SANTO DOMINGO, Repúlica Dominicana.-A continuación las palabras de Lucero Arboleda de Roa, Directora Ejecutiva de la Biblioteca Emilio Rodríguez Demorizi, del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC), en la presentación de la obra Modernismo y criollismo en Santo Domingo en el siglo XIX: La turba letrada y los mitos, de Manuel Mora Serrano, de quien pondera su trayectoria y sus aportes al estudio de la literatura de la República Dominicana.

Manuel Mora Serrano: arqueólogo de la literatura dominicana

Romanticismo, parnasianismo, simbolismo, modernismo, criollismo desfilan por esta obra como expresiones estéticas para deleitarnos con un singular estilo de abordar la pregunta que Guillermo Mariaca, respetado intelectual boliviano, formuló en1993: “¿Por qué se hace de la crítica una institución que funda cánones y no una comunidad que formula preguntas?” Sí. Don Manuel Mora Serrano, desde la interrogación nos invita a reflexionar sobre estas tendencias literarias, que las ha observado de manera crítica, las ha sopesado, las ha valorado y, sin lugar a dudas, le han conducido a aportar un nuevo trabajo de investigación en el fértil terreno de la literatura dominicana.

Quizás por ello, esta nueva obra encarna la maravillosa rebeldía de quien a través de muchas preguntas esenciales ha decidido sobreponerse a la actitud cómoda de asumir con fervor y con misteriosa lealtad criterios literarios no sometidos al tamiz de la rigurosa investigación. Pero al mismo tiempo y emulando a Diderot, complementa esa infinita curiosidad del investigador, con la generosidad del maestro, pues no oculta su interés en ofrecer “una perspectiva enciclopédica del Modernismo y del Criollismo”.

Tal propósito es certeramente reivindicado en la estructura misma de la obra, la aproximación a la fuente o el oportuno comentario del autor, todos juntos en una maravillosa y comprensible sinfonía, en la que logra el ritmo propicio para cada uno de los textos. Así nos permite respirar el arte literario de la mano del maestro, disfrutando la belleza y profundidad de los textos y apreciando la solidez de los argumentos que respaldan la hipótesis de la obra. Don Manuel Mora Serrano lo hace con la sencillez del amigo y la autoridad del maestro. Desgrana conceptos y nos regala, a través de los textos, claros ejemplos.

Su obra es también un maravilloso himno a la realidad, al orteguiano “yo y las circunstancias”, así lo revela la pertinente contextualización del modernismo en el Santo Domingo del Siglo XX, que nos habla de un autor que logra ser tan humano como erudito. No descuida detalle alguno de la ciudad. Datos de población, límites, política, economía, ambiente cultural y producción bibliográfica proporcionan un claro perfil de la ciudad que anida las tendencias literarias que aborda.

"Es muy grato que la Biblioteca del INTEC, sea depositaria de la producción bibliográfica de Don Manuel Mora Serrano. Pero no queremos detenernos aquí, Don Manuel Mora Serrano es también parte del patrimonio de bibliotecas del mundo que aspiran a la universalidad del conocimiento"

Con la sencillez que lo caracteriza, cuando se refiere al contenido de su estudio, trata de convencernos de que no hay en él nada novedoso, adhiriéndose así a aquella idea borgiana de que “todos los libros son escritos por un solo poeta, y resultan de una suerte de creación colectiva universal, una obra que proviene de la inspiración de un solo espíritu. Colectiva, hemos dicho, pero también, en buena medida, selectiva: todo el mundo participa de su elaboración, pero algunos lo hacen más que otros. Cuanto se colabore en esta titánica obra no es el resultado de una voluntad, sino de una capacidad para decir alguna de esas metáforas o fabulaciones esenciales”[1].

 

Como bibliotecaria captura mi atención la acompasada forma de dar a cada movimiento, a cada tendencia, el ritmo, la velocidad y el alcance de cada una de las fuentes, muy especialmente de las publicaciones periódicas. Maravillosamente bordadas como hilos milagrosos que logran sostener los procesos de internacionalización de las ideas, en momentos de la historia en los que no existían medios de comunicación y trasladarse de un continente a otro tomaba meses.

