Finalizadas su temporada, la pieza escrita por Herber Morote, deja ese indefinible sabor de lo  excepcionalmente bien logrado y que trasciende los tiempos de cartelera.

El recorrido para lograr un  suceso teatral de  esta calidad, inicia con  la selección de  un texto dramatúrgico cuidado, auténtico, la escogencia de un director con sed inacabable de excelencia en sus resultados escénicos esperados y la  determinación de sus intérpretes.

Este  trayecto para que  Olivia&Eugenio, del dramaturgo peruano y narrador tardío Herbert Morote, se haya sido un  acontecimiento  de  la escena nacional,  ha cumplido comportando unos valores de producción en su montaje, que no deberían ser pasados por alto en la barahúnda intensa, valiosa y, a veces no tanto, de la producción escénica nacional.

Cecilia García, en Olivia & Eugenio

Las presentaciones han terminado y el montaje debería pasar al memorial escénico reciente, independientemente de que sea consignado en los listados nominales de premiación del Soberano, pero enfocar este trabajo en función de las referencias tradicionales, es un error.

Olivia&Eugenio constituye  uno de los puntos cualitativamente  más elevados del teatro independiente y su principal aporte es la racionalidad creativa con que se han  entrelazado sus valores de producción, desde la selección del texto teatral, hasta las actuaciones y el refinamiento de sus apoyos técnicos y, particularmente, el buen gusto del vestuario y la escenografía. Si fuéramos parte de quienes seleccionan nominaciones para el Premio El Soberano, este trabajo sería infaltable en el renglón tanto de actriz como de actor.

La precedencia

La actuación de talentos especiales en el país se inició en 1999 con la experiencia que impulsó el entonces director teatral Betel Báez con el montaje de Luz Negra una obra teatral con cuatro artistas (tres no videntes y un sordomudo), en un proyecto que se desarrolló entre 1978 y 1986, con respaldo dominicano y brasileño.

En los año 2007, la directora Paula Disla , fundó Grupo 7, con trece talentos  singularmente especiales, entre los cuales había dos niños con SD y que en 2014 logra su mejor montaje, El Príncipe Guerrero, de Daniel  Cabral Donastorg, (parálisis cerebral, 14 años),  estrenado en Bellas Artes.

Un año antes se había presentado en Bellas Artes,  Gliburit, por la compañía Yo también Puedo, en la cual Jochi  Gil fue uno de sus talentos principales.

Se impone recordar el que Síndrome de Down   es la variación de la configuración  congénita, ligada a la triplicación total o parcial del cromosoma 21, y que regularmente puede provocar retraso mental y de crecimiento y produce determinadas anomalías físicas.

Cecilia García y Jochy Gil

Jochi Gil

Sin embargo, la obra lleva al público otros horizontes,  por  la actuación de un actor singularmente especial, José Ricardo Gil Ostreicher (Jochi), para quien no fue el debut, ya que  había tenido experiencias escénicas anteriores, pero nunca antes al nivel estelar de la pieza expuesta bajo la dirección de Carlos Espinal con la actuación estelar de Cecilia García.

Jochi  Gil, artista de la música que recibió, antes de esta experiencia,  sus primeras orientaciones como actor de Fiordaliza Abreu, logra en Olivia&Eugenio,  un digno rendimiento escénico,  que debe evaluarse como un artista de las tablas con un desafío escénico tremendo, en la misma medida del  reto que enfrentan  los intérpretes (especiales o no especiales) ante un nuevo papel.

Su desempeño es consistente y emotivo,  profesionalmente adecuado y visto lejos de toda conmiseración paternalista o subjetividad piadosa que regularmente acompaña el juicio a quienes se considera portadores de condiciones especiales.  Es un actor que compensa sus limitaciones, con un desbordante y oportuno desempeño. Lo que se ve en  escena es un actor con una responsabilidad que cumple con eficiencia histriónica.

Este artista acomete la interpretación, orientado por su director, (incluso con un apuntador electrónico), para ofrecer un resultado impactante, bien acometido y transmitiendo la autenticidad y ternura desde su condición, válida como actuación teatral, técnicamente hablando.

Jochi manifiesta una rotunda inclinación por el arte, imponiendo sus talentos en Danza, Cocina, Artesanía y Deportes. Esta es su actuación teatral más importante.

La Cecilia

Cecilia García  pudiera ser no tan hermosa como y tener el mismo lugar estelar porque no se trata de apariencias ni de moldes estándares de belleza física.

