CANNES, Francia.- Un recorrido por las calles de París en autobús nos lleva a la dirección deseada, el Cementerio de Montparnasse, donde descansan los restos de María Montez, la gran estrella dominicana del cine de los años 40 y 50.
Colindante, se destaca la calle Jean Zay que hace homenaje al honorable exministro de educación de Francia fundador del Festival Internacional de Cannes y del conepto de las bibliotecas móviles, torturado y asesinado, víctima de la represión fascista franco-alemana durante la Segunda Guerra Mundial.
Se inicia una búsqueda frustrante de la tumba de María Montez al interior del cementerio y en el proceso realizamos una entrevista a un profesional del arte de la titulación de lápidas.
A pesar de ser un gran conocedor de la geografía del cementerio, no sabe exactamente donde se encuentra. Con la ayuda de su cartografía nos ubica parcialmente.
Al llegar a nuestro destino, finalmente decidimos no fotografiar el sujeto deseado por dos razones, las condiciones de abandono del recinto mortuorio y la intervención de una mujer guardia de seguridad del cementerio que nos prohíbe la realización de fotografías.
María Montez, dominicana de origen español, es una de las grandes divas de la cinematografía mundial entre los años 40 y 50, su importancia fue tal que llegó a llamarse con el título de la Reina del Tecnicolor, en los momentos en que surge el desarrollo y la aplicación de la película negativa a color coincidente con su desarrollo como actriz.
Tras su muerte quedada como un enigma por las condiciones en que ocurrió mientras tomaba un baño en la tina de su casa, más de uno ha dudado de que se trató de un evento natural o de un accidente, por la intriga, la posibilidad de que haya sido asesinada por razones de celos.
En el deplorable recinto donde descansan sus restos también fue enterrada su hija Tina Aumont igualmente muerta a destiempo.
Lamentablemente no conocemos las experticias criminalísticas que se realizaron al momento de su acto de defunción, si es posible que existiera negligencia o encubrimiento probablemente nunca lo sabremos.
A María Montez en la cúspide de su carrera en el año 1946, la encontramos en la inauguración y primera versión del Festival internacional de Cannes.
Su imagen fue parte fundamental para lo que hasta hoy en el festival es de orden primordial, la belleza y el glamour de mujeres y hombres, uno de sus atractivos principales para atraer miles y millones de representantes de la prensa ligera y el público general.
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El Festival de Cannes por su aspecto competitivo y la alta exigencia estética de sus organizadores en la selección de las obras, es probablemente el que más atención de la prensa internacional recoge, su departamento especializado en este renglón por su parte realiza un extraordinario trabajo para que así sea.
Aquí, para los días de celebración del festival se dan cita innumerables representantes de agencias y medios informativos de todo tipo y todo género, fotógrafos de eventos, paparazis, periodistas de espectáculos y farándula, como críticos especializados coinciden y compiten en la búsqueda dentro de la gran oferta de la mejor imagen fotográfica, la noticia de mayor impacto, o los juicios y análisis más interesantes sobre las obras presentadas. Las ruedas de prensa o los “fotocalls” oficiales del Festival son un diario ritual.
El actual ministro de Cultura José Antonio Rodríguez quien honesta y humildemente al inicio de su ejercicio, cuando le solicité apoyo para el musical cinematográfico en desarrollo titulado “Windi: Lo que el viento sopla” con la actuación y música de Luis Días, me manifestó no tener mucho conocimiento sobre cine, de repente ha tomado conciencia de su importancia.
De la revolución que está desarrollando este medio en el país por la trascendencia de la Ley de Cine como elemento motor.
En la reciente Feria Internacional del Libro invitó varios cineastas, el más importante Spike Lee, quien en rueda de prensa y a su lado afirmó que como temas nuestro país tiene lo más importante para realizar obras de trascendencia mundial, en especial su música y su danza.
De eso se trata mi obra para lo cual escogí a Luis Días quien se interesó tanto en los meses finales de su vida, que llegué a entender que lo asumió como su gran y final legado a la memoria de su vida y su obra.
Para “Windi” Luis Días escribió sus últimas canciones (letra y música), algunas de ellas aún inéditas y se convirtió en hombre orquesta ya que él mismo ejecuta todos los instrumentos.
Con su conocida ironía afirmaba escucha este “toyo” refiriéndose a que gracias a la tecnología digital él lo podía hacer todo, con el apoyo de su amigo, discípulo y asistente Luís Taveras.
En este día el Ministro se une a la delegación de la Dirección General de Cine que representará oficialmente al país en el 66 Festival Internacional de Cine de Cannes, 2013, según afirmó Francia de Pérez, esposa de Ellis Pérez su director y Comisionado Oficial quien por primera vez instalará un espacio en el importante Mercado del Cine que hace años inició Cannes y que hoy es el más importante del mundo.
En esta delegación también debiera estar presente el Ministro de Turismo para que se de cuenta de la importancia del cine para el desarrollo de su sector y el objetivo de alcanzar la cifra de los 10 millones de turistas, meta del presidente Danilo Medina.
Como aún somos niños en nuestro desarrollo creativo y productivo, aún no tenemos obras de verdadero interés para este mercado, pero es seguro que nuestra presencia en ese contexto, con el impulso y la capacidad de atracción y convencimiento de Ellis Pérez, por lo menos, podrá conquistar el interés no sobre nuestro talento que sería lo más importante pero sobre el país como paraíso real y fiscal para la producción cinematográfica con sus consecuentes beneficios colaterales.
Esperemos que el Ministro de Cultura venga super irformado e ilustrado de lo que representa el cine para el mundo contemporáneo, motivado y dispuesto a apoyar lo mejor del talento nacional, por el bien del colectivo, por un mejor destino para la Nación.