LIMINAR

“We are the champions, my friend

y seguiremos peleando hasta el final,

We are the champions, we are the champions

no es momento para perdedores

porque somos los campeones del mundo…”

La voz épica de Freddy Mercury inunda la sala, mientras retumba una ovación final para el espectáculo NOCHE AZUL. ESTRELLAS DE LA DANZA MUNDIAL, edición 2021. “!Braaava!”, exclama a mi lado Miriam Bello (esta mujer acaba de convertirse en una heroína espiritual, creedme) y José Alexis Vásquez (a mi otro lado) eleva el aplauso mientras yo, que no he podido reprimir balancearme al más puro estilo rockero, celebro maliciosamente este momentum que solo puede crear un productor muy ducho en las artes de provocar emociones al público.

JOHANN MANCEBO Y CLAUDIA CHECO
Johann Mancebo y Claudia Checo.

“¡Bravo, Mónika”, me digo, al ver la gente vitorear, como si fueran titanes del ring… ¿a un grupo de niñas en tutú y unos cuantos chicos en mallitas?  Pues aseguro que mucho se lo merecen estos seres espléndidos cuya realidad es vivir

“… persiguiendo con todo lo que tenemos de humano

-o de divino-

la creación de universos imaginarios

dibujados con el vuelo de los brazos,

espaldas en arcos milagrosos,

piernas que apuntan al cielo y

cuerpos perpetuados en equilibrios absolutos…”

Han venido desde muchas partes, pero del único mundo que tienen:  el que por más de un año les ha encerrado, aislado y prohibido compartir el aire.

Si alguien me dice cómo se baila sin respirar, sin entrenarse, sin ponerse la mano y encima, trancao en casa, se lo agradeceré bastante.

Así que ¡Venga ese aplauso a la troupee que “cabalgando en desafío” ha atravesado océanos de solidaridad, para bailar en favor de FUNDACIONES MANUEL ÁLVAREZ REYES Y NIDO PARA ÁNGELES, ambas consagradas a mejorar la vida de personas con capacidades diferenciadas!

Enhorabuena para Jackeline Herrera y Mónika Despradel. También para las y los especialistas al cuidado de ángeles. Muy especial distinción a las familias de estos reales campeones de la noche quienes, de viva voz, nos ofrecieron el testimonio de sus triunfos sobre la adversidad: ¡Bravo y mil veces bravo! para la chiquilla a quien le gustan los tutús, también para el más chiquito y único caballero del grupo, para Rocío Melo Pelletier licenciada en pedagogía, escritora y terapista voluntaria, así como a la pintora Rebeca Barrera. Todos nacidos con parálisis cerebral.

ANTES DE QUE SUBA EL TELÓN

Amable lector: Si acaso advertís que el texto ARMANDO VILLAMIL aparece siempre digitado en cierre de mayúsculas, nunca lo acuséis de ligereza o errata. Más bien, está puesto así con toda intención de honrar el nombre del maestro querido, originario de Panamá y especializado en la Unión Soviética, quien llegó a finales del siglo XX a este país para trazarnos las directrices de una ardua misión: hacer de la danza académica dominicana una profesión de alto nivel. Esta Noche Azul es prueba de que la tarea está inconclusa.

Ya acomodada y rodeada de tanta gente querida de la danza, leo el programa y descubro que este evento, tradicionalmente realizado con artistas importados de distintas compañías en el mundo, nos ofrece un concepto distinto, ya que casi en su totalidad, está hecha ¡con dominicanos y por dominicanos!

Pero ¡mucho cuidado con entender que hay tomadura de pelo alguna!, porque el espectáculo vale lo que cuesta:  es de primera, con artistas de primera, traídos desde España, Brasil, Estados Unidos, México, Rumanía, a juntarse con capitaleños y cibaeños de República Dominicana, a ser dirigidos por maestros y coreógrafos nativos, quienes han realizado el montaje de los grandes clásicos en sus versiones originales tradicionales y universales.

No obstante, a excepción de Sergio y los cariocas Juliana y Alef, los demás bailarines nacieron aquí.  ¡Son del patio!  y entonces me digo:

LA DIÁSPORA DE ESTE PAÍS ES UNA SEÑORA DEMASIADO GORDA

Gracias a una iniciativa posiblemente tomada por cuestión de presupuesto (¿o es que acaso el horno está pa galleticas?), la Noche Azul nos ha enseñado lo buenas que son nuestras estrellas de la danza, para poner en alto a RD “en playas extranjeras.”

