SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Al principio de los 80 decidí que jamás haría cine, por lo tedioso del trabajo y las dificultades del medio, por la falta de apoyo económico institucional y empresarial.
Como el destino sobrepasa la voluntad, continué la producción y realización, al 2003 tengo acumulado cuatro premios en las Bienales Nacionales y una distinción especial representando el país en la Bienal de Caribe con el "Monovideo".
Soy el primer autor dominicano que participa con una obra hecha en República Dominicana por dominicanos en un Festival Internacional de Cine, el de Bilbao en 1981 y luego en la Bienal de París en la sección Cine Experimental.
Dejé de ser cineasta en una actitud egoísta para convertirme en cinéfilo. Así comencé a disfrutar simplemente lo que otros hacen, a la fecha debo haber participado en una treintena de festivales y eventos cinematográficos a nivel mundial.
En los años 30 el diario La Nación publicaba unas viñetas, dibujos, con el título Rarezas del Cine. Me atrevo a solicitar a Mercader unas ilustraciones con el tema de Leonel Fernández siendo presidente de la República caminando en la alfombra roja el día de una inauguración del Festival de Cine de Funglode, institución que preside y en la sala de proyecciones participando con el público. Esto es realmente único y especial.
También otra del actual Ministro de Cultura, en la alfombra roja pero ahora en el Festival Internacional de Cine de Cannes, 2013, presencia verdaderamente inusual por parte de un Ministerio, que debe preferir la presencia de autores y creadores en esta disciplina, -no es que esté mal, creo, pienso, ‘para que aprenda y se informe de como se hace ya que según sus propias palabras es un desconocedor de la materia-, como en el caso de Chile, cuya delegación está compuesta por una veintena de realizadores.
Y otra del Director General de Cine de la República Dominicana Ellis Pérez, acompañado de su distinguida esposa, y un grupo de periodistas, incluido yo, sujetos de su preferencia para acompañarlo en sus gestiones de captura de producciones cinematográficas para realizar en el país con las bondades de la Ley de Cine, que debe sostenerse y protegerse por largo tiempo, hasta que sean los artistas y creadores dominicanos que realmente hagan provecho de la misma por la proyección y lanzamiento definitivo de nuestra cultura en el arte cinematográfico.
Casi dos años después de la publicación de la Ley de Cine, un año después de la vigencia de sus reglamentos, no contamos con un cortometraje, mucho menos un largo cinematográfico con suficiente calidad estética para ser aceptado y escogido en o fuera de competencia en uno de los grandes festival de cine del mundo, Berlinale, Cannes, Montreal, Tokyo y Venecia, la excepción donde entró en una de sus categorías el film Jean Gentil de tema dominico haitiano, de realización compartida dominico-mejicana.
Eso no importa, justamente hoy día es irrelevante definir la nacionalidad de un filme, el movimiento de capitales, la integración de autores de diversos países en una misma obra, hablan de una sociedad cada vez más global representada en la producción y estética cinematográfica.
Por lo menos la industria local está en pleno desarrollo produciendo un buen número de “clavos” que no llegan a trascender más allá de las salas de cine del patio.
En especial existe un gran interés por parte de las instituciones en crear y promover las escuelas que continuarán formando realizadores, lamentablemente con un criterio orientado más hacia la técnica y el soporte a las producciones internacionales que nos lleguen, que al desarrollo de la creatividad fuera y dentro de las aulas, desde mi punto de vista lo más importante en la capacidad generativa y multiplicadora de este poderoso medio.
No nos sorprenderá que Leonel Fernández que para bien, en un rol real y ficticio, doble de Canciller, que trasciende al titular de la República Dominicana, también aparezca en la alfombra roja de Cannes 2013, Francia. Desde París acaba de anunciar el interés de la Banca de ese país por financiar obras cinematográficas y la Dirección General de Cine opera como una sucursal de FUNGLODE, el nombramiento de sus directivos y en consecuencia de todo el personal responden al ejercicio de su influencia en el gobierno de Danilo Medina.
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