Enfocar el tema de la migración, es poner en evidencia un fenómeno social que ha acompañado al ser humano, desde los inicios de la humanidad. Migrar es una apuesta del sujeto, en su afán de conocer nuevas realidades y experimentar nuevas experiencias vivenciales, ya sea por motivos económicos, educativos, políticos, culturales o por realidades de desigualdad, persecución y/o por violencia.
El ser humano es un ente migratorio. La vida misma se nos pasa migrando de una situación a otra, de un lugar a otro y de un panorama vivencial a otro. Hay diferentes aristas por donde enfocar la migración. En esta ocasión, la migración es tratada desde un punto focal, España, y, desde dos vertientes determinadas, como lo étnico y el género.
Es desde esos planteamientos críticos que Ana María Céspedes Calderón, analiza la migración hacia España, en su obra titulada "Migración a España: Etnia y Género (Editora Manatí, 2020, Santo Domingo, R.D), situando su estudio, a partir de las desigualdades y la aplicación de políticas de desprotección a los migrantes.
Se trata de un estudio sociopolítico sobre las mujeres que migran a España, visto desde la perspectiva de una migrante que ha vivido en esas condiciones y que es parte pragmático, inmersa en el vendaval de los y las migrantes, en su condición de mujer activista que se resiste a ser un frío número estadístico, obligando a los estudiosos de las migraciones, a ver la mujer, como parte de esa viviente, sufrible y descalificable, en las investigaciones sobre esta significativa realidad humana.
La autora, procurando tener un punto de partida objetivo, para su análisis, recurre al "Tratado de Amsterdam", el cual se firmó el 2 /10/1997 y entró en vigencia el 1/5/1999 y dónde, entre otros problemas internacionales de carácter jurídico y referentes a la migración, fueron revisados para su ampliación y consolidación, eslabones o nichos propios de los fenómenos migratorios, desde nuestros países en desarrollo, dentro de las acciones de la cooperación internacional y el desarrollo integral de las comunidades integradas en ese grado
La razón cardinal por que la autora de esta obra centró su apoyo en este tratado, está en el hecho de que fue ahí donde se logró la ampliación de las competencias de la Unión y donde la Comunidad Europea se trazó "Alcanzar un desarrollo equilibrado y sostenible y un elevado nivel de empleo." Y "se estableció un mecanismo de coordinación de las políticas de empleo de los Estados miembros, así como la posibilidad de introducir determinadas medidas comunitarias en este ámbito".
De ahí que la base medular para este trabajo, sea el Tratado de Amsterdam, porque, además, "se incorporó al Tratado de la Comunidad Europea, el acuerdo sobre políticas social, con algunas mejoras (porque se suprimió la posibilidad de exclusión voluntaria, conocidas como "opt-out".
De ahí en adelante, la política comunitaria se aplicó a significativos ámbitos, como el asilo, la migración, el cruce de las fronteras exteriores, la lucha contra el fraude, la cooperación aduanera y la cooperación judicial, en materia civil, entre otros acuerdos, como lo concerniente a la cooperación de los Acuerdos de Shengen, que la Unión y las Comunidades Europeas, ya habían integrado en su totalidad.
Desde aquí se procura construir un sistema jurídico, donde el migrante pueda encontrar protección codificada en los sistemas legales, no solo de la Unión Europea, sino en todos los países del mundo, donde los migrantes coloquen su huella de sujetos errantes…en constante travesía de aventura y lejanía.
Como una forma de justificar la vertiente étnicay de género presentada en este trabajo, la utora argumenta sobre el caso de la comunidad gitana en España y dentro de la Comunidad Europea, resaltando aquellas variables de rechazo, incomodidad y expresión de malestar socio-cultural y de género, que, según el Eurobarómetro, manifestaban con un 66%, los españoles, y el 62 % de los europeos.
En la página 28 de esta obra, reseña que "no solo prevalece la opinión que la.comunidad gitana está discriminada en general que cualquier otro colectivo, sino que existe hacia ellos una predisposición, o actitud de mayor rechazo o desconfianza, que hacía otras minorías étnicas".
Cabe señalar que, en lo referente al rechazo a migrantes por razones étnicas y de género, se plantea aquí el caso de la dominicana Lucrecia Pérez, asesinada el 13 de noviembre de 1992, en el local de una discoteca abandonada y utilizada como refugios de dominicanos en España.
Ese caso fue calificado como el primer delito de odio xenófobo en ese país europeo y considerado por representantes de esos migrantes, como la tragedia que despertó la conciencia social.
En ese momento, uno de los cuatro jóvenes que admitieron en los tribunales el crimen, dijo que “había tirado tres plomos y que se podía haber cargado a tres negros” cuando salieron a cazar a sus víctimas en el edificio que alojaba lo que fuera la discoteca Four Roses, ubicada en Aravaca, Madrid.
No en vano, Ana María Céspedes Calderón, ha subtitulado su libro, con "elementos referenciales claves, de la desigualdad de la mujer inmigrante en, este caso, hacia España, porque a partir del asesinato de Lucrecia Pérez la comunidad europea, despertó de su letargo nacionalista y se vio obligada a reconocer los derechos que, por vía del derecho internacional y de los acuerdos de reciprocidad firmados por los representantes de nuestros Estados, le corresponden a los inmigrantes, siempre y cuando asuman su apego a la legalidad institucional de nuestros países.
Nos es que lo étnico y el género sean los dos únicos puntos de partida de la autora, para consolidar su estudio, ya que en su obra hay una mirada abarcadora sobre el fenómeno de la migración, por lo que nos deja el reto a sumergirnos en esa realidad latente de estos tiempos globales y que traspasa la realidad del COVID-19, tal como hemos hecho nosotros ahora, al migrar de nuestros espacios familiares, a estos rincones, en busca de mejor calidad, procurando nuevas experiencias vivenciales y nuevos saberes.
Adquirir y leer esta obra, sería nuestro mejor homenaje al sentido humano y doloroso de la migración, en este tiempo enfermizo.
Que los estudiosos del tema asuman la responsabilidad de, por lo menos, no ignorar su existencia, dentro de la bibliografía dominicana. En hora buena, Ana María Céspedes Calderón.