Con su alforja llena de ilusión y futuro, llegó Antonio Nicodemo Patta a Puerto Plata, República Dominicana, el 6 de septiembre del 1907. Era oriundo de Aieta, Cosenza, Italia. Con 21 años de edad, se dirigió al Cuerpo de Policía Municipal de aquella ciudad, a prestar su declaración al oficial de turno.

Le entregaron un documento que informaba a las autoridades y a la comunidad de la República Dominicana, la presencia de un joven de raza caucásica, de nombre Antonio Nicodemo Patta, portador de un pasaporte italiano expedido por Vittorio Emanuele III.

Antonio dejó atrás más de diez años de estudios clericales, cursados en un convento de Policastro, en el sur de Italia.

En Puerto Plata conoció a jóvenes, que al igual que él eran músicos y alumnos de la Academia Municipal de Música. A don Antonio, no le quedó más remedio que sacar su mandolina y posteriormente junto a ellos formar el grupo musical “La Estudiantina”.

Lo más lejos que tenía el abuelo Vincenzo Nicodemo, en Aieta, Cosenza,  era que a partir de ese encuentro de su hijo Antonio con sus amigos músicos en ”La Novia del Atlántico”,  había perdido, definitivamente, su anhelo de tener un hijo sacerdote.

El contacto de don Antonio con puertoplateños y europeos, básicamente, italianos, lo llevó a establecer una estrecha relación con Carlomagno Rossi, de Potenza, Italia. Se enamora de su hija Leonor Rossi Acevedo, con quien casó el 27 de enero del 1912, procrearon a María Teresa (Teté), Ángela Rosa, Vicenta Inmaculada (Vichy) y Vicente Andrés (Ucho).

Papá
Papá

 

La muerte sorprendió a Leonor Rossi de Nicodemo y al poco tiempo don Antonio, forma  una nueva familia con Antonia Lantigua Almonte, oriunda de Juan de Nina, sección de Camú, Puerto Plata. Antonia, era la mayor de sus hermanos. Hija de Evaristo Lantigua y Trina Almonte. De esta nueva unión matrimonial nacimos María Luisa, Leonardo Antonio, Andrea (Andreina), Héctor Darío, Rosialba e Ylka.

Diez fuimos los retoños procreados por el "fracasado" sacerdote de Aieta y estudiante del convento de Policastro en Italia.

En el censo realizado en Puerto Plata para el año 1919, se menciona a Antonio Nicodemo en la página 135, entre los que poseían “Café y Restaurants”.

En la sección Parques y Plazas del censo se describe que en el “Parque Independencia” en “… una hermosa glorieta de maderas en cuya planta baja hay un Café para la venta de dulces, helados, refrescos, etc., y en cuya planta alta ejecuta conciertos dominicales y los días festivos la Banda Municipal de Música. El más antiguo de la ciudad…”. http://genealogiadominicana.com/Censo%20comun%20PP%201919/ccppindex2.htm.

Vicente Andrés Nicodemo Rossi (Ucho), hijo menor del primer matrimonio de mi padre, compartía  sus estudios con su trabajo de controlar las exportaciones de guineo que realizaba Divanna Grisolía & Co. Debía contar la cantidad de manos de guineos que se embarcaban en el muelle de Puerto Plata, frente al barco que llevaría la carga al exterior.

Don Ucho
Don Ucho

 

Ucho, en sus tiempos libres realizaba labores de llenado de botellas en "La Teresita", fábrica de "gaseosas”, refrescos embotellados que había instalado don Antonio en Puerto Plata con maquinarias e insumos procedentes de Italia. Desde aquel país se recibían botellas de cristal, con una “bolita” de plomo en su interior, que le servía de cierre. Además, importaba las esencias y etiquetas para las botellas. Posteriormente introdujo en La Teresita, las tapas metálicas, y se convirtió así en uno de los pioneros en República Dominicana.

En el mes de septiembre del año 1943, Vicente A. Nicodemo (Ucho), comenzó a trabajar en Esso Standard Oil Caribbean, en Puerto Plata, luego en Sosúa y finalmente  trasladado a la Planta Terminal Esso Standard Oil en Sans Souci, Punta Torrecilla, Ciudad Trujillo, en el año 1947.

Antes de la partida de Ucho  a la capital dominicana, conoce en Puerto Plata a Luz Torres, oriunda de San Pedro de Macorís, con quien casó y procrean a Roberto Antonio, Ricardo Andrés y Rossina. Ucho, ya había procreado a Nereida, producto de una relación previa que tuvo en Sosúa,

El trabajo en Esso Standard Oíl, bajo la dirección de Andrés Freites, llevó a Vicente Andrés Nicodemo (Ucho) a ocupar la posición de Superintendente de Operaciones en la Planta Terminal, ascenso que se realizó el 1 de enero del 1949, como se reseña en el periódico El Caribe del 21 de enero del 1949, página 3 y en La Nación de esa misma fecha.

