Manaos (Brasil), 7 nov (EFE).- Como un "autorretrato en tercera persona", así es el documental "Olho Nu" (Ojo Desnudo), según el director Joel Pizzini, quien colocó al cantante brasileño Ney Matogrosso frente a la cámara para, a través de su memoria visual, recorrer la vida del artista que cambió la moralidad brasileña.

"Matogrosso es un enigma que hemos intentado explicar", asegura Pizzini a Efe en una entrevista concedida tras la presentación de su trabajo en el Festival de Cine del Amazonas, celebrado esta semana en esta ciudad de la Amazonía brasileña y en la que el documental, único en competición, recibió una sonora ovación de los asistentes.

La obra recorre la vida creativa de un artista que hizo de la provocación moral y la libido parte consustancial de su proceso creativo y que, en plena dictadura militar, se erigió como una figura fundamental de la escena cultural.

Con un sistema narrativo no lineal ni cronológico que elude "la reacción causa-efecto", según Pizzini, el documental parte de los "fragmentos de memoria" de Matogrosso para exponer su obra ante el espectador y que este sea parte consustancial de la trayectoria del cantante brasileño.

"Todo acontece al mismo tiempo; lo que importa es el sentido estético", resume Pizzini.

Precisamente, la estética jugó una parte fundamental en la carrera de Matogrosso, aún en activo y que durante muchos años se definió como "un actor que canta" y que ha llevado a cabo proyectos teatrales ajenos a la música durante su carrera.

En el trabajo de elaboración, que eludió el documental televisivo para adaptarse al lenguaje cinematográfico, la labor de documentación jugó un papel fundamental con el análisis y transcripción de más 500 horas de vídeo.

En el proceso de elaboración y trabajo de archivo jugó un papel fundamental el ayudante de dirección Rafael Saar, "una figura clave en la elaboración del filme", según el propio Pizzini.

Saar fue el encargado de recopilar, analizar y transcribir esas 500 horas de grabación. "Ahora conoce mi vida mejor que yo", afirmó Matogrosso durante la presentación de la cinta en el teatro de Manaos.

Las imágenes de archivo se combinan con algunas recientes grabadas para la ocasión en la ciudad de origen del artista brasileño, Bela Vista, cerca de la frontera paraguaya.

El documental busca desvelar a la persona detrás del personaje, un artista que en plena dictadura atacó frontalmente los clichés morales de la sociedad haciendo de la ambigüedad sexual y de la libido parte fundamental de su arte.

Bajo esa premisa consiguió alterar gran parte de las premisas éticas de su época y se convirtió "en un superviviente, ya que consiguió lidiar con el pasado", afirma Pizzini.

Para atravesar la coraza del personaje, el director tuvo que superar la tendencia a no exponerse en público de Matogrosso, que durante su carrera evitó mostrarse y que incluso durante sus primeros años incorporó a su repertorio elementos para resguardar su identidad como máscaras y disfraces.

Por esa capacidad camaleónica y de recurrir a subterfugios "hay varios Matogrossos", asegura Saar, por lo que en la cinta optaron por mostrar "a tantos como fue posible".

"Por encima de todo él es un artista victorioso", concluye Pizzini. EFE