SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Ediciones Pingüino Verde ha puesto en circulación, en exclusiva, Memorias de un Abogado Cibaeño, de David Azcona. Se trata de una obra original y audaz, en la que su autor, abogado egresado de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, narra las peripecias que marcaron el ejercicio de su profesión.

La lectura de estas memorias es amena, porque Azcona aborda sus vicisitudes con un inigualable sentido del humor. David Azcona echa mano de la consabida astucia y el descomunal pragmatismo de los dominicanos para hacer frente a las desventuras que afligen a quienes pretenden ganarse el sustento solo con su trabajo honesto. De esa manera vence las arbitrariedades de la “Compañía Dominicana de Apagones”, logra el cobro de la “deuda eterna” de un lujoso hotel de la capital y la condena de una empresa “prestigiosa e intocable”.

David Azcona personifica al típico dominicano, para quien ningún trabajo es demasiado banal, si es un trabajo honrado. Así, en sus memorias describe cómo fue un as en la venta de tomates o como protegió a un zankipanki y a su turista de turno de la avaricia de un “prestigioso” banco nacional.

Pero esta obra va más allá de ser un simple recuento de anécdotas cómicas. Con la veracidad que lo caracteriza, Azcona denuncia el modus operandi de los grupos de poder, ya se trate de políticos o de empresarios, el modus operandi que obliga a muchos dominicanos a abandonar a su patria y a sus sueños y de comprar un pasaje de ida, incluido a él.

Memorias de un Abogado Cibaeño contiene una infinidad de anécdotas inéditas sobre numerosos actores de la vida pública nacional: Agripino Núñez ColladoAdriano Miguel Tejada, director de Diario Libre; Alejandro Grullón, fundador del Banco Popular Dominicano; Frank Moya PonsAníbal de Castro, actual embajador dominicano en Bélgica; Eduardo Jorge Prats, dirigente perredeísta; Orlando Jorge Mera, dirigente perremeísta; Francisco Domínguez Brito, dirigente peledeísta y José Ricardo Taveras, dirigente de la FNP. De una manera u otra, David Azcona se vio obligado a enfrentar a sus protagonistas y, de una manera u otra, pudo salir ileso de esos enfrentamientos.

Fiel a su misión de acoger a los autores que, por ser iconoclastas y oponerse al establishment, son impublicables,  Ediciones Pingüino Verde trabaja además en la reedición de Memorias de un Estudiante Cibaeño, de la cual la actual publicación es la continuación lógica.