 

 

Ucho fue miembro del Club Rotario Arroyo Hondo, donde llegó a ocupar la Presidencia  de esa institución. Fanático de los Leones del Escogido.

Fornido, de temperamento alegre, muy conversador, perfeccionista y exigente. Amante de la natación y de los ejercicios físicos. Acostumbraba a nadar y bucear en la Poza de Castillo de Puerto Plata, donde tenía fama de gran buceador.

Con Andrés Freites Barrera,  Ucho desarrolló una relación de amistad y de mucha confianza. Una vez le escuché decir a su padre don Antonio: "Andrés Freites y yo nos tratamos como hermanos…".

El historiador Bernardo Vega, ganador del Premio Nacional. Feria del Libro 1999, con su obra: "Los Estados Unidos y Trujillo, 1960-1961. Los Días Finales”, en el que recopila documentos del Departamento de Estado, de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y de los Archivos del Palacio Nacional Dominicano.

En esta obra de Bernardo Vega, el señor Andrés Freites es mencionado 21 veces, y el autor escribe de él, en la página 24, lo siguiente: "…Andrés Freites. Su nombre en la clandestinidad fue "Azuano". Gerente de la Esso, fue la persona que la noche del 30 de mayo avisó a Dearborn sobre la muerte de Trujillo y quien dio refugio en su casa, esa misma noche, a Luis Amiama Tió. Su principal contacto era John Barfield, quien se acuerda cuando, en el restaurante Mario, al lado de las oficinas de la Esso, Freites, junto a su Subgerente Alfred Kirtchner, norteamericano, le dijo: "tenemos a nuestra gente. Lo vamos a hacer".

Oficinas de la Esso en la ciudad capital
Oficinas de la Esso en la ciudad capital

En referencia a la opinión de un importante hombre de negocios dominicano, en la nota ** al final de la página 437 del libro de Bernardo Vega, se lee: "Por varios comentarios que hizo esa persona, luce que se trataba de Andrés Freites, gerente de la sucursal de la Esso en Ciudad Trujillo. Freites sería la persona que avisaría por teléfono a Dearborn la muerte de Trujillo la noche del 30 de mayo y quien escondería brevemente a Luis Amiama. Salió temporalmente hacia Estados Unidos en el primer vuelo comercial disponible, después de la muerte de Trujillo. Barfield informó al autor que en la oficina de la Esso, con la radio prendida, por miedo a ser escuchado por el SIM, Freites le había informado que estaba en el complot".

En julio del año 2000, fui llamado por Brigitte y Jean Phillipe Merand, propietarios del Hotel Tropical Lodge de Samaná, y a quienes les prestaba servicios profesionales de auditoría externa. La visita giraba en torno a la asesoría sobre una inversión que ellos querían realizar en la Playa El Limón, de la Provincia de Samaná.

Aproveche la ocasión de la visita a los señores Merand y le hice una invitación a mi hermano paterno Vicente Andrés (Ucho), para que nos pasáramos juntos ese fin de semana en Samaná, él gustosamente me acompañó durante esos tres días.

En una de nuestras largas conversaciones, de ese fin de semana, me dice Ucho:

“Darío, tengo que contarte algo que he comentado muy pocas veces, Franklin Emilio Plá Sierón, tu cuñado ha sido uno de ellos”.

“…Quiero que sepa que yo estuve envuelto directamente en la conspiración para el ajusticiamiento de Trujillo…”.

“Una tarde Andrés Freites me dijo, te hemos elegido para que cuando se te avise vayas a la Planta Terminal  de Sans Souci, en Punta Torrecilla y a una llamada  de Luis Amiama Tió, le pegue fuego a los tanques de combustibles de la terminal…”.

“Dos veces  antes me avisaron que fuera a esperar la llamada en Punta Torrecilla, y no llegaron a llamarme ninguna de ellas…”.

“Darío, a los pocos días se supo la noticia de la muerte de ese malévolo y de haberlo sabido hubiera prendido los tanques sin ninguna vacilación”.

Dos lágrimas asomaron a sus ojos verdes y el silencio se apoderó de los dos.

Ucho guardó silencio y no siguió conversando sobre el tema. Nos limitamos a chocar nuestras copas y brindar por la salud de ambos.

La navidad del 2012, recibí en Santiago de los Caballeros, la visita de mi sobrino Dr. Roberto Antonio Nicodemo Torres, hijo de Vicente Andrés (Ucho) junto a su esposa Nicole, quienes residen en Miami. Uno de esos días los llevé a Jarabacoa y en la conversación de sobremesa le pregunté a Roberto, si Ucho le había comentado sobre su participación en la trama para ajusticiar a Trujillo.

