PARTE II

La creatividad como potencialidad innovadora del sujeto, en la pedagogía de Freire. (Ponencia desarrollada en la celebración de los 100 años del nacimiento de Paulo Freire. Con afecto, a la maestra Teresa Peralta y al maestro Onavis Cabrera).

Cuando hablamos de la creatividad, hay que hacer hincapié en la potencialidad innovadora del sujeto. Todos nacemos siendo creativos. El hecho de disminuir o de acrecentar esa potencialidad creativas de los sujetos, va a depender del hogar, va a depender de la escuela o del contexto, del territorio o de la realidad situacional, donde participa el sujeto.

Si ese sujeto se encuentra con maestros pocos creativos o con maestras que no son creativas, ese niño o esa niña, en vez de crecer espiritualmente, lo que va es a disminuir su potencial creativo. De ahí que, si partimos de la premisa de que todos nacemos siendo creativos o creadores, entonces, en ese caso, la escuela puede constituirse en una retranca para el desarrollo de laa potencialidades creativas o de los fundamentos cognitivos y creativos del sujeto.

La creatividad, en la pedagogía de Freire, es una realidad incuestionable que pone al sujeto a asumir su compromiso consigo mismo y con su medio. Los sitúa en un diálogo permanente con su base de creatividad y con su realidad situacional, van de la mano. Una conlleva a la otra, por porque no se crea de la nada, toda creatividad está fundamentada en una realidad tangible o intangible, pero realidad existente, material o inmaterial, pero que entra a formar parte del imaginario y de la cotidianidad del sujeto.

No podemos desligar el acto de pensar de la acción de crear, ambas acciones, propias del sujeto, son vinculantes al acto de uso de la lengua, por parte del sujeto, dentro de su contexto vivencial. Cuando enfoco ese tema de esa manera, me llega a la mente el accionar del doctor Diógenes Céspedes y su cuestionamiento al signo, resaltando el valor del ritmo en la vida y en la cotidianidad del sujeto y recuerdo a la inolvidable, doctora Zoraida Heredia, viuda Suncar y su apego a la transformación del sujeto, desde el acto educativo, como posibilidad ideológica consciente de las instancias de poder, en un espacio determinado.

Pensar y crear son partes vitales dentro de los fundamentos pedagógicos de Paulo Freire, porque contribuyen a que el sujeto se autodescubra y se posesione como un semidios creador, como decía el poeta francés, Vicente Huidobro.

En la pedagogía de Freire, hay que conllevar al discente o al estudiante a crear y a autodescubrirse como creador. Al momento de crear, el sujeto se asume como ser pensante y asume su cotidianidad contextual. Se empodera de sí mismo y se adueña de su realidad, para transformarla y continuar creando de esa realidad, otras realidades. Estamos enfocanfo aquí, lo que el doctor Manuel Matos Moquete llama, la pedagogía contextual, como justa referencia a nuestro Eugenio María de Hostos.

Para que el sujeto pueda crear otras realidades, en el caso educativo, necesita de la participación, no de un facilitador, sino de un acompañante o cómplice de sus acciones creativas. Ese acompañante o cómplice debe encontrarlo en la escuela o en el hogar.

En el caso de una sociedad como la nuestra, donde la mayoría de los padre y las madre son analfabetos y/o trabajadores, no tienen mucho tiempo para entrar en convivencia e intimidad con sus hijos, hay una entidad que se llama "Asociación de padre y amigos de la escuela que, como entidad que integra la comunidad educativa, debe jugar su rol de orientación ante ese proceso formativo, entre la escuela, la familia y el discente. Hoy en día, esa entidad es infuncional, se viciado por los soplos antiéticos de la politiquería, la corruptela patrimonialista y la corrupción.

Diógenes Céspedes.

Hablar de creatividad, no siempre implica hablar de valor estético. Pero en este caso, nos vemos compelidos a entrelazar la creatividad con el hecho estético o artístico, y, desde lo artístico, referirnos a la recreacion del sujeto.

Inducir al sujeto al acto creativo, implica estar en complicidad con el sujeto creador, poniéndolo en dialogía, en uso activo de su lengua materna y activando su imaginario más allá de lo pensado o imaginado.

Eso nos dice que el maestro debe ser un creador, conquistador de realidad social, política, educativa y económica. El maestro, en este caso, debe ser un crítico sin mordazas, un creador hacia el deleite y hacia la innovación permanente. Debe dialogar con su conciencia social y con su responsabilidad ciudadana, hasta entender su función transformadora del Ser.

De ahí que la creatividad, en la pedagogía de Freire, es una osadía dialogante con uno mismo y con la otredad. El otro cuenta en esta pedagogía y sin ese otro, no asume significado el existir.

Ese acto creativo que ha de darse en el proceso pedagógico o en el proceso de enseñanza-aprendizaje, debe estar afianzado siempre, en un deleitar enseñando y un enseñar deleitando.