Bruno Rosario Candelier.
Bruno Rosario Candelier.

Voces y expresiones del habla criolla

(Ilustraciones del Dr. Odalís G. Pérez)

Es desde la lengua que el sujeto se asume así mismo y asume su entorno, para plasmar su historia, la misma que representa su existencia, como sujeto en movimiento, en reflexión, regenerándose, reintegrándose a su evolutivo proceso de cambios, desde el pensar.

Cada expresión recogida en esta obra nombra mi pasado y mi presente, porque en su decir, el sujeto marca su identidad, su otra señal de existencia, su otro ser en constante cambio. Es ahí, en ese ritual de vida y de muerte que, el otro y yo, nos reencontramos, esta vez, convertidos en palabras, en conceptos que son lazos, rechazos, rebeldía, amor, piropos o complicidad.

Es así como me apertrecho, para continuar la lectura de esta aventura cultural, sobre mi lengua, lo que es lo mismo decir sobre mi cultura y mi historia.

Somos lo que la lengua nos representa ser, por eso, desde esa visión de lengua activa, pongo de nuevo ante mí este estudio "Perfil del español dominicano: Voces y expresiones del habla criolla" , donde el sujeto autor (el doctor Bruno Rosario Candelier), patentiza su indagar en torno a la lengua y se sumerge en nuestra cultura popular, en sus dichos, en su saber, en su sabiduría cimarrona y cotidiana, con la pericia del maestro e investigador en los diversos campos de la lengua.

El abordaje conceptual sobre los términos recogidos aquí, es presentado desde un enfoque directo, claro y preciso sobre la base semántica que ellos representan, según la época y el contexto en que se ponen en uso. De ahí que un mismo término puede tener distintos significados o aceociones, según el momento histórico y el espacio geográfico en que el sujeto los pone en uso.

El sujeto hablante, desde la palabra, genera los hechos de lengua, y cada hecho de lengua se evidencia desde lo verbal o desde lo escrito. Es desde los hechos de lengua que el sujeto crea su nuevo decir, lo que también podemos llamar su potencialidad lexical y su fundamentación verbal, para establecer nuevos valores semánticos.

Somos nosotros, los sujetos en movimiento, los que le damos vida a la lengua, con nuestra capacidad creadora e inventiva. Somos los que creamos nuevos conceptos en nuestro universo lingüístico, al usar la lengua. En esta obra, el autor resalta esa capacidad de creación del sujeto y nos señala una muestra de algunas de esas palabras inventadas e incorporadas ya en nuestro decir. Veamos:

-Tiguere ("hábil", "descarado", "mañoso", "ladrón").

-pariguayo ("tonto", "idiota", "zamuro").

-pana ("compañero", "colega", "amigo").

-ñoño ("delicado", "susceptible").

-guachimán ("guardián", "vigilante").

-fucú ("mala suerte").

-fólder ("carpeta").

-chivirica ("mujer frívola", "puta").

-chopa ("trabajadora doméstica", "puta").

-chepa ("casualidad", "suerte").

-calié ("delatador", "espía", "soplón", "mentiroso").

-burundanga ("disparate", decir algo sin sentido").

(p.22)

En esta obra podemos encontrar un gran muestrario de términos que, en el español dominicano, ya tienen un registro o un valor semántico determinado. Veamos:

-engancharse ("meterse", "incorporarse", "pegarse").

-trascendío ("propsado", "atrevido", "irrespetuoso").

-turbado ("confundido", "indeciso").

-sangrú ("odioso", "repelente").

-figureo ("exhibición").

-gallina ("mujer hermosa", ruin, miedoso").

-pollo ("hombre atractivo").

-mañoso ("con mañas", "de mala costumbre").

-jodon ("complicado", "molestoso").

-lírico ("único", "Tengo un lírico peso").

-lío ("desorden", "conflicto").

-lámina ("mujer hermosa").

-cuquear ("retar", "provocar").

(p.23).

Ya les decía que, desde esta obra, entramos al perfil identitario de sujetos que hemos labrado una imagen, una marca-caribe que nos señaliza y que nos nos ptentiza, desde aquella mirada que sólo tiene valía, desde la antropología lingüística y cultural.

Sin proponérselo, Bruno Rosario Candelier nos convoca a mirarnos en nuestros propios espejos expresivos. A buscarnos desde la palabra, desde los tonos, decires y pausas que nos delatan, nos desnudan y ponen en franca evidencia lo que en verdad somos, a partir de nuestra lengua, en nuestra condición de sujetos-hablantes.

En cuanto a los términos con supuesta herencia indígena, respeto su posición, pero entiendo que quedan pendientes de un análisis más detenido, porque todavía no hemos podido encontrar aquel "cronista de India" que haya dado pruebas suficientes de su dominio de la lengua de nuestros aborígenes caribeños, salvo que anotarán lo que ,"supuestamente", escucharon y que, desde lo fónico, les pareció escuchar.

De todas maneras, lo consignado aquí tiene un incuestionable valor lingüístico, como obra centrada en el universo expresivo que proviene de nuestra lengua española, la cual es manifestación y herencia impuesta por el poder militar, económico y cultural de la España de entonces, en su calidad de "imperio" que nos obligó a rezar y a creer, desde el verbo celestial del pensamiento judeo-cristiano.

"¡Ay…ñequete!", agrego yo, como olvidar aquella "invasión", publicitada como "descubrimiento" de nuestras tierras. ¿Quién descubrió a quién? En fin, aquí estamos y aquí seguimos…somos parte de esa América morena que cada día reafirma su apego a su lengua y a su cultura, fundada en la "criollidad" de nuestro mulatje tropical.

Sé que hace falta seguir profundizando más en la construcción constante de nuevos conceptos o términos que nosotros, como hablante activos, creamos y actualizamos en nuestros diferentes contextos vivenciales, como una forma de revitalizar nuestra lengua materna.

Otro detalle a resaltar es tener en cuenta algunos trabajos que, sobre el área, han publicado investigadores naciones como el Mtro. Juan Brijan (Byron); la doctora Yrene Pérez; el Dr. Odalís G. Pérez; el Dr. Carlisle González; el Dr. Manuel Matos Moquete y el Dr. Bartolo García Molina, entre otros investigadores nacionales, vinculados a los estudios sobre las transformaciones de nuestra lengua, como ente viviente, dentro de nuestro universo cultural.