Roberto Antonio, entre muchas cosas me dijo: “El viejo era muy discreto. Recuerdo que una sola vez me hizo el comentario, aunque no recuerdo exactamente cuándo ni dónde.  En los días subsiguientes  después de muerto Trujillo, a papá se le veía pensativo, y para entonces ya no era tan conversador como habitualmente, y aunque escondía muy bien la vorágine de pensamientos, que probablemente tenía dentro de sí, yo sin embargo, sí que lo noté un día muy preocupado, en un momento en que no notó que yo vi su expresión. Así las cosas comenzó a rebajar, y perdió por lo menos unas 40 libras”. Yo realmente no sabía que pensar y no sé si mamá sabría qué pasaba, pero lo dudo pues siempre, y más en ese periodo, el silencio preservaba vidas. Él siempre buscaba una buena "explicación" para aquello que tenía que callar.

“…La Esso suplía todo y cada uno de los combustibles especiales de grado militar que consumían los aviones de combate, diferentes a los que consumía la marina, y lo mismo con el combustible del ejército entre los cuales estaba la gasolina para los tanques de guerra, y así con todo los otros equipos de guerra". No hay que olvidar que la "República Dominicana Trujillista" poseía el mayor poderío militar con excepción del Brasil, e igual que éste poseía la otra armería existente en América latina. Y para colmo de coincidencias el ingeniero principal de la armería fue el Sr Rideg, uno de los húngaros empleados por Trujillo,  y quien unos años después se iría contratado por la armería brasileña, hacia donde partieron mi amigo íntimo de mi niñez, Peter, junto con Aniko, su hermanita menor.

Roberto me dijo: “Bueno, lo que trato de comunicar, más de 50 años después, es que alimentar, y mantener siempre listo esas ingentes fuerzas requerían de un suplidor fiable de combustibles especiales, y quienes llenaron ese papel fue la Esso Standard Oil, de los Rockefeller, judíos multimillonarios residentes en New York. Y bien, resulta que los complotados comprenden, y ponen en marcha, un plan para despojar de un sólo golpe, todo el alimento petrolero de la maquinaria militar.
¿Quién y cómo esto se haría?

…Por ésa razón papá se comunicaba a cualquier hora con los generales, cabezas de cada fuerza militar, generalmente en horas tempranas, o en la madrugada, y yo escuchaba las conversaciones telefónicas habituales con esos "camajanes", pues mamá siempre, y yo con frecuencia también despertaba, con la clara sensación de que estábamos siendo testigos de cosas que no estábamos supuestos de saber.
Por estos vínculos papá tenía acceso a una información que solo los altos mandos militares sabían.  Así pasó con la expedición del 14 de junio del 1959, y con cada una de las movilizaciones militares del régimen… ”.

Roberto afirma: “Bueno, la historia fue que era Luis Amiama quien tenía que avisar telefónicamente a papá de que Trujillo ya estaba muerto, para proceder de inmediato a volar por completo la planta petrolera de la Esso. Muy importante, pues como dije antes las Fuerzas Armadas dependían precisamente de los diferentes combustibles que la Esso suplía”.

“Además, al volar la planta de la Esso, todas las demás plantas de las otras compañías, Shell, Texaco, etc. también iban a explotar ya que cada planta era contigua a la subsiguiente”.

“La explosión sería como la del polvorín,  y si no más,  con todas aquellas cadenas de tanques de combustibles más alto que muchos edificios de la época”.

Dice Roberto: “… de repente veo que papá en la casa se dedicaba asiduamente a modificar un reloj/dispositivo que estaba creando, y que cuando le preguntó para qué es eso, él me dice, "ah!, eso es para crear un movimiento continuo", aparentemente con muchas aplicaciones, por lo que decía, aunque no podía comprender de qué realmente se trataba…”.

“Bien, en realidad, éste era el dispositivo que provocaría una poderosa chispa para volar todos los tanques de la reserva petrolera de la República Dominicana…”.

“El ambiente en la Esso, en la planta de 'Sans Souci' era uno de franca oposición al régimen,  y la hora del almuerzo, y del café y cigarrillos se hacía dentro del baño, con una sola puerta de entrada, de modo que si había que cambiar de tema se hacía todo en un segundo”.

"Llegado la noche clave, de repente cambia todo, papá no sabe por qué no se le llamó para proceder de inmediato, y todo había que entenderlo o como una falla de la inteligencia, o mucho peor como un fallo del complot. Que noche tan larga, cuanta angustia reprimida!”.

“…Qué pasó, qué habrá sucedido, que noche tan difícil para conciliar el sueño! Pero el sol salió como siempre lo hace, y solamente en ese día se enteró papá de lo sucedido, pero él continua aislado. Andrés Freites parte para Miami, vuelo que probablemente papá y todos nosotros deberíamos haber emprendido…”.

