En consonancia con la onda merengue-jazzista que cultiva, entregará sus fusiones de jazz, merengue y música afro-dominicana como palos, pri-prí y gagá; esta vez apoyado en las formidables notas que le saca al clarinete, instrumento, que le ha valido excelentes opiniones de la Crítica especializada del jazz norteamericano por la maestría que exhibe en sus interpretaciones.
El también etnomusicólogo y compositor presentará en el concierto nuevos temas, así como antiguas composiciones, algunos merengues tradicionales dominicanos, con el toque personal que Austerlitz le da en sus arreglos; no faltará la interpretación de piezas tradicionales dominicana y haitiana con orígenes en la religiosidad popular de ambos países.
Como ya he de costumbre, Austerlitz subirá a tarima con su banda dominicana, músicos forjados en los escenarios y ofrece su opinión personal sobre su quehacer profesional:
José Duluc, cantautor, “un verdadero profeta y activista de la música afro-dominicana”, donde además de tocar percusión, cantará, bailará y ejecutará la armónica;
Julito Figueroa, “dedicado a convertir la tambora en un instrumento de improvisación jazzística y hace con la tambora lo que Tavito Vázquez hizo con el saxofón”;
“el maestro del piano”, Gustavo Rodríguez, “uno de los mejores jazzistas del país, icono del jazz dominicano, quién trabajó por años con Tavito y florean en la ejecución del piano las influencias de su Maestro”;
en el contrabajo acústico, “el inigualable” Esar Simó, “que con amplia formación clásica combina lo clásico con lo bailable y lo urbano, no quedando atrás su vasta experiencia con el folclor”
y la “acompasada batería” de Wellington Valenzuela, “un veterano de la batería y un icono de la música dominicana, que goza de mucho reconocimiento no solo del público, sino de los músicos jazzistas”.