El peso  interpretativo y contextual de la obra, lo lleva Cecilia García, a quienes nos resistimos llamarle diva. Es ella una profesional integra, consagrada en el arte en muchas expresiones (cantante, actriz, comunicadora y gestora artística, entre otras) que tiene ya un puesto asegurado en la historia de nuestro arte.

Carlos Espinal, director de la obra se abraza con Cecilia

Sus monólogos en Olivia&Eugenio, que revisan y cuestionan mucho más que el drama terrible que enfrenta por su relación con Eugenio, al punto casi de llevarla a tomar una decisión trágica, haciendo referencia crítica de la situación social de corrupción, común a estos pueblos de América Morena.

Disfruta cada palabra pronunciada y llena el escenario con sus luces.

Lo técnico

Espinal se proveyó de recursos técnicos de alta calidad,  para sumar valores de producción, que inician por la exquisitez de la escenografía, muy apuntada de arte con buen gusto, funcional en sus espacios demarcando sub-planos escénicos adecuados al ciertamente angosto espacio de la Ravelo.

El vestuario  es uno de los apoyos que con mayor acierto, que  acentúan estados de ánimo y refuerzan el momentum teatral en las volteretas imaginativas creadas por el  autor.

El autor

Para lograr un texto con esta carga de detalle y subjetividad vivida, sin dudas que se ha debido partir de la experiencia. Y ciertamente la historia es autobiográfica.  Herber  Morote  transcribe desde la carne viva del autor.

Nos cuenta este fin de semana, vía correo electrónico: “Mi hijo Rafael nació con el Síndrome de Down hace 50 años, y sigue siendo un niño maravilloso”.

Morote sintió el deseo de ser escritor pero no pudo dedicarse a las letras en su juventud. Se doctoró en Ciencias Económicas y Comerciales y escaló puestos ejecutivos de empresas peruanas y transnacionales, enfrentó el poder militar de su país y se encargó de difundir por los medios a su alcances, genocidios como el de los presos políticos del penal de  Ayacucho, del que se cumplen 30 años en este mes de octubre, cuando las autoridades militares sofocaron a sangre y fuego, un motín carcelario respondiendo a un secuestro, igualmente terrorista, de varios funcionarios carcelarios.

Cumplidos sus 50 y más años, se dedicó a estudiar para ser escritor, pensando que nunca es tarde para ser lo que cualquiera se proponga. Estudio cómo escribir literatura y particularmente para teatro y ensayo. Sus profesores de escritura dramática en España fueron José Sánchiz Siniestra, Juan Mayorga y Yolanda Pallín, orientaciones docentes que parece haber aprovechado al máximo. Hoy día, Morote, quien fuera invitado a ver el estreno de su pieza por los productores de Olivia y Eugenio, es una figura intelectual de peso en el Perú y tiene su página web y  su dirección electrónica.

Este montaje trasciende la intención de su propio mensaje artístico para consagrar el teatro, nueva vez, como auténtica vía de reproducción de la vida y sus acontecimientos personales, familiares y sociales, al nivel más emotivo que pueda darse. Denota el empeño profesional del equipo por salir de las rutas conocidas y dar espacios a la expresión más plena del amor, por encima de adversidades, prejuicios e incomprensiones. Tal es su mérito. Y ese, justamente su valor.

Olivia&Eugenio

Sinopsis:

Olivia, madre viuda y su hijo Eugenio, enfrentan una situación extrema que les lleva a cuestionar los valores en tiempos de crisis. La madre sufre cáncer terminal y Eugenio, nacido con Síndrome de Down, quedaría sin protección si desaparece la figura materna. Eugenio hará la diferencia en la decisión que se había trazado la madre: la eutanasia.

Ficha Técnica:

Autor: Herbert Moroto

Dirección: Carlos Espinal

Olivia: Cecilia García

Eugenio: José Ricardo Gil Ostreicher

Productora: Primera Memoria Producciones&Films

Escenografía: Eduardo Lora Bermúdez y Carlos Lora Yunén

Vestuario: Helis Cruz

Vestuario Cecilia García: Neney  Henríquez

Utilería: Dinorah Céspedes

Couch y apuntadora: Ramona Rodríguez

Consola de luces: Roberto de León

Banda sonora: Milton Cruz.

 

Para más detalles:

http://www.herbertmorote.com/

http://www.herbertmorote.com/Libros/VERSION%20%20WEB%20DE%20OLIVIA%20Y%20EUGENIO.pdf