Batista, la presencia de negros africanos en nuestro territorio, está vinculada con el fuerte trabajo aurífero y las fatigosas labores agrícolas, teniendo a la Orden Religiosa de los Dominicos, como abanderada de tan aberrante propósito, contra la dignidad de los sujetos y los derechos humanos.
La iglesia aparece como puente y soporte de esos esclavos, aunque algunas voces, en algún momento de nuestro devenir histórico, asumieran su defensa. Ahí están los hechos…aunque hoy nos demos golpesitos en el pecho, tratando, en vano, de que nos sean "perdonados" esos "pecados".
Yo, que me jacto de creer en Dios, no se asuste amigo lector, no puedo ocultar aquel acto donde el entonces juez de residencia, Alonso Suazo, se acogió a la demanda de esclavos bozales, en grandes cantidades, traídos directamente de Africa.
Y lo que es más grave, aún, es que esa demanda de esclavos la hacían los padres Jerónimos, quienes, para el 1516, eran los administradores de la isla, buscando garantizar el éxito del cambio de la economía del oro, por por la economía de las plantaciones, de ingenios azucareros y de hatos ganaderos (Ver pág. 18).
Esos datos sobre nuestra integración social e identitaria, son pasados de reojos dentro del sistema educativo nacional. ¡Que vergüenza! Ni los mencionan, porque algunos historiadores de pacotilla, siguen repitiendo aquella historia nuestra llena de mitos y falsedades que desconocen el trasiego de la población africana con la española, lo cual, unido al proceso de mestizaje entre españoles e indigenas.
Y después con las esclavas africanas, originando los llamados mulatos y mulatas y las intensas relaciones entre estos y sentaron los senderos antiesclavistas y de manumisión, hasta ir conformando eso que hoy somos…dominicanos.
Para tí, que eres un posible enamorado del tema, aprovecho para sugerirte que no sólo leas este texto de la doctora Celsa Albert Batista, sino que busques ya bien las siguientes obras:
– "Africa en America". Centro de Estudios Económicos y Sociales del Tercer Mundo. Instituto de Investigaciones Estéticas. UNAM-México. 1982.
-Albert Batista, Celsa…"Los africanos y nuestra isla". INDAASEL. Librería La Trinitaria. Santo Domingo, R.D. 2010.
-Bosch, Juan…"Composición social dominicana" (Historia e interpretación). Santo Domingo, R.D. 1979.
-Andujar, Carlos…"La presencia negra en Santo Domingo: Un enfoque etnohistórico". Editora Letra Gráfica. Santo Domingo, R.D. 2001.
-Cassá, Roberto…Historia social y economía de la República Dominicana". 2 volúmenes. Punto y Aparte Editores. Santo Domingo, R.D. 2006.
Entre veintenas de títulos vinculados con el tema, porque en la medida en que profundizamos en nuestras identidades, más nos amamos como persona, como gente, como sujetos pensantes, creativos, críticos y participativos y más hacemos nuestras estas, nuestras utopías.
Asumir nuestra identidad, es amar y defender nuestra patria, desde una mirada que parte de nuestra localidad…hacia nuestra universalidad.