-La libertad del sujeto, como emancipación del Ser, en el pensamiento pedagógico de Paulo Freire
En la pedagogía de Freire, la libertad del sujeto es la expresión que simboliza la emancipación del sujeto, como ser activo y/o como ciudadano con deberes y con derechos, dentro de la comunidad donde convive.
Cuando Freire habla de libertad no se refiere a libertinaje, sino al libre albedrío en el pensar y en el crear del sujeto. Se refiere al despojo de prejuicios que siempre conllevan a anular al otro, a sacarlo de tu entorno, porque no admite tu forma de ver y asumir el mundo.
En este caso, la libertad está referida a conlleva al sujeto a ser dueño de su Ser, como pensador o ente en reflexión, como creador y sujeto emancipado, no atado a la visión neocolonial o eurocéntrica de asumirse como disminuido ante los demás y ante lo suyo y ante los suyo.
Aquí la libertad es tenerse amor así mismo, como principio de existencia. Es amar lo suyo, lo nuestro. No despreciar tu entorno a cambio de abrazar lo extraño, en este caso, lo eurocéntrico y/o lo extranjero.
Esa concepción de libertad conlleva al maestro a no seguir siendo una caja de resonancia, a no seguí siendo un repetidor de lo que dijo, sin antes cuestionario, interrogarlo, dudarlo…o ponerlo en suspicacias.
No seguir siendo esclavos de la "-educación bancaria", sino apegarnos a un proceso activo y permanente de Educación liberadora, donde el sujeto pueda elegir su nueva mirada a su entorno y pueda cuestionarse y cuestionar lo que le rodea, su contexto.
Estamos hablando de una nueva forma de afrontar el hecho pedagógico, hacia la libertad del sujeto, como tronco y raíz de su emancipación. Aquí entra su convivir como humano, en vecindad o pleitesías con los demás humanos.
En ese proceso de hacer que el discente se asuma y se autodescubra como ser libre, el maestro también ha de verse como sujeto en libertad de actuar, de crear y de pensar. Porque de no hacerlo, se convierte en un esclavo de su realidad.
Aquí, en esa mirada de la libertad como emancipación del sujeto, ha de darse una relación horizontal entre educador y educando, donde medie, no el dar clases, sino un compartir de saberes.
Cuando habló aquí de un compartir de saberes, me refiero a la condición razonada de que el maestro no siga viendo al discente o al estudiante, como una caja de resonancia, sino que lo conlleve a verse y a sentirse como poseedor o dueño de un acervo cultural que le pertenece y que él vino a su espacio escolar con un saber que, tal vez, los demás no conocen y desea conocer.
Es entonces cuando debe aparecer el papel del cómplice (el maestro), con ese diálogo permanente con el discente, hasta ponerlo a explorar su contexto, sin que éste (El discente), sienta temor o vergüenza de su realidad o de sí mismo, sino que vea, oiga y sienta que su saber y su cultura, tienen un significado que es valorado o apreciado por otros.
En ese proceso de emancipación del Ser, desde la libertad, el discente debe descubrir que él piensa, debe descubrí que él crea y que él tiene decisión, compromisos y responsabilidad en la vida y en su vida, ante él mismo y ante los demás.
Aquí la libertad es también toma de conciencia de su entorno vivencial. Que lo que ocurre y le ocurre a él en un momento determinado, no es nada al azar, ni aparece de manera inocente, sino que todo tiene una causa y que tiene consecuencias.
Se procura aquí la humanización del sujeto. Su emancipación como ser en convivencia con el grupo o con los grupos del contexto o de la comunidad. Nunca en aislamiento del otro, sino apegado al grupo social.
Aquí el discente es sujeto en acción, es un ente cuestionador, reflexivo y creador, en permanente vínculo dialogante. Desde esa perspectiva, el cambio no es una consigna, sino una acción y cualquier hecho que no resalte sus principio, son una repudiable negación de los postulados de la pedagogía de Paulo Freire.
Conclusión:
Asumir los principios de los fundamentos de la pedagogía de Paulo Freire es una tarea pendiente dentro del sistema educativo nacional.
La reflexión, la creatividad y la libertad,como.emancipación del sujetos, son postulados centrales en la pedagogía de Paulo Freire, y que, a su vez, han Estado y siguen ausentes, dentro del currículum educativo nacional.
No es posible hablar de cambios en la vida de los pueblo, si primero no hay reales cambios descolonizadores, en la educación y en la mentalidades de los maestros y maestras y en los discentes de nuestro país.
El cambio desde la acción educativa, no puede seguir siendo una consigna politiquera. No puede seguir siendo un decir, sino un hacer, en la realidad educativa nacional.
El asumir a Paulo Freire y a Eugenio María de Hostos en este país, y superarlos, es una asignatura y un patriótica compromiso pendiente, en la agenda política y educativa de la República Dominicana.
Nota:
-En la segunda entrega, pusimos al poeta Vicente Huidobro como de Francia y fue un creador chileno.