SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El presidente de Estados Unidos Ulysses Grant, que gobernó entre 1869 y 1877, “pensaba que la isla de Santo Domingo, con una población mayoritariamente de color, era un lugar ideal para trasplantar centenares de miles de los antiguos esclavos negros a quienes Abraham Lincoln había liberado”, dijo Frank Moya Pons, expresidente de la Academia Dominicana de la Historia, al presentar el libro “La cuestión racial y el proyecto de anexión”.

Bernardo Vega

El economista e investigador Bernardo Vega Boyrie explicó que su obra tiene el propósito de responder a varias preguntas, entre las cuales señaló: ¿Por qué en 1845 Estados Unidos rechazó reconocer a la República Dominicana como un nuevo país independiente y tampoco se interesó en la anexión que le propuso el gobierno de Pedro Santana?   y ¿Por qué durante el gobierno de Buenaventura Báez (1849-1853) este se interesó en la anexión a los Estados Unidos, pero luego durante su segundo mandato (1856-1857) fue hostil hacia esa nación?

Expresó que el interés de encontrar respuestas a las interrogantes le surgió mientras estuvo investigando, como académico invitado, en el Instituto de Estudios Latinoamericanos y del Caribe de la Universidad de Columbia en New York.

En la presentación del libro, Moya Pons reveló que Vega Boyrie busca demostrar que “detrás del interés del presidente Ulysses Grant por convertir la República Dominicana en un estado de unión norteamericana había dos fuertes motivaciones íntimamente  conectadas:  una de ellas racial y la geopolítica”.

“En relación a la primera –prosiguió-, Grant pensaba que la isla de Santo Domingo, con una población mayoritariamente de color, era un lugar ideal para trasplantar centenares de miles de los antiguos esclavos negros a quienes Abraham Lincoln había liberado”.

Para entonces, los estadounidenses, a través de varias instituciones religiosas abolicionistas, habían realizado experimentos migratorios similares en África, especialmente en Sierra Leona y Liberia.

“Para Grant y los anexionistas, la posición de la República Dominicana ofrecía probabilidades de enriquecimiento rápido mediante la adquisición gratuita o barata de tierras, la explotación de los bosques maderables y de las minas de oro, cobre y plata que se decía había en Santo Domingo”, añadió Moya Pons.

Frank Moya Pons, expresidente de la Academia Dominicana de la Historia, al presentar el libro “La cuestión racial y el proyecto de anexión”.

Sobre la segunda motivación de Grant, sostuvo que “estaba ligada a la doctrina de Monroe y a la concepción del ‘destino manifiesto’, defendidas ambas por numerosos políticos, publicistas y militares que consideraban que los Estados Unidos, que ya se habían expandido hacia el oeste y la costa del Pacífico, debían extender también su dominio hacia el sur anexándose las tres grandes Antillas”.

De acuerdo a Moya Pons, “Vega desarrolló  una apretada síntesis de la literatura disponible en una rica narración que se lee fluidamente y con creciente interés, que supera ampliamente a los demás trabajos publicados hasta la fecha sobre los intentos de anexión de la República Dominicana”.