Con la solidez de avezado investigador Don Manuel Mora Serrano[2] dibuja el mapa cultural latinoamericano, cuyos contornos de oro son primorosamente delineados con los títulos de prestigiosas revistas latinoamericanas que fueron luminosos faros de divulgación del arte en sus diversas expresiones y momentos. Surgidas entre 1890 y 1894, son dignas de especial mención: El Hogar, revista dominicana dirigida por el prestigioso Fabio Fiallo; La Revista de América, nacida en Buenos Aires, fundada por Rubén Darío; El Cojo ilustrado, venezolana o La Revista Nacional de Literatura y Ciencias Sociales uruguaya, por solo mencionar algunas.

Manuel Mora Serrano
Manuel Mora Serrano

Como irredento bibliófilo y bibliómano nos deleita con su maravilloso sentido del humor al reseñar algunas de las revistas que, por cierto, no lograron estar a su alcance para satisfacer sus denodados esfuerzos de investigador. Por ejemplo, sobre la revista “El Hogar”, desaparecida de las hemerotecas, como consecuencia de la imperdonable desidia colectiva, nos señala: “el 2 de noviembre de 1894 apareció el primer número de la revista ‘El Hogar’, con un nombre tan inocente que podría pensarse que se dedicaba a dar lecciones de bordar, tejer, cocinar o atender esposos o a los hijos, o cuanto más a enseñar a escribir cartas de amor o publicar pudorosos cuentos y poemas para solaz de las jóvenes capitaleñas. Pero no, presentó credenciales publicando Fugitiva, un poema en prosa de Rubén Darío”.

Nadando como pez que circula fluidamente por esa aldea global que compartimos gracias al uso Windows, Internet, Wikipedia, etc., busca desesperadamente en bibliotecas híbridas, en archivos milagrosamente rescatados de la hecatombe, nos coloca frente a la precariedad de nuestros fondos literarios, lo cual lo lleva a afirmar que lo obtenido en su estudio, es fruto de “un poco de suerte. Una aventura del azar”. Aunque finalmente debe reconocer la profundidad de su trabajo que cataloga de una “aventura de arqueología cultural”.

Como gran ser humano, al tiempo de añorar paradigmáticas colecciones hemerográficas, nos comunica la alegría y gratitud por lo que se tiene. Por aquello que él pudo consultar e investigar. Gratitud y profunda comprensión que, en modo alguno, desdibuja la impagable deuda que debemos abonar cada día con renovadas políticas públicas y procesos orientados a preservar el patrimonio bibliográfico dominicano. De esta manera, el Estado y las instituciones culturales podremos tributar lealtad a investigadores de la talla de Don Manuel Mora Serrano, depositarios del poder de reivindicar el inconmensurable valor de las bibliotecas como centros académicos y culturales de referencia.

En ese preciso orden de ideas, es muy grato que la Biblioteca del INTEC, sea depositaria de la producción bibliográfica de Don Manuel Mora Serrano. Pero no queremos detenernos aquí, Don Manuel Mora Serrano es también parte del patrimonio de bibliotecas del mundo que aspiran a la universalidad del conocimiento.

Es por eso que junto a joyas bibliográficas como las notas de Leonardo da Vinci o el manuscrito de ese maravilloso anónimo clásico el cantar del Mio Cid, encontramos con mucha satisfacción y alegría a Manuel Mora Serrano, como parte de importantes antologías depositadas en paradigmáticas bibliotecas como la Biblioteca Británica (British Library) o la Biblioteca Nacional de Francia.

De manera más activa descubrimos su bibliografía en la Biblioteca Nacional de España, representada por tres títulos. Representada por 10 títulos su producción bibliográfica también forma parte de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, esa contemporánea Biblioteca de Alejandría.

Ahora solo me resta agradecer y celebrar esta nueva obra de Don Manuel Mora Serrano, valiosísimo aporte a la bibliografía nacional y un poderoso activador de la conciencia literaria nacional. Termino pensando que esta nueva perla bibliográfica, no solo nos regala una arqueología de la cultura, de la literatura, de la palabra, sino que, al mismo tiempo, reafirma los nunca bien ponderados méritos de un singular autor, riguroso investigador, abnegado maestro y gallardo intelectual, Don Manuel Mora Serrano.

¡Muchas gracias!

Lucero Arboleda de Roa

11 de abril de 2018

[1] Borges, J. L. (1981). Otras inquisiciones. Madrid: Alianza Editorial.

[2] Mora Serrano, M. (2018). Modernismo y criollismo en Santo Domingo en el siglo XIX: La turba letrada y los mitos. Santo Domingo: Instituto Tecnológico de Santo Domingo.