¿Alguna vez habremos imaginado volar hasta alcanzar las nubes y tendernos sobre ellas? ¿Quiénes, al observarlas desde el suelo, han buscado en ellas formas de cosas, animales o personas? ¿O en ocasiones, habrán pretendido ser como papá o mamá, usando su ropa o zapatos?

La historia titulada María Taquitos, escrita por Clara Luz Lozano, trata de esto y mucho más. En ella, su autora invita a soñar, creer y sobreponerse ante las dificultades de la vida. Nos habla de una niña a la que llamaban María Taquitos, porque le gustaba ponerse los zapatos altos de su tía, los cuales eran numerosos y de distintos colores.

En toda su calle, los vecinos notaban cuando nuestra protagonista se acercaba, por el sonido que hacía con los tacones que con destreza llevaba, aprovechando las largas siestas que la dueña de los zapatos tenía durante las tardes. Y es que María se ponía estos calzados, porque pensaba que así podría “alcanzar las nubes para encontrarse con su mami”.

Un día, al descubrir unos muy altos y vistosos, “salió corriendo, calle arriba y calle abajo”, tanto que pudo sentir cómo se elevaba hasta las nubes, donde vio a su madre. Mientras, los demás se veían pequeñitos allá abajo. Aún así, podía escuchar sus risas como “cascabeles”, y al subir más y más, veía cómo las nubes se transformaban en tacones también.  María pudo disfrutar ese momento de ensueño y al abrir sus ojos, ya no sintió melancolía, sino deseos de seguir corriendo por la vecindad.

Por ello, todos sus amigos repetían:

“María Taquitos, María tacón, ¿y los zapatos?”

Y ella respondía a carcajadas:

“¡Yooo!

María Taquitos,

María Tacón

subí a las nubes

sin ser avión”.

Nuestro personaje principal, pudo al fin comprender que “en sus recuerdos e imaginación, podía ver a su mami cada vez que quisiera”.

La historia de Clara Luz Lozano es rica en ternura e imaginación. Muestra los valores de aceptación, comprensión y valentía. Es una forma sencilla de mostrar a los más pequeños, y los que ya no lo son, el cómo enfrentar una pérdida con entereza, sabiendo que aún en los momentos más difíciles, podemos seguir adelante con una actitud positiva hacia la vida y con la mayor fuerza de todas, que es el amor.