Puros Cuentos, de la escritora Rita De Moya, son historias inspiradas en la vida cotidiana de los más pequeños. Una serie de ocho relatos, escritos en primera persona, conforman este libro. Los mismos son caracterizados por el candor en sus temas, vivacidad en sus diálogos, detalles en sus descripciones y su orientación hacia los valores.
En la bolita del mundo, la autora nos habla desde la visión de una niña de ciudad. A ella le habían dicho que uno de sus monumentos, que tenía forma de globo y estaba erigido “ante la presencia imponente del mar y las palmeras”, podría causar un desastre, si lo hacían girar. Sin embargo, más adelante descubre que la verdadera forma de evitar una catástrofe era cuidando de esa esfera a la que llamamos nuestro planeta.
En El brillo más preciado, se resalta la importancia de que, aunque seamos como estrellas, hay que tener los pies bien puestos sobre la tierra y tratar a los demás con aprecio y respeto.
De igual forma, Para que el mundo viva en paz, es una historia de un niño que jugaba con soldaditos de plástico hasta que descubre que "la guerra no es un juego". Después de reflexionar junto a su madre, decide entretenerse, de ahora en adelante, con cosas que le sirvieran "para imaginarse un mundo mejor".
Un dato misterioso y la hilaridad en la trama mantienen el interés en la lectura de Buenos días, ¿qué dicen los periódicos? El hijo de la casa se siente responsable por la seguridad de su familia, ante la ausencia de su padre que se encontraba de viaje, por lo que idea un plan de vigilar su morada, aunque para ello tuviera que mantenerse despierto durante las madrugadas.
En otro orden, El subir y bajar de la vida es representado en una hermosa analogía entre ésta y un viaje en familia por una carretera de montaña. Plantea que, en ambos panoramas, hay que vencer obstáculos para disfrutar de los beneficios de llegar a la cima.
Mientras que, en la historia del Comandante Cacata, todos se impresionan al ver cómo un pequeño insecto realiza su labor habitual de cazar arañas en el parque. La misma es narrada desde el punto de vista del personaje principal, al que llamaban “Avispa Tornado”, quien lo único que desea es que sus espectadores “se pongan a un lado y lo dejen trabajar”.
Por otro lado, ¿Dónde estás mi sol? es una especie de carta, donde el remitente la inicia con estas interrogantes en verso:
“¿Dónde está tu melena
de largos rayitos dorados
que entrelazan los sueños de mi corazón?”
En su mensaje, que tal vez pudo haberlo enviado por email, aunque prefería entregarlo cara a cara, se preguntaba si era posible que el sol pudiera descansar y tomar un baño de él mismo. En esta personificación del astro rey, el narrador desea encontrarlo y decirle que aun las nubes han dejado caer un “par de lagrimitas en su ausencia” y que “los niños y las flores “le echaban de menos”.
Asimismo, en otro de sus cuentos, la autora invita a los jóvenes lectores a no solo leer, sino a tomar lápiz y papel, y escribir los suyos, pues “hay ideas que nos pasan por la cabeza y se pueden escribir con el corazón”.
Las historias de Rita De Moya son contadas de una forma muy personal, poniéndose en los zapatos de los más pequeños, creando empatía con ellos. Las mismas han sido enriquecidas con coloridas ilustraciones realizadas por sus pequeñas hijas, donde se muestra la visión fresca y sin complicaciones de los niños.
Todas ellas, inspiradas en experiencias comunes, muestran a su vez gran sensibilidad y una visión profunda de amor, respeto y valoración por la vida, la familia y el mundo que nos rodea.