Como dice don Julito Hazim: “y yo me pregunto”: ¿POR QUÉ TANTOS BAILARINES EXCELENTES HECHOS AQUÍ, NOS SON DESCONOCIDOS? ¿POR QUÉ HAN EMIGRADO? ¿QUIÉN LOS SACÓ DEL PAÍS? ¿CUÁNTOS MÁS ANDAN REGADOS POR AHÍ? ¿POR QUÉ ESTE PAÍS QUE INVIRTIÓ TANTO EN FORMARLOS, NO RECUPERA SU INVERSIÓN DÁNDOLES EMPLEO Y EXHIBIÉNDOLOS COMO TESOROS ANTE EL MUNDO?

Reconociendo el esfuerzo de los compañeros que acogen en su compañía a  graduados de ENDANZA, reitero mi dura expresión: la danza como profesión de alto nivel en República Dominicana, es una tarea inconclusa.

DULCE SURIEL Y YEIRA GENAO
Dulce Suriel y Yeira Genao.

DE LAS ACTUACIONES

Para la legión de ángeles que bailaron para ángeles.  Con gran respeto y no necesariamente en el orden del programa: vamos a lo que vinimos: criticar (es decir: hacerse un juicio de alguna cosa y trabajar mucho en expresarlo de manera que resulte edificante, aún sea para decir: "por ahí no es”).  Confieso que no soy de las que andan con una tabla de peso y medidas al hombro, pero me ufano de distinguir al vuelo quién brilla con luz propia de quien se alumbra con bombillos.

ABANDONO

El telón se levanta para Raymundo Roa de ENDANZA juvenil, quien interpreta esta propuesta de Daymé Del Toro, con música de Gioel Martín.

Cortita la pieza, le basta a Raymundo para recrear el texto de Jozze Antonio Sánchez.   Él es menudito y por ello, de movimientos ágiles. Con esa extraordinaria musicalidad del dominicano típico y mucho drama corporal dibuja con bellas formas el dolor del amor perdido.

Te diría, joven poeta, que, si te botaron, no busques la culpa en ti. Eso es problema del otro (o de la otra) y recuerda que “má pa alante…”

ICARO

Juan Capellán representa a la Compañía Nacional de Danza de México: la nación cuyos fundamentos se sustentan en un lazo estrecho, indefectible entre lo social, lo político y lo cultural, tan arraigado, tan íntimo que aparece en el ADN de toda su manifestación artística.

la pieza de Yubal Morales (Dios, que este sí sea mexicano) con música de Robin Pecknold y Fleet Foxes -alude al personaje mitológico que, en busca de su libertad, vuela demasiado cerca del sol, pierde las alas y cae al mar.

Capellán, dominicanísimo cibaeño, con una anatomía perfecta para la danza, ejecuta con un lirismo inusual en un varón, haciendo gala de una técnica impecable y una presencia escénica muy interesante.

DOS

Mi hermano Alex, arquitecto, con grado de doctorado, catedrático e incansable investigador de su especialidad, dice que Santiago de los Caballeros es una ciudad de arquitectura binaria: “El monumento, ícono de la ciudad es dual en su diseño” y así va mencionando espacios y construcciones públicas que apoyan su hipótesis, así que no he podido menos que tomarla en cuenta cuando he visto la propuesta que trae del Cibao la compañía ARMANDO VILLAMIL.

Aleza Torres.

Dos piezas, las dos con dos bailarinas:  En Dos Violines (coreografía de creación conjunta y música de Bach) y Natura-e (creada por de Andy Palma, con música de Philip Glass) una en zapatillas de puntas y la otra a pie descalzo, Pero lo curioso es que bailan iguales; no usan formación en espejo (o sea, una pa un lao y otra pal otro), si no colocación de sombra y por momentos se cargan o se “partnean” una con la otra (lo acostumbrado en bailes de parejas mixtas). Natura e ,  de más ruptura, es una pieza deliciosa, que las hace lucir toda su capacidad técnica e histriónica al transformarse en rara avis.

Y yo me pregunto: ¿Pero acaso será que Santiago nos está enviando una suerte de mensaje subliminal, acerca de ideología de género o de la cultura queer?.

