Desde que el hombre intervino la naturaleza para crear espacios y objetos, encontró en la  madera particularidades esenciales que contribuían a su diario vivir. No solo para el logro del objeto de subsistencia, sino como medio de expresión ritual en su simbología mágico religiosa, encarnadas en figuras y formas erigidas dentro del ritual onírico del clan social.

Ese tallador milenario,  que intervino la madera para develar formas ocultas escondidas en el cuerpo mismo del material trabajado, paso a ser en esencia,  el oficiante de una de las disciplinas antiquísimas de la expresión plástica: la escultura en madera.

Pedro Méndez, dominicano, de oficio escultor, nacido entre trozos de madera que salían de las manos de su padre ebanista, nos presenta en el acogedor  Centro Cultural Mirador, la exposición “Pura esencia”.  En ella, exhibe sus mas recientes trabajos escultóricos en madera, distribuidos museográficamente en tres de los salones de exposiciones, y en donde nos revela una faceta contemporánea diferenciada del trabajo que durante los últimos años ha venido desplegando.

Recientemente había expuesto en Sangiovanni Art Gallery & Studio,  en una colectiva con el Grupo AZUARTE, en donde sus trabajos mostraron imágenes religiosas con personajes del santoral y escenas bíblicas propias de la religión católica, enmarcado dentro de una estrategia grupal tendente a impulsar la talla de santos, una perdida tradición popular surgida en el siglo XVI.

La faena de escultor en nuestro país, adolece de oficiantes. La rigurosidad que exige, el manejo del dibujo y la perspectiva, el dominio de la concepción espacial tridimensional, la destreza con herramientas y materiales, pero sobre todo,  la dureza del oficio, han sido barreras que han contribuido a su exigua proporción  cuantitativa y cualitativa.

La esculturas en madera de la exposición “Pura esencia”, evidencian un tratamiento diferenciado del material. Del trabajo rustico de gubia, formón y maso  sobre la materia, se pasa a un ensamblaje mas acabado, en donde las estructuras conforman un todo sinuoso y armónico que invitan al disfrute de los sentidos del tacto y la vista sobre las superficies de las piezas.    Su calidez, los acabados,  texturas y contrastes,  hacen del conjunto de obras,  un todo integral en lo que se evidencian las posibilidades de la madera en mano de un verdadero escultor.  El tratamiento de las formas, realizadas por el artista, llevan sus composiciones a la abstracción y en algunos caso a un minimalismo expresivo que se emparentan,  muy distanciadamente, a los relieves en madera de *Jean Arp.

Claro esta,  hay en el conjunto aparecen algunas piezas disonantes, pocas,  que una segunda mirada de curaduría hubieran descartado a los fines del logro de la  completa coherencia expositiva.

Entendemos que la importancia de esta muestra,  reside en establecer una clara línea divisoria entre el concepto tradicional del trabajo de la materia vegetal,  y  los realizados por epígonos que venden su talento dentro de un pretendido virtuosismo,  sin percibir que sus producciones acabaran desvalorizado en manos de los bisuteros de objetos.

Finalmente, estamos convencidos de  que las esculturas exhibidas por Méndez,  se impregnan de la simplicidad aconsejada  por *Brancusi, quien expresaba:  “La simplicidad es compleja en si misma, y uno tiene que ser alimentado por su esencia con el fin de comprender su valor”.

  

Jean Arp (1886-1966) artista fundamental para la historia del dadaísmo, el surrealismo y la abstracción. 

Constantin Brâncuşi: Uno de los escultores más famoso del siglo XX, nació el 21 de febrero de 1876 en Hobita, un pueblo de la región rumana de Oltenia.