“…Luis Amiama no pudo avisar a papá debido al hecho de que el ajusticiamiento no salió exactamente como planeado, tenían un herido y tuvieron que comenzar a improvisar, cuando precisamente debido a lo sucedido, nunca más que ahora era necesario inmovilizar al régimen de una vez por todas…”.

“Pero ya entonces el régimen había entrado en la modalidad persecutoria, y lo único que quedaba era inevitablemente esperar”.

Roberto además me comentó: “Antes de que todos estos dramáticos hechos se desarrollarán, recuerdo que un día, sin ninguna explicación, papá llegó con todos los pasaportes expedidos para cada uno de los miembros de la familia, siendo así que pocas veces el régimen los otorgaba, y el único que originalmente tenía pasaporte era papá. Más aún, todos los pasaportes tenían estampadas visas de entrada en USA, cosa que me extrañó muchísimo, y a mi pregunta me contestó algo como que era útil, o importante tener esos documentos, pero no supe porque eran importantes, sino hasta un tiempo después…”.

El historiador Juan Daniel Balcácer, escribe en su obra: “Trujillo. El Tiranicidio de 1961”. 2007, Grupo Santillana, en las páginas 134 y 135 lo siguiente: “… Se ha podido establecer que el grupo de Vicini también sometió a la consideración de la legación americana un plan de acción estructurado en varias fases, a saber: 1. Eliminación física de Trujillo; 2. Poner en ejecución la operación o Plan Aurora, el que, según Vicini, consistía en bombardear los tanques de combustible de Punta Torrecilla, para lo cual se dispondría de aviones que aportarían los presidentes de Costa Rica y Venezuela. Ángel Severo Cabral habría obtenido los planos de los referidos tanques. (Este proyecto, siempre de acuerdo con Vicini, no prosperó porque no recibió el respaldo del presidente Rómulo Betancourt)…”.

Se puede inferir que al no conseguir el apoyo de los presidentes de Costa Rica y Venezuela para bombardear los tanques de Punta Torrecilla, se optara por conseguir la inclusión de Vicente Andrés Nicodemo (Ucho), Superintendente de la Planta Esso Standard Oil, a través de Andrés Freites, Gerente de la Esso y uno de los organizadores del grupo político del complot para la eliminación de Rafael Leónidas Trujillo Molina.

He querido hacer estas revelaciones de la participación de mi hermano Vicente Andrés Nicodemo Rossi (Ucho), en el complot para ajusticiar al Generalísimo Rafael Leónidas Trujillo Molina, para aportar un nuevo elemento, hasta hoy inédito, dentro de la trama que se organizó, y de la que Andrés A. Freites, Gerente de Esso Standard Oil en República Dominicana, ocupó un lugar relevante dentro de la organización.

Es Andrés A. Freites, jefe inmediato de Ucho, quien lo involucra dentro del grupo de apoyo a los que eliminarían físicamente a Rafael Leónidas Trujillo Molina, y es Freites quien lo vincula con Luis Amiama Tió.

Andrés Freites
Andrés Freites
Luis Amiama Tio
Luis Amiama Tio

Se ha escrito que los complotados para ajusticiar a Trujillo, fueron a la autopista que une a Ciudad Trujillo con San Cristóbal y el “jefe” no viajó en esos días por la vía que conduce a la Casa de Caoba, en San Cristóbal.

Es un nuevo capítulo a investigar sobre la organización que se montó para salir de Trujillo, quien nos gobernó con manos férreas durante más de 31 años y que cayó abatido el 30 de mayo del 1961, cuando se dirigía a San Cristóbal, su pueblo natal, desde Ciudad Trujillo hoy Santo Domingo.

Quiero agradecer a mi sobrino Roberto Antonio Nicodemo Torres, su autorización a hacer estas revelaciones de la participación de Ucho en la trama para eliminar a Rafael Leónidas Trujillo Molina, a quien hemos extrañado mucho desde su partida el 14 de enero del 2005.

A Andrés A. Freites el honor, y la gloria por haber pensado en Ucho como hombre de su confianza para llevar a cabo tan importante y peligrosa misión patriótica dominicana.

Exhortamos a los investigadores de nuestra historia a  que indaguen y profundicen sobre este hecho, no revelado hasta hoy, y que de haberse materializado hubiera debilitado, por lo menos, la capacidad de movilidad de la Fuerzas Armadas Dominicanas, como me relatara Roberto en sus comentarios sobre la importancia del combustible que suplía la Planta de la Esso Standard Oil de Punta Torrecilla, Ciudad Trujillo y del cual Ucho era el responsable de su operación.