Aclaro: De ninguna manera digo ni pienso que las dos bellas intérpretes Dulce Suriel y Yeira Genao… ¡Noooo, por favor! (además, eso no es asunto nuestro, pip…).  Lo que quiero decir es que los santiagueros son muy capaces de lanzarse con una propuesta “LGTB  friendly”, porque los conozco (no en balde soy nieta de uno): que siempre van a la vanguardia de las ideas (eso de tradicionalistas y clasistas y parejeros…bueno, ¡ni tanto!). Es una sociedad que sabe guardar las formas, eso sí, pero de retrógrados no tienen nada. Es más, los adoro ¡Santiago es Santiago!

Yeira y Dulce son tremendas intérpretes, dignas representantes del esfuerzo y la constancia de Alfa Rodríguez, digna hija a su vez, del Centro de la Cultura y de mi profe ARMANDO VILLAMIL.

LOS DEL PATIO

De La Belleza y sus Bestias diré que voy a tener que perdonarle a Johnattan sus antiguos pecados de insurrección e indisciplina y reconocer que ha adquirido la capacidad de levantar al público de su asiento y eso solo se logra con rigor, dedicación y madurez, así que ¡Bien por ti, varón! (pero qué música más chula la de Fellé Vega, caramba)

Arroba 3 está cada vez mejor: como si Stephanie Bauger continuara refinando su ópera prima y de seguro por la comprensión que han adquirido Rosa Lidia Cabrera, Demi Marie Issa y Lya Gómez de sus roles y de la obra. ¡Brillante, chicas!  Mención para Karla Espaillat. Hoy estuvo despampanante.

GISSELLE CASI ARROLLA AL AMANTE

Cuando Vitico Erarte quiso trasladar su Gran Gala de Carnaval a la sala Carlos Piantini, le advertí: “ese escenario no es paja de coco, Vitico. Subir ahí a novatos es arriesgar el espectáculo”.   ¡Anda pa la porra!, la cosa se dio y aquella noche, vi caídas, choques, resbalones, tocados de pluma que volaban de las cabezas, ser pateados sin piedad o sucumbir entre los pies de los aterrorizados chicos, que no entendieron, después de tanto ensayo, el rebulú que se les armó.

Insisto: el escenario del TN es una bestia mala de domar.

En esta Noche Azul he creído percibir atisbos de aquello, cuando Gisselle (Alexa Torres, artista del Washington Ballet), que acaba de rebasar el momento difícil: un terrorífico elevé a la seconde, fouetté de corps, arabesque ponche, viene a plantar el piqué demasiado lejos de Albretch (postrado de rodillas), le falla el equilibrio y cae de la punta, amenazando con arrollar al amante traidor, mientras trataba de salvarlo de la muerte.

Buen danceur noble, Juan Capellán la sostiene y ella sale del trance, pero necesitará toda su entereza, en medio de la vorágine:”¿qué me pasó? ¿Qué va ahora? Fallé. Me tiemblan las rodillas. Estoy en blanco. Se me va la música. Qué vergüenza. ¿Por qué aquí?”, para llegar con dignidad al finale del solemne adagio.

No la conozco y aun así me aventuro: ¿Saben lo que le pasó? Que nunca había pisado este escenario, suyo por derecho y necesariamente significativo para Alexa, quien de niña lo habrá soñado como “el lugar donde algún día…”  ¡y aquí está!, pero ahora es una “estrella mundial” que llega del extranjero, a por unas palmas que le van a importar, siempre,  más que los miles de aplausos recibidos y por recibir allende los mares. Créanme, es mucha presión.

El trastabillón ha sido consecuencia y muestra del gran compromiso de Alexa con ella misma y su desafío será asumirlo como parte de su crecimiento como artista.

El maestro Armando González ha realizado el montaje en versión original de Jules Perrot. (Personalmente, hubiera preferido una cruz menos voluminosa, con los lirios sembrados alrededor de la tumba).

Juan, buen trabajo.  Alexa, hay un mundo grande y ancho esperando por tu arte ¡suelta eso!, que la inmensa dama Alicia Alonso resbaló y cayó de fondillo cuando estrenaba su Carmen ahí, en ese mismo escenario.

EL CORSARIO

Es el clásico de Marius Petipá, que nos regala el Ballet Concierto Dominicano en esta Noche Azul y como además, es mi favorito, mientras disfruto la bella actuación de Elios Orozco y Diana Dopico,  la música de Ludwin Minkus me lleva a los Corsarios de mi vida:

Early 70s, ciudad de La Vega.  el lujoso PISO DE MOSAICO del extinto Partido Dominicano, es el único escenario posible para la Academia de Ballet Anna Pavlova y sus invitados, quienes bailan sin evadir dificultad alguna. Todos sus grandes saltos:  Mauricio Fernández y la temible secuencia de Grand Fouettés en tournant:  Irmgard Despradel (solo recordar, duelen las coyunturas).

Posiblemente finales de los 60s. Bellas Artes. La interpretación de Eleanor D´Auntono y su partner, la vez que doña Ninón de Brower y su PRO-ARTE trajeron a las estrellas del ABT.

80s, TN.  Veo a Guillermo Tribaldos y Gloria Barrios del Ballet Nacional de Panamá.

Después al Corsario de Armando Gónzález  y Pastora Delgado cuando él llegó desde la joven guardia del ballet cubano en el 93. Memorable, que despertó en mí la fascinación por las variaciones de varones, cuando vi sus pirouettes "hasta que le daba la gana", el salto de un gato montés y la potencia de un pura sangre bien cepillao.. De Pastora solo diré que es la ballerina más elegante que he admirado en mi país.

Recientemente.  La espléndida versión completa en tres actos, cinco cuadros y un epílogo, producida por Conservatorio de Danza Alina Abreu.

Carlos Veitía ha realizado el montaje que interpretan con calidad Diana Dopico, bella en el atuendo de Patricia Huerta y Elios Orozco: un negro con mucha fuerza ¡y tremendo swing!, de esos que te “jalan” la mirada, pa donde quiera que vayan. En la entree y el adagio luce y hace lucir las bellas líneas de su compañera.  Con muchísima gracia y la sensualidad arrogante de los piratas, concluyen adagio, saludo y salida.

Ahora, él entrará y en medio del silencio emprenderá una acrobacia aérea que, al tocar suelo, marca el inicio de uno de los momentos más altos del repertorio universal.

Un breve retraso en salir a escena, el salto iniciado ya con música y cierta tensión en el rostro que nunca logrará desterrar, sugieren ¿un impasse detrás del telón? y aunque la ejecución transcurre sin mácula, hasta la apoteosis, para siempre nos quedará el misterio de lo acontecido al corsario, al otro lado del fin del mundo.  Definitivamente agregaré un Corsario más a mis buenos recuerdos

COPPELIA NO ES UNA CHICA Y LOS NOVIOS SON VECINOS DE DRÁCULA

Esta verdad, como un templo, amable lector, brillará si me prestáis su atención mientras desembrollo esta madeja, empezando  por aclarar que en realidad, ella no es una chica, sino la muñeca que da nombre al famoso ballet de Arthur Saint León, musicalizado por Leo Delibes, en el siglo IXX, y cuyo grand pas de deux se presenta en Noche Azul, montado por el maestro González y protagonizado por Johann Mancebo (Franz, el chico engañado)  y Gabriela Checo (Zwanilda, su novia celosa): orgullos nuestros  y representantes del Sibiu Ballet de Rumanía, país donde ambos residen y donde queda Transilvania, la casa del malvado Conde medieval que inspiró al irlandés Bram Stoker, su novela  Drácula. Bueno, también ese gran país de Europa oriental fue el hogar de Nadia Commanecci, la niña “gimnasta assoluta” de su tiempo. ¿Verdad que me he hecho entender?

Trabalenguas aparte, vamos a lo que importa: la actuación de nuestros protagonistas: Johann, de complexión atlética y piel mulata parece de los que entrega todo su talento y capacidades, al propósito artístico y lo he visto hacerlo con la naturalidad que solo pertenece a los buenos artistas.

Gabriela, de líneas elegantes, calmada y eficiente, luce además de una ejecución nítida y una sonrisa preciosa, una sólida compenetración con el partner   de seguro basada en la confianza y la práctica tesonera. (esta relación suelen liderarla las mujeres).

De blanco inmaculado las bodas de Zwanilda y Franz exhiben un matrimonio muy bien avenido, entre el arte y el compañerismo, que ellos deberán preservar durante el tiempo que trabajen juntos. Mis parabienes.

A PROPÓSITO DE LUGARES LEJANOS

Creo que las migraciones son la experiencia humana que ha construido la civilización. Jamás me negaré a que los dominicanos cumplan afuera las realizaciones que adentro no consiguen. Dolorosamente, tampoco puedo aconsejar a un chico o chica cuya expectativa de vida sea criar a una familia (por ejemplo: padre, padre y tres muchachos) que se dedique a la danza académica profesional, en una sociedad donde la idea de “triunfo profesional” se define como un contrato en el extranjero.

Warsan Shire: “Nadie deja su hogar a menos que su hogar sea la boca de un tiburón”. Quizás sea el tiempo de no saber tanto, si no de preguntar:

JOHANN Y GABRIELA, ¿POR QUÉ VIVEN TAN LEJOS? ¿SHERLY BELLIARD, FIGURA principal del ballet DE POLONIA, ¿TE SIENTES REALIZADA? JAFET MANCEBO, ¿ESTÁS BIEN?  DAREL PÉREZ, ¿ERES FELIZ?

CASCANUECES

Representando al Theatro Municipal do Río de Janeiro, ciudad donde habitan el Cristo do Corcovado, la Colina de Pao de Acúcar y el carnaval más lindo del mundo, llegan ellos a Noche Azul, para traernos un pedacito del ballet más lindo del mundo. Son Juliana Valadao y Alef Albert  ¡Sejam bem vindos cariocas!

La coreografía original de Lev Ivanov resplandece en ellos con toda fidelidad, a medida que sus cuerpos diestros describen la música de Piotr Ilich Chaikovski, más linda del mundo.

Hay un momento (icónico, idílico) en que la música…como que empieza a contar lo que viene (el gran crescendo) y Hada Dulcísima va describiéndolo, con una filigrana donde la intérprete deberá hacer gala de toda su gracia, fineza y musicalidad (algo en el giro de sus manos, sugiere que Juliana lucha con el tempo de una pista musical ligeramente ralentizada, lo que no es óbice para su hermosa representación).

Alef es un hermoso príncipe: centrado, heróico, impecable.  Su madurez artística se pone de manifiesto en el dominio de su técnica y en el peso de sus desplazamientos (¿me creeríais que, por más vueltas o brlncos, la profesionalidad de un bailarín se nota en como camina o corre?).

BERNAL “TIENE LOS JUEGOS PESAOS”

De ser atleta, estaríamos hablando de MLB, NBA o SUPERLIGA europea, pero como es un artista, cosas como El Palacio de Buckingham, el Kremlin, La Capital de USA o la Acrópolis, pueden darnos idea de “a qué nivel se mueve” Sergio Bernal, quien corona nuestra Noche Azul de estrellas, con la obra de Antonio Ruiz Soler: el Zapateo de Sarasate. Una pieza de género “clásico español”, interpretada con mucha elegancia, con todo su “duende” y con la agilidad vertiginosa de su taconeo (resaltado por un magnífico efecto de iluminación). ¡Vamos! que le ha quedao “bordá”.

Pero la real prueba de que este español “tiene los juegos pesaos”, es su segunda entrega: una versión “reloaded” del clásico La mort du Cigne, música de Saint Saenz, que en los albores del siglo XX inmortalizó Anna Pawlova, con la maravilla de su femineidad, expresada en poética agonía.

La versión de Ricardo Cue pondrá de manifiesto el amplio espectro de capacidades del bailador que ahora dará la talla en técnica de ballet, movimiento contemporáneo, teatralidad y gran lirismo, invocando en el ánimo del público, el drama del canto del cisne.  Mi gran aplauso, Sergio.

Que digo yo: si la costumbre de ese pueblo, de poner nombre propio a todo su arte, (Zarzuela, por ejemplo, a la ópera o Danza Española, a esa manera tan única poner el cuerpo a merced de su música), no será la forma de explicarse a sí mismo, en su realidad de “nación de naciones”, donde convive el gigantesco y diverso tesoro de su cultura, tan admirada; diseminada incluso, como patrimonio, por los pueblos originarios de América.  Todo ello, fruto de su luenga historia (Ojalá los españoles encuentren la fórmula de seguir conviviendo pa no